martes, noviembre 10, 2020

HOJAS SECAS XXXV: EL DRAGÓN DEL ESTANQUE, DE S.S. VAN DINE

Esta fue una de las primera novelas policiacas que leí en mi vida: El dragón del estanque, de S.S. Van Dine; con gran paciencia y aburrimiento, debo decir, pues yo era crío todavía. El gran personaje de Van Dine fue Philo Vance, irremediable plomizo y pedante que podía resolver los casos más intrincados ante la inutilidad vocacional de la policía. En el cine lo interpretó con su habitual elegancia William Powell. El modelo, ya se sabe, prosperó en una larga serie de versiones cinematográficas, radiofónicas y televisivas, y en larga serie de epígonos como El Halcón, el Santo, el Ángel, etc. S. S. Van Dine también se hizo famoso por su estricto Decálogo de la novela policiaca, el cual ni él mismo seguía (es lo malo de ser purista, que tarde o temprano quedas con el culo al aire). Mi cariño por esta novela deviene de que me la regaló mi tío José María, hermano de mi padre, quien, por desgracia, falleció a los 33 años en una operación a corazón abierto. Nunca lo he dicho, pero ahí comenzó mi conflicto no resuelto con Dios. Muchos tenemos alguno de esa naturaleza.

El volumen lo sigo teniendo en mi biblioteca murciana, el que me regaló mi tío José María. En Ciudad Juárez tengo este otro, casi la misma edición (esta es de Editorial Molino, 1963, con una contraportada dedicada a las novelas de Perry Mason; en la que me regaló mi tío, la contraportada anunciaba novelas góticas de la misma editorial). La portada original de R. Riera Rojas la pongo en primer lugar. La segunda portada es la misma, pero retocada para quitarle algunos defectillos y desperfectos que los años le han infligido. En cuanto a la tercera, que podéis ver más abajo, he eliminado las letras para que quede tal cual, la portentosa imagen que tanto me intrigaba desde niño: mi primera representación de Philo Vance, curiosamente cruzada con el rostro de Peter Cushing.


2 comentarios:

Maquila Donna dijo...

La portada de El dragón del estanque, atravesada por la emoción y el recuerdo. Me gustó mucho.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Hojas secas, pero no muertas...