En El planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1968) no sorprende la presencia de Rod Serling en el guión. Ignoro cuánta ingerencia tuvo Serling en el mismo, pero todo el film está orientado a un final, ese final O´Henry del que tanto abusaron no sólo Serling en su magistral Twilght Zone, sino Hitchcock en su serie de la tele y otros muchos (los tebeos de EC Comics, de Warren, de DC, de Marvel, de todo cristo). En realidad, a pesar de nuestra nostalgia infantil (¿alguien recuerda la serie de TV donde Roddy McDowall interpretaba al buen simio Galen?) la película puede ser hoy vista como un sólido film de género de SF, dirigida con la mano firme y solvencia acostumbrada por Franklin J. Schaffner, que alcanzó cumbres más representativas con uno de mis filmes fetiche: El señor de la guerra (1965). Y por Charlton Heston que rodó en la época varios ejemplos más de SF de la buena. Destaca también la música de Jerry Goldsmith, la fotografía de Leon Shamroy. Notorias eran las diferencias con la novela original de Pierre Boulle, que leí en mi adolescencia. La serie cinematográfica posterior fue bastante flojita, aunque el film de Schaffner también propició una interesante serie de cómics Marvel en los 70, y aquella mencionada serie de TV para mayor gloria de Roddy McDowall, el Gran Simio de Simios (en este film interpreta a Cornelius). El revival de Tim Burton en 2001 fue francamente ridículo. Al menos la reciente Rise of the planet of the Apes (Ruppert Wyatt, 2011) es divertida y está realizada con eficacia. Revive el espíritu de entretenimiento inteligente de El planeta de los simios de Schaffner que fue, en definitiva, un film concebido para su plano final, pero, ¡qué plano final! ¡Insuperable!
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