viernes, enero 30, 2015

CIN3MÁTICO XXXII: AKIRA KUROSAWA (PARTE 1 DE 3: RASHOMON)

A falta de nuevas novedades novedosas, aunque las habrá pronto, volvemos con CIN3MÁTICO, el programa de cine más dicharachero, gongorino y chachi de la Red de Spiderman. A punto de estrenarse (11 de febrero) en UACJ-TV la temporada 4, que ya estamos grabando, comienzo a colgar los programas de la temporada anterior, la 3. Tendremos programas dedicados a Kurosawa, Guillermo del Toro, Elia Kazan, Vincente Minelli, Roman Polanski, William Dieterle, David Fincher, Hermanos Coen, Christopher Nolan, Fernando de Fuentes, Jean Renoir y Martin Scorsese.

Empezamos con Kurosawa. Comentamos tres películas: Rashomon, Ikiru (Vivir) y El infierno del odio. En este segmento, cápsula informativa y comentario de Rashomon. 

CIN3MÁTICO XXXII: AKIRA KUROSAWA (PARTE 2 DE 3, VIVIR)

Segunda parte. Comentamos el film Ikiru (Vivir), un magno y emotivo drama que nos deja, quizá, algunas lecciones de vida.

CIN3MÁTICO XXXII: AKIRA KUROSAWA (PARTE 3 DE 3, EL INFIERNO DEL ODIO)

En este segmento final  comentamos el excelente film noir "El infierno del odio".

JOSÉ MARÍA LATORRE (1945-2014)

Me entero con gran pena del fallecimiento reciente (14 de noviembre de 2014) de José María Latorre. Durante muchísimos años fue el redactor jefe de Dirigido Por..., no sólo mi revista de cine favorita, sino la mejor revista de cine mundial. Sin duda, mucho mejor que otras en activo que he leído, entre ellas las prestigiosas Cahiers du Cinéma, Cineaste, Sight and Sound, Cinema Scope. ¿La razón? Además de las consabidas entrevistas a directores, críticas y tal, Dirigido Por... está caracterizada por algo fundamental: los estudios de directores y dossiers sobre géneros. Algunos de ellos, repartidos en varios números, son tan extensos como libros. Una herramienta de conocimiento fundamental. No hay otra revista en el panorama mundial que haga esto. 

José María Latorre estaba un poco apartado de las novedades, pero número tras número gozaba su sección (de no pocas páginas) Pantalla Digital, donde comentaba de manera exhaustiva algunas novedades aparecidas en formato DVD. Me gustaba su defensa encendida de los clásicos, y me complacía su mirada desmitificadora de los mismos. Me fascinaba su buena prosa, bien templada y culta, nunca pedante, los múltiples vínculos que establecía con la literatura, las música y otras artes plásticas. Daba la impresión de que ver cine era, no una actitud pasiva como es para la mayoría de la gente, sino un permanente acto de reflexión sobre el cine, las artes y el mundo. 

Junto con el legendario y profundo Manuel Villegas López, así como el luminoso y emotivo Ángel Fernández-Santos, José María Latorre fue para mí una forma de acercarme al mundo a través del cine. Muchos echaremos de menos sus opiniones sobre cine a partir de ahora porque eran una ventana al mundo que se cierra. Otros vendrán, seguro, pero esto no nos convertirá en menos ciegos en cierto modo de ver la vida y el cine.


