viernes, mayo 16, 2025

EL ETERNAUTA DE NETFLIX, UNAS NOTAS


Por si andaban con el pendiente, les confieso que me ha gustado la versión de El Eternauta de Oesterheld y Solano López, la considero muy afortunada. Ricardo Darín como Juan Salvo y César Troncoso como Favalli están enormes. Por supuesto, adaptar un clásico del cómic de 1957 al formato audiovisual de 2025 ha debido obligar a bastantes modificaciones. Muchos extrañamos el mítico comienzo del tebeo, con el eternauta Juan Salvo materializándose ante un asustado Oesterheld en su estudio. También hay cambios en cuanto a personajes: crecen las mujeres (excelente Carla Peterson como Elena); crece literalmente Martita: de niña pequeña a adolescente Clara (Mora Fisz); hay incorporación de representantes de minorías, lo cual no debería molestar a nadie; hay cambios en cuanto a motivaciones, hilo argumental, atmósferas, intenciones ideológicas, conformación de un público receptor, y un larguísimo etcétera que, mutatis mutandis, convierten el concepto originario de El Eternauta en casi-casi otra cosa. Por no mencionar que el simple hecho de transformar un tebeo argentino de 1957 que se publicó en Hora Cero, revista humilde de limitados recursos, en éxito televisivo de una multinacional todopoderosa es un trippi lisérgico que alucina, vecina.

Pero ojo, entendamos que el prestigio de El Eternauta no dejó de crecer en el mundo desde aquel remoto 1957, y que no todo se debe al vil asesinato (que no “desaparición”, ya no jodamos) de Oesterheld y de sus cuatro hijas en la abyecta dictadura argentina. Oesterheld fue, esto lo sabe cualquiera que haya leído los grandes cómics que en el mundo han sido, un narrador y dialoguista superdotado que se dedicó a escribir historietas como Shakespeare se dedicó a escribir teatro o Raymond Chandler novelas policiales. Los comics de Oesterheld (y no sólo El eternauta) están entre lo más grande jamás escrito para el medio: Sargento Kirk, Ernie Pike  (dibujados por Hugo Pratt, el padre de Corto Maltés), Mort Cinder, Sherlock Time, El Loco Sexton, Roland el Corsario, Randall the Killer, Kendall y otros son, todavía, fuente infinita de placer lector, pero también de sabiduría, por el conocimiento profundo que tenía Oesterheld de la naturaleza humana.
 
No exagero cuando digo que El Eternauta, en aquella periferia del mundo occidental que era Buenos Aires en el remoto 1957 quizá inventó lo que hoy llamamos con grandilocuencia “novela gráfica” y que inunda las librerías y hasta los suplementos literarios de los más culteranos periódicos. Pero ahí les va lo más importante, amiguitos y amiguitas: El Eternauta se publicó en una época de totalitarismos y de guerra fría; El Eternauta presagió algunas de las más feroces y sangrientas dictaduras de América Latina; El Eternauta nació en el tiempo en que la especie humana vivía bajo el miedo enorme de ser exterminada. El gran éxito mundial de la serie de televisión El Eternauta, hoy, en nuestro aquí y ahora, demuestra que los totalitarismos y los mismos miedos han regresado. Juan Salvo regresa, ahora como símbolo global, para recordarnos que sólo el héroe colectivo nos ayudará a luchar contra los Cascarudos, los Gurbos, los Manos, los Hombres-robot y los Ellos.

jueves, mayo 08, 2025

JAVIER PUERTO

Se trató de un esquivo y olvidado dibujante de tebeos de la edad dorada de Bruguera. Según Tebeosfera, debió de nacer en Aragón al principio de la década de los 30. La firmeza de su trazo y cierto preciosismo formal lo volvieron idóneo para historietas románticas pero también de acción y de vaqueros. Trabajó para la agencia Selecciones Ilustradas de Josep Toutain, lo que quiere decir que cultivó el mercado inglés, en revistas como Mirabelle, Valentine y Glamour. Como anécdota, nos queda el dato de que fue Puerto quien ocasionó el contacto entre Toutain y Pepe González en 1956, quien se haría mundialmente famoso dibujando Vampirella para James Warren. Por desgracia para nosotros, Puerto falleció prematuramente en Barcelona en 1969.

Poco conocido y menos recordado, Puerto se encargó de la historieta central de algunos números de Bisonte Gráfico, una colección de Bruguera de buena factura artística que albergó a grandes pinceles del tebeo de la época como Darnís, Ambrós, Ángel Pardo, Eugenio Giner y otros. Publicada en 1955 dentro de la colección Dan, duró apenas 24 números. Desde este punto de vista, es una colección de gran belleza. En cambio, releída hoy completa, sus guiones dejan mucho que desear por el férreo control de la censura de la época y el giro romántico de sus desenlaces.

