miércoles, enero 05, 2011

NOCHE DE REYES

Molan los Reyes Magufos. Siempre he recelado de Papá Noel: un viejo solterón de barba blanca, poco atractivo físicamente, que vive en el Polo Norte rodeado de bestias. Antes por lo menos tenía una debilidad humana que le volvía simpático: fumaba. Desgraciadamente, estos tiempos de puritanismo le han obligado a desterrar esa costumbre. Imagínense: después de toda la noche repartiendo regalos, llega la alborada, se mete en un bar a beberse un carajillo, y un delator cualquiera de los que alienta la ministra de Sanidad se dice: "¡Ostras, Pajín!" Y el pobre Papá Noel acaba en el trullo.

Por si fuera poco, Papá Noel es el enblema navideño de Estados Unidos, el mismo país que vende armas a los narcotraficantes mexicanos y quiere cerrar Wikileaks. ¿Por qué querría un viejo huraño como Papá Noel hacer regalos a los niños? Dicen que es Papá, pero, pongamos la cartas sobre la mesa: ¿a qué turbias actividades se dedican esos hijos, de los que nadie sabe absolutamente nada?

En cambio los Reyes Magufos son tres. Como los tres cerditos, los tres mosqueteros o el trío Calaveras. Como El Cachorro, Batán y el Capitán Fierro. Están acostumbrados a desenvolverse en sociedad. Sólo hay que ver cómo son recibidos cada año entre olor y loor de multitudes. Los mandatarios se ofrecen como alfombra para que ellos pasen. Además, aparecen en la Biblia, un clásico de la literatura, te guste o no. Papá Noel, en cambio, sólo empezó a adquirir fama a partir de Walt Disney y la Coca-Cola. Y además, uno de los Reyes Magos es negro. Por tanto, promueven la integración racial, algo que en el mundo anglosajón es relativamente reciente (aunque ahora el tío Tom viva en la Casa Blanca). Los Reyes Magos viajan en camello y persiguen una estrella. Por sinécdoque, ellos son camellos y la estrella que persiguen es la estrella de los soñadores. Como son soñadores y son camellos, seguro que en sus alforjas cargan alguna bolsita de marihuana para contemplar con más nitidez las estrellas cuando reposan tendidos junto a un oasis. No me extraña que no les quieran en Estados Unidos.

En la tradición anglosajona, los Reyes Magos son conocidos como The Three Wise Men. Los Tres Sabios. Nadie ha dicho nunca de Papá Noel que sea sabio ni nada por el estilo, ni tan siquiera inteligente. Quizá, como mucho, tenga algún doctorado Honoris Causa. ¿Por qué no? También Celia Cruz tenía uno. Y los Reyes Magos vienen de Oriente, tierra del sol naciente, de los placeres sensuales y exóticos, de perfumes picantes y arrebatadores. No cuesta trabajo imaginar a cualquiera de ellos disfrutando de las cálidas tardes árabes bajo la sombra de un palmeral, alimentándose de dátiles con miel de un cuenco incrustado de diamantes mientras sonríen con picardía a alguna linda mocita del serrallo que tras unas cortinas les convida a reposar un rato en el interior de una estancia discreta y ventilada.

No quiero ni pensar con qué se rasca Papá Noel cuando le pica el dátil allá en el Polo Norte.

Esta noche todos los niños de España y otras latitudes dormiremos soñando por enésima vez con los regalos que los Reyes depositarán en nuestro hogar: ositos, muñecos, cachivaches diversos, libros y tebeos... Puertas abiertas hacia el reino de los sueños. Noche la más importante del año, los niños la dormimos tarde y mal, nerviosos y emocionados, despertando de pronto cuando escuchamos (o creemos escuchar) un chasquido que llega del exterior de una ventana que parece abrirse, o atisbamos bajo la puerta una luz que, de manera mágica, se enciende en mitad de la madrugada... Y entonces no nos atrevemos ni a respirar.

Aquí lo dejo, es inútil. Sé pefectamente que, a pesar de mis intentos de conciliación, cuando mañana me levante volverá a ser lo mismo de las últimas tres décadas. Que los Reyes Magos me habrán dejado sólo calzoncillos, calcetines y cuchillas de afeitar. Con suerte, un cepillo de dientes eléctrico. ¿Qué habré hecho mal en los últimos años? ¿Por qué los Reyes Magos se olvidaron de mí?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido profe gafapasta, no es por aguar la fiesta, pero estoy segura de que tú no has hecho nada mal. Lo que pasa es que los reyes magos no existen, tu familia te compra cada año lo mismo, seguramente porque tú no te lo compras durante el año y esperas a que te lo regalen ellos en reyes...o no? y Harry Potter también es literatura, nos guste o no, pero nadie confia en que una lechuza blanca venga cargada con nuestro correo...o si?

Anónimo dijo...

Querido profe, los reyes magos no existen. Olvídate de ellos y demás extraterrestres y disfruta la vida.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Sé quién eres y sé que eres una niña mala. Los Reyes sí existen. Seguro que lo que pasa es que sólo te traen carbón de dulce para que se te piquen las muelas. Es lo que mereces :((((

Anónimo dijo...

Bueno Ricardito, siento haber sido tan brusca. Pero ya sabes que yo pienso que la leyenda de los Reyes Magos es bastante limitada en cuanto a creatividad, y fácilmente superada por casi cualquier relato de ciencia-ficción. El mismo Harry Potter le da mil vueltas a esta leyenda o a cualquiera que aparezca en la mítica biblia.¿Me merezco por eso carbón de dulce? joo, pues ya no te invito a fumar mis cigarrillos mágicos, já.

Sole :)

El Pobresor Gafapasta dijo...

Bueno, si me invitas a un cigarrillo mágico te perdono (y seguro que los Reyes Magufos también)

;)))

Anónimo dijo...

Queridisimo Rick:

A mi los reyes magos tambien me molan y bastante. Se me hace una historia muchisimo mas conmovedora, interesante y especial que la de Papa Noel.

A parte en mi caso eran reyes magos cinefilos. Recuerdo las distintas trilogias que me trajeron varias veces: Matrix, Star Wars, Rambo, etc... Ellos si sabian consentir bien no que el Papa Noel puros videojuegos y ropa.

Para la anonima fanatica de Harry Potter: Por favor Mr. Potter no se puede comparar a nada; juega un deporte montado en una escoba, hasta las peliculas de narcos nacas son mejores que eso. Harry Potter apesta!

Abrazos y besos a todos en el blog, hoy ando de dadivoso y que?

con carino...

El Conde de Montecristo

Paso del Río Grande del Norte dijo...

Muy apreciado profesor: Usted no se agüite y siga con la esperanza de que algún día de un año de estos, los incluyentes Reyes Magos harán una selección más imaginativa de los regalos que le habrán de dejar la noche del quinto día del año.
Ha sido un placer enorme penetrar en las entrañas de sus cavilaciones. Mientras el tío Tom no decida bombardear las palacios de oriente donde habitan estos tres sabios, mantenga usted la ilusión de que algo queda rescatable en este mundo, aunque nos digan que el trío éste no sea más que humo en los ojos.