domingo, noviembre 14, 2004

GERMINAL


Se ha vuelto un tópico asegurar que nuestros tiempos se caracterizan por una crisis de las ideas. Concretamente, el cine atraviesa, dicen, un periodo de falta de imaginación y de servilismo hacia los patrones prestablecidos. Prestablecidos sobre todo por Hollywood, a quien debimos durante la primera mitad del siglo XX la consolidación de un enorme canon del clasicimo cuyas influencias y orígenes no puedo analizar aquí por falta de tiempo y de espacio. Es difícil ser original cuando se han asimilado de manera más o menos consistente 25 siglos de civilización. La creación original se reduce, pues, no a la invención de nuevos temas o ambientes, sino a la fragmentación en piezas ínfimas de los sentimientos, ambientes y temas ya conocidos. La recombinación de los pequeños elementos redistribuidos y disfrazados conducen a la originalidad, que sería una nueva forma de contemplar lo antiguo. El ejemplo ya mencionado de Así es la vida, de Ripstein y Garciadiego, sería ilustrativo y modélico respecto a los mitos clásicos y sus hijos artísticos. Todo lo contrario, el colmo de la falta de imaginación que resulta ser la recreación por desdoblamiento la encontraríamos en cine en los remakes de Sabrina o Psicosis o en cualquier otro remake. El remake o refilmación sería la respuesta más desesperada y miserablemente imaginativa a la crisis de imaginación.

Otra aparente salida a esta crisis resulta acudir a la fuente Castalia de los grandes temas y personajes: la literatura. Los franceses son singularmente exitosos para esta filigrana elaborada y compleja que es “traducir” una novela en película, y sus resultados son con frecuencia enormemente gratificantes porque realizan un cine sincero y alejado del moralismo y la pacatería, sin ese maquillaje del pasado al que Hollywood nos tiene acostumbrados.

Tal es el caso de Germinal, basada en el conocido clásico francés de Emile Zolá, donde la solvencia de la historia se encuentra a prueba de bombas. Fue la película más cara rodada hasta la fecha en Francia (1993), ya que su coste ascendió a 160 millones de francos que, afortunadamente, fueron bien invertidos en este gran éxito de crítica y público. Si a esto añadimos un director más que eficiente y un equipo de actores absolutamente compenetrados en su trabajo y con sus personajes, el resultado no puede dejar de ser excelente.

La película sigue la novela fielmente, aunque restándole buena cantidad de su virulencia, que hubiera sido redundante en pantalla. Etienne Lantier llega hasta Montsou, en el norte de Francia, donde entra a trabajar en las minas y conoce de primera mano la explotación y miseria a la que los obreros están sometidos. Comprometidos con la causa socialista, ésta les conducirá a una guerra social que al final será sofocada por el ejército tras dejar un triste e inevitable reguero de cadáveres y de excesos por ambas partes en conflicto, tanto obreros como patrones.

En el fondo la película es un Novecento chiquito de 150 minutos, una emulación muy inspirada del espíritu de la gran película épica de Bertolucci pero pasada por el tamiz de la desesperanza, aunque no de la claudicación en las luchas sociales: la guerra nunca terminará, parece decirnos el naturalista Zolá, y sus victorias serán efímeras mientras la naturaleza humana no cambie. Sólo se nos obliga a no bajar la guardia jamás. Lejos del ingenuo y consolador mensaje de Novecento, Germinal es una película más dura que nos recuerda que la batalla de estos mineros por la dignidad es la batalla aparcada de muchos pueblos sobreexplotados que ahora se consuelan con telenovelas. Aun reconociendo que es mejor vivir en la telebasura que en China, la ejemplificante China parece seguir esperándonos al final del camino.

Germinal (Germinal, 1993). Dirección: Claude Berri. Guión de Claude Berri y Arlette Langmann basado en la novela homónima de Emile Zola. Fotografía de Yves Angelo. Música de Jean Louis Roques. Con Gérard Depardieu, Renauld, Miou-Miou, Jean Carmet, Jean-Roger Milo, Judith Henry, Laurent Terzieff, Jean-Pierre Bisson, Bernard Fresson, Jacques Dacqmine, Anny Duperey. Producción de Renn Productions / France 2 Cinema / DD Productions / Alternative Films / Nuova Artisti Associati. 158 m. Francia-Bélgica-Italia. (****) Posted by Hello

1 comentario:

El Pobresor Gafapasta dijo...

Hombre, Alberto. Yo te aconsejo que te arriesgues. La película no es tan grande como la novela, pero como película es una buena adaptación. Los actores están todos muy bien. Tomalo como cuando viste El hidalgo de los mares. Con la necesaria perspectiva.