Presento aquí una aventura corta ejecutada con maestría por Javier Puerto para Bisonte número 7, en la que destaca el cuidado realismo de las viñetas, inspiradas claramente en los pintores del naturalismo de Estados Unidos como Norman Rockwell, Andrew Wyett, Harold N. Anderson y otros, que causaban furor en aquellos años. 

jueves, marzo 13, 2025

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ CUADERNOS 74 Y 75





Siempre fui más de Víctor Mora y su Capitán Trueno que de El Guerrero del Antifaz, obra cumbre de don Manuel Gago (más familiares, parientes y amigos). Durante mi infancia leí muchos de los cuadernos semanales que Editorial Valenciana publicaba cada semana con las viejas aventuras de los cuadernillos coloreadas, retocadas y, en algunos casos, censuradas. Como pasó con Trueno Color o Jabato Color, el nuevo Guerrero Color fue un desastre desde el punto de vista del respeto a la obra original. Leí Guerreros color, muchos, y en algún mercadillo llegué a comprar un original apaisado y amarillento en el que pude olfatear el tiempo transcurrido desde la tremenda posguerra civil española, la autarquía siniestra del país en manos del dictador Franco. Muchas tonterías se han dicho de El Guerrero del Antifaz, como que era una serie franquista mientras que el Capitán Trueno era "democrática". En los años 80 este discursito se volvió recurrente, pero el tiempo transcurrido demuestra que la pesadumbre, gravedad y tristeza generales de la serie no tenían que ver con lo político, sino con una manera triste y acongojada de vivir la vida. Pienso que Gago debió de ser un hombre muy atormentado, y que ese tormento, ese pesimismo, lo transmitió a una serie que entusiasmaba  a los niños por el vértigo de sus acciones y el dinamismo de sus peleas, cabalgadas y combates. Gago era dueño de un trazo veloz muy sugestivo, heredado de otro grande: Emilio Freixas. Véanse las muestra seleccionadas: portada del cuadernillo 74, viñeta detalle de p. 9 y la misma viñeta en la página en que se inserta; portada de cuadernillo 75 ,viñeta detalle de p. 6 y misma página completa. En ambas viñetas podemos sentir el torbellino de las acciones (en la viñeta de p. 9 casi podemos oír el grito de angustia y dolor del contrincante herido de muerte; ¿y qué decir de la perfecta construcción visual de la viñeta 1 de la misma página?). Dicen que Gago dibujaba tan rápidamente una sola página que superaba en tiempo de ejecución al ayudante que entintaba la parrilla de viñetas de la página siguiente. Debo confesar que por primera vez en mi vida estoy leyendo la serie original completa. Voy por el número 77 y no sé si llegaré al final (el 668). Me pesa en su lectura el abigarrado y confuso dibujo de Gago et al., que paradójicamente también encuentro fascinante. Debo confesar que leerlo en esa maravilla de nuestro tiempo llamada iPad me permite ampliar viñetas y recrearme en los detalles. Ya no podría leer la serie directamente en papel, no tengo ojos. Me pesa sobre todo el oscurantismo de sus planteamientos y personajes. La oscuridad del Guerrero es antecedente de muchos personajes oscuros de nuestros días. Que tu mayor enemigo en el mundo sea el asesino de tu madre, el hombre a quien amaste creyéndolo tu propio padre es algo que marca al más pintado. En el fondo, El Guerrero del Antifaz es una serie sobre el revanchismo feroz que siguió a la contienda española.

martes, enero 28, 2025

EL PLEITO POR EMILIA PÉREZ


Pues a mí sí me gustó Emilia Pérez, el musical “brechtiano” de Jacques Audiard. Claro, yo soy de esos que también disfrutan leyendo a Charles Bowden, viendo series de frontera como The Bridge o pelis como El consejero. Me interesa muchísimo la mirada de los extranjeros sobre México, porque es en la mirada del foráneo donde contrastan más los aciertos, desatinos y peculiaridades de una cultura. La exagerada polémica sobre doña Emilia me recuerda la de Los olvidados, de Luis Buñuel (¡otro extranjero!), de quien se exigió su deportación por “haber ofendido a México” con su cinta. Hoy Los olvidados ostenta, en algunas listas, la curiosa medalla de ser la mejor película del cine mexicano de todos los tiempos, aunque la dirigiera un baturro sordo. Otra cuestión delicada es que, no sé, quizá a muchos intelectuales mexicanos no les guste que fuera de México se rueden películas sobre México, o que se escriban novelas sobre sus pesares nacionales (al pueblo, le vale queso). Al contrario de lo que ocurre en España, Francia o Italia, donde las películas sobre España, Italia o Francia tienen audiencia garantizada (aunque las dirijan extranjeros como González Iñárritu, Woody Allen o Isaki Lacuesta), en México, que yo sepa, sólo la película animada Coco (2017) fue vista con buenos ojos. Quizá una solución sería que Disney/Pixar hicieran su musical de machos, buchonas, narcos y transexuales para que la melaza nos chorree hasta el codo. Al fin y al cabo, Selena y Zoé son chicas Disney, ¿no? Dejen que los extranjeros también filmen o escriban chingaderas, ¡las chingaderas deben ser patrimonio de toda la humanidad!