jueves, enero 29, 2015

MEGALEX: JODOROWSKY Y BELTRAN

El mayor problema de Megalex, obra muy interesante del ya clásico Alejandro Jodorowsky en los guiones, y el fantástico dibujante Fred Beltrán, es que su publicación se alargó demasiado en el tiempo. El primer volumen, La anomalía, data de 1999; el segundo no llegó hasta 2002 (lapso razonable, sobre todo a tenor de la calidad del arte de este segundo álbum). El problema es que el tercer volumen de la serie no llegó hasta 2008, casi diez años para concluir un arco argumental, lo que propició que algunos de los iniciales lectores ya se hubieran olvidado de la obra, y otros estuvieran literalmente fritos e irritados por la espera. Se ha destacado, porque resulta muy notorio, que entre el álbum número 2 y el 3 hay un cambio de técnica pictórica, y los dibujos hiperrealistas con técnicas infográficas de los tomos 1 y 2 cambian entre 2002 y 2008 a  un estilo más clásico: plumilla, pinceles, pintura y esas cosas. El estilo de Beltrán es formidable, con lo que el gozo para los ojos está asegurado, pero en términos de coherencia estilística hay un pinchazo al leer los tres álbumes de un tirón. La historia, ubicada en la ciencia-ficción más tradicional (sociedades tecnificadas donde gobiernan tiranos que deben ser derrotados por medio de una revolución) fluye bastante bien entre los álbumes uno y dos, pero luego parece que lo que quieren Jodorowsky y Beltrán es cerrar cuanto antes el ciclo y olvidarse del mundo de Megalex. En lo personal, encuentro que lo mejor son el dibujo hiperrealista de Beltrán, capaces de trasplantarnos a una dimensión distinta. Sólo por ellos merece la pena soltar la pasta que cuesta el libro recopilatorio, o bien los tres álbumes. Juzguen y vean.


A VUELTA DE RUEDA TRAS LA MUERTE: PORTADA, CONTRAPORTADA Y SOLAPA




NUESTRA SEÑORA DE LA SANGRE. RESEÑA DE MARIO LUGO.


Les presento aquí una reseña de Nuestra Señora de la Sangre, en esta ocasión por el escritor chihuahuense Mario Lugo. 

Nuestra Señora de la Sangre, de Ricardo Vigueras

La estupenda novela que me ocupa está integrada por tres partes: Todo lo marchita el tiempo, constituida de siete capítulos, No hay más sueños para Sonia, subdividida en catorce capítulos y El primer vals, en siete. Ricardo Vigueras se da a la tarea de construir sobre todo una ciudad, Noche de Nuestra Señora, que forma parte de un país isleño, Puntaloba. Con trazos rápidos y precisos va dibujando la mínima geografía de una ciudad donde ocurre casualmente todo lo que ocurre en las ciudades de fines del siglo pasado y lo que va de este. Gran parte de la trama descansa sobre las acciones que toman o dejan de tomar personajes de policías que conforman toda una galería encabezada por dos de ellos, jefe y su subordinado de la Delegación Liminar de la ciudad llamada, como ya dije, Noche de Nuestra Señora. El autor llama “lupenses” a sus habitantes. Ciudad siniestra y aparentemente nada hospitalaria, aunque por el vicio y la diversión que la caracteriza da la impresión de lo contrario.

A primera vista los personajes centrales parecen ser tres mujeres, cada una vive su historia en cada capítulo. Conforme avanza la novela nos damos cuenta que, aunque indispensables, las historias de las mujeres, quizá la historia de Sonia se mantenga con más firmeza que las otras dos, son sólo el aldabón del que penden la existencia de la ciudad y sobre todo la anécdota central, la historia del policía Lucas Bauer, alias el Ratón. La novela toca el tema de la violencia contra las mujeres, la delincuencia, de refilón el uso de las drogas; pero ninguno de esos temas es el tema central. El tema central es, a mi juicio, la invención exitosa de una ciudad en sí y su transcurrir tormentoso y la vida del mencionado policía sin dejar de lado una multiplicidad de personajes que hacen posible ver con claridad a Noche de Nuestra Señora, la ciudad.

Cada una de las tres partes que integran la novela pudiera funcionar como relato aislado e independiente. Sin embargo, a los tres los unen la ciudad, los mismos personajes policiacos, en particular y con gran vigor el protagonista principal Lucas Bauer, alias el Ratón y Adán Nebreida, alias el Caballo Ciego. Salvo en No hay mas sueños para Sonia, en que el narrador omnisciente se intercala capítulo a capítulo con la narración en primera persona, la de Sonia, el narrador omnisciente nos lleva con mano firme a través de toda la novela. El narrador es uno de gran destreza que sabe crear una ciudad con todo lo que trae esto consigo que es tantas ciudades de nuestro tiempo. Llena de injusticias, corrupción, hipocresía, cinismo y falta de piedad.

