martes, julio 31, 2007

DIES MEI SICUT UMBRA DECLINAVERUNT

Ahí van Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni entre otros que no alcanzo a distinguir. Sus días han declinado como la sombra, y ahora danzan dirigidos por la Parca hacia la morada final de sus huesos. Su espíritu queda aquí, en la capilla viva de nuestra memoria. La imagen, por supuesto, pertenece a El séptimo sello.

miércoles, julio 11, 2007

LA OBRA BREVE DE FEININGER

Sólo se dedicó un año a esto de los tebeos, pero su obra le ha granjeado una inmortalidad sin parangón con respecto a su duración en el medio. De hecho, Lyonel Feininger fue incluido en la selección de los Masters of American Comic cuya exposición recorre los museos de Estados Unidos. Por supuesto, como toda selección de Maestros Americanos o de lo que sea, es una selección discutible, pero Feininger se merece los laureles. Comparado con Herriman y McCay por su inocencia naif con uno, por el lirismo de sus viñetas escapistas y ensoñadoras con el otro, la breve obra de Feininger ha sido reeditada por Fantagraphics y la leí antes de partir de Juárez con esa clase de embeleso que sólo producen las obras únicas, portadoras de un encanto indefinible tocado por el genio de los poetas más puros.
Cien años nos separan de The Kin-Der-Kids (familia de seres estrambóticos que recorren el mundo perseguidos por su malévola tía) y Wee Willie Winkle´s World, donde Feininger nos cuenta en páginas de viñetas grandes y oxigenadas la peculiar relación que un niño (casi un bebé aún) establece con un mundo de paisajes, árboles y nubes a las que él atribuye inquietantes antropomorfismos. Pocos como Feininger en esta serie han captado, como también lo hizo Winsor McCay en Little Nemo, la extrañeza de vivir inocentemente en un mundo aparentemente prosaico, pero enormemente mágico. Una preciosidad. La edición de Fantagraphics, no está mal, pero no resulta ejemplar: las páginas eran concebidas para ser publicadas a un tamaño mayor, el de los periódicos estadounidenses de hace un siglo, así que en esta reciente edición los textos hay que leerlos a veces con lupa. Creo que la reedición completa de la obra de Feininger hubiera debido conllevar el esfuerzo de una publicación a tamaño original, como se ha hecho recientemente con una antología de planchas de Little Nemo.

lunes, julio 09, 2007

NO ESTABA MUERTO, ESTABA DE PARRANDA

A la francesa me despedí en junio sin advertirles que comenzaba mis vacaciones el día 23 del mentado mes (al menos les dejé una maravillosa ilustración de Feininger que ya vi que les ha gustado). Desde entonces, estoy en España disfrutando de la comida y de la bebida como a mí me gusta (luego bajaré michelines subiendo y bajando las escaleras de la maestría, que tiene sus aposentos en el tercer piso de un edificio sin ascensor). Ayer regresé de Barcelona, donde pasamos un delicioso fin de semana y donde pude visitar, al fin, el mítico rincón del coleccionista de tebeos y libros viejos: el Mercat de Sant Antoni, que los domingos se vuelve paraíso perdido donde encontrar todas aquellas colecciones que España ha tenido desde que en este país se venden y se compran tebeos. Qué emoción volver a contemplar apilados, como en la infancia de hace más de 30 años, doscientos o trescientos ejemplares de Trueno o Jabato Color, DDT, Pulgarcito, El Guerrero del Antifaz... El barcelonés Mercado de San Antonio supuso para mí ayer, en mi breve comparecencia en el mismo (tan poco tiempo, tanto por ver...) mi particular madalena proustiana desatada por la aparición de unos Patufet en catalán como los que mi madre me compraba cuando yo era chinorri y vivíamos en la catalana ciudad de Vic (a los tres años yo hablaba catalá y castellá, y mi destino ya estaba ligado al papel impreso de maravillas). En mi caso sucumbí con algunos caprichos, algunos largamente esperados como dos álbumes de Cuto que siempre quise tener: Tragedia en Oriente y Cuto en los dominios de los Sioux (¿sabe alguien de lo que estoy hablando?). Bueno, pues ya me hallo en Murcia, estoy al pie de este cañón y prometo volver a actualizar más a menudo (aunque tratándose de mí, no les aseguro nada).