Su
película más famosa, una de las más llamativas y curiosas del cine español
clásico, es La torre de los siete jorobados. Está basada en una famosa novela
de Emilio Carrere, una extravagante autor vanguardista, amigo de Alejandro Sawa
y Pedro Luis de Gálvez, que a lo largo de su vida osciló entre el radicalismo
estético, hasta ser monárquico, antirrepublicano, y en los últimos años de su
vida un admirador de Franco. Carrere escribió sobre el Madrid del xix y su
inframundo, mezclando sus personajes con leyendas tradicionales. Sólo ha
empezado a ser reivindicado a finales del siglo XX. Por lo menos de esto último
La torre tiene ciertas pinceladas al evocar los barrios populares del Madrid
decimonónico en que trascurre esta historia claramente inspirada en el
fantástico expresionista alemán y de Hollywood: Robinson de Mantua al El
fantasma de la ópera, las escaleras que descienden a la ciudad judía, así como
la misma ciudad, al El gabinete del doctor Caligari son referencias muy
notorias, y la criada Braulia nos evoca a la señora Denvers de Rebeca.
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1 comentario:
Yo llegué a esta película, supe de ella, por un comic de Roberto Alcázar y Pedrín que trataba el mismo tema. Es una película extraña y bastante buena, que plantea una civilización subterránea que puede simbolizar muchas cosas y que sí, está impregnada del impresionismo. Cuando la vi me hizo pensar que la España de Franco tuvo sus válvulas de escape, sus pequeños desórdenes, me duele saber que el realizador se volvió después tan de derechas, porque estoy seguro de que cuando filmó los siete jorobados, no lo era
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