El lenguaje y sus analogías son muy singulares o quizá debiera decir, originales en cuanto a que es una mezcla de diferentes giros coloquiales que muchas veces reconocemos como propios, por ejemplo: “Episodios estudiantiles fufurufos” (p. 22); “su placa mágica y machín” (p.39); “¿La engaña con otra morra?” (p.41), o “(..)con aquel pipianón” (p. 253). Otros no nos son tan familiares: “bajo el sol que se derretía como pinole caliente sobre los volúmenes de la durmiente calle” (p. 24), o bien: “letra nerviosa, adornada de ringorrangos” (p.29), “vagándula madre” (p.43), y algunos más del todo distantes: “la calderilla de la magra soldada de la quincena” (p.22)”;“Yo me hubiera cagado en su Dios”(p. 111); “Me cago en tu puta madre” (p.226), sin dejar de ser, por ello, menos creativos y plenos. Quizá haya uno o dos casos a mi juicio un tanto excesivos, por ejemplo: “El sol había declinado más allá del ablativo absoluto(…)” (p. 191). Sin embargo, ya en su conjunto todo los recursos de los cuales hace acopio el autor hacen de la lectura una experiencia intensa e interesante, placentera.

El acopio constante de metáforas y propuestas comparativas realmente exitosas que van en aumento hasta culminar en la última parte hacen que el lector busque con avidez la siguiente página y especule sobre el posible desenlace. Preocupa un poco el lenguaje un tanto impregnado de filosofía en la segunda parte cuando es expresada por Sonia, en primera persona, tan distante algunas veces de la autenticidad si comparamos la breve noticia biográfica de la protagonista, que es de extracción humilde y nada educada. Sorprende sin embargo, en las tres partes la fuerza anecdótica de las historias, su profundidad y sin duda inteligente urdimbre. Como todo un maestro de la trama mantiene atenta la atención y el suspenso en cada relato.

El autor toma los eventos del todo posibles para crear la trama y adiciona una suerte de acontecer mágico en cada uno de ellos, por ejemplo la imagen por demás plástica de las lechuzas en el bosque rodeando a la quinceañera, que hacen vivir de manera plena la fantasía propuesta.

Tanto en el desenlace sorpresa del primer relato en que todo el encanto y el amor que pudiera representar la búsqueda del padre por una hija nostálgica y ansiosa, Enriqueta Saldívar, de llenar el hueco que la mayoría de los hijos abandonados viven, como en la heroica resistencia a la muerte por parte de Sonia, prostituta por necesidad, en la segunda parte, quien se empeña en mantener los ojos abiertos a pesar de estar muerta, sus intentos por recobrar la hija perdida y su lucha por ser feliz. De particular dramatismo es la parte final donde el relieve humano del Ratón, policía corrupto, alcohólico y aparentemente inconmovible, quien después de una alcoholizada irrupción en la quinceañera de su hija, a la cual no fue invitado, se quiebra muy cerca del caos y clama por la admisión de su inocencia.

La novela es intensa, donde todo parece estar sujeto a la fatalidad (“pasó lo que tenía que pasar”) no por ello menos imprevisible para el lector, y está muy bien estructurada y llevada con firmeza por un talento literario descriptivo y creativo poco común.

Nuestra Señora de La Sangre. Ricardo Vigueras. Colección Solar. Narrativa. 2013. 270 pp.

miércoles, enero 28, 2015

NUESTRA SEÑORA DE LA SANGRE, POR GUADALUPE NUÑO

Guadalupe Nuño, narradora y poeta de La Paz, Baja California Sur, presentó Nuestra Señora de la Sangre en Lunas de Octubre de 2013. Reproduzco con su permiso las palabras que dedicó a mi novela en su presentación. Gracias, Guadalupe. 

COMO TODOS LOS DÍAS AL FINAL DE LA TARDE, LLOVÍA.
Guadalupe Nuño

Esta novela la conforman 267 páginas que leí en tres sentadas, porque en verdad me atrapó. Me hizo en ocasiones botarme de la risa, en otras me dio coraje, en tantas otras se me hizo un nudo en la garganta, o sea que Ricardo sabe perfectamente jugar con los sentimientos y emociones del lector.

Además, esta obra se caracteriza por su  fluida prosa y que a pesar de manejar varias figuras retóricas, modismos, palabras poco usuales,  y sobre todo palabras de uso cotidiano;  sin tapujos y pelos en la lengua, es de fácil acceso para el lector de este siglo.

Ricardo Vigueras crea un encuentro de voces narradoras alternadas, utilizando excelentemente la metadiegénesis; la voz principal de un narrador omnisciente  y la voz femenina de un personaje testigo, e inclusive salido de la ultratumba, que hacen de esta novela sea amena, y nos trasporte a todos los recovecos de las historias que relata.

Es de tipo policiaco, con marcados tonos de suspenso, porque describe hechos y personajes, tomados del mundo real, realizando una crítica social de la delincuencia y la burocracia en nuestro país,  con  tintes rulfianos;  pertenece a la corriente literaria: realismo mágico y sin duda a la literatura fronteriza, principalmente cuando hace alusión  al tipo de delincuencia que  se genera en esa parte de nuestro país, dado su contexto donde vive. Es imposible no ver en esta novela a las muertas de Juárez y sus maquilas…

Este texto está conformado por tres historias diferentes –tres casos que resolver, la manera no importa, el chiste es resolverlos-, no obstante, las historias están encadenadas por dos personajes protagónicos, con personalidades diferentes que se aposentan en ellas: dos Policías, el Capitán Adán Nebreida, personaje fuera de lo común,  su mote es Caballo Ciego y se distingue por usar gafas oscuras por ser invidente, por ser  paternalista, de dinero, elevado, corpulento, apuesto, con una familia bien integrada, con su amor a la literatura: cito uno de sus diálogos y parte de la narración:

―Poderoso caballero, como decía Espronceda  ―sentenció Caballo Ciego con indiferencia.  Mientras Alondra Guzmán tomaba nota de la cita literaria, Caballo ciego se reacomodó en su asiento y volvió la cabeza hacia donde debía hallarse el Ratón.

El otro policía, mano derecha de Caballo Ciego,  Lucas Bauer alías El Ratón, es el clásico teniente, al parecer sin preparación académica, truculento, pisteador, siendo su debilidad los burdeles y sus féminas, hombre de baja estatura, morenazo, nada agraciado por la naturaleza, con un pasado turbio, su ideología: “El fin justifica los medios”:  El  Ratón, al terminar  de obtener sus servicios de la meretriz, sacarle la sopa, su verdadero nombre (Metáfora o Meti para los cuates) y pagarle, se despide de  ella, con esta frase: “Que no te dé tanta pena tu nombre ―aconsejó con una sonrisa―. A lo mejor, Metáfora  no es una cosa mala”.

La primera historia, Todo  lo marchita el tiempo poderoso, trata de una joven llamada Enriqueta  Saldívar  que  busca a su padre,  de origen libanés, Abdul Alire Khlayel,  gerrillero comunista y que nunca conoció. Viaja hacia Puntaloba a la Delegación de Liminar para saber de su paradero.

La segunda historia es “No hay más sueños para Sonia”. En este apartado Ricardo emplea el recurso de la retrospección, donde el mismo personaje, o sea Sonia, relata su vida estando muerta:
“Mientras yo sola velaba mi propio cadáver solitario, un repiqueteo me hizo volver la vista hacia la ventana de cristal violáceo. La luz del día se inmolaba al otro lado de la ventana, quizá como una admonición de las negras eternidades entre las que yo pronto flotaría. A  los segundos, el repiqueteo se intensificó. Como todos los días al final de la tarde,  llovía.”

La tercera y última historia, “El primer Vals”, nos narra la historia de una chica, hija de una pareja de adinerados y pudientes que desaparece en la nada después de su gran fiesta de 15 años. Este último relato se entreteje con la vida disipada del Ratón y su hija abandonada por él, que precisamente en su fiesta de 15 años… no había sido requerido por su ex mujer la Chata y su hombre, lo cual no le importa y se presenta, y quizá para agarrar valor llega bien alcoholizado:

           ―¡Sorpresa, banda de culeros! ―escupió―. ¡Un pajarito me dio el soplo!
        ―No sabíamos que tuviera el interés por acompañarnos, explicaba el nuevo hombre de la Chata con aquella impostación de muy leído.

Sólo me queda decirles que me deja buen sabor de boca y que la lean porque está muy buena.
            “Como todos los días al final de la tarde,  llovía”.