miércoles, mayo 28, 2008

PÉPLUM, DE BLUTCH

No sé para cuándo, pero está prevista la edición de Péplum, de Blutch, por Ponent Mon en España. Quienes se solazaron con el estilo fuerte y vigoroso de Blutch, se congratularán con la aparición de esta obra que, como su nombre indica, transcurre durante la romanidad, en concreto durante los años posteriores al asesinato de Julio César.

Iniciada para la editorial Casterman, que no la quiso publicar en su revista A suivre, al final acabó por ser editada con 20 páginas menos. En cualquier caso, y en espera de ver qué versión se editada en España (suponemos que la completa), Péplum es una obra maestra que produce el reencuentro con el mejor Blutch, el del pincel suelto lleno de vigor y de elegancia, impresionista y maestro del uso del claroscuro.
La historia narra la obsesión de Publius Cimber, noble romano caído en desgracia y desterrado en la frontera norte del Imperio, quien halla el hermoso cadáver de una mujer conservado perfectamente en hielo. Su obsesión por este cuerpo se convertirá en un amor necrófilo que acentuará todavía más la desgracia de su destierro y el frenesí de su estado mental. Blutch asegura en la página legal que esta obra está basada libremente en el Satiricón de Petronio, una obra que nos ha llegado incompleta y sobre la cual sólo es posible hacer conjeturas. Puestos a fantasear, la historia que nos cuenta Blutch podría ser una versión de las partes iniciales perdidas del Satiricón, una invención de sus planteamientos.

Por lo demás, Blutch se inspira más que nada en la versión que en 1969 rodara Federico Fellini sobre la inmortal obra de Petronio, una película cuya influencia puede rastrearse todavía en numerosos cómics que sobre el mundo romano siguen editándose. En concreto, Péplum capta muy bien el ambiente opresor y lleno de tinieblas de la Roma felliniana, pero también de la oscuridad de ambientes y personajes del Satiricón literario. No encontramos aquí una romanidad luminosa como la de la serie Alix, de Jacques Martin, sino una romanidad siniestra y turbulenta: el eclipse de moralidad, justicia y melancolía profunda que sufre una civilización que no cruza por sus mejores momentos, sino por los más convulsos y farragosos. Péplum representa un retrato emotivo y desengañado del roman dream.

Personajes y ambientes también son retomados del Satiricón para esta obra desesperada, como es el caso de la referencia a la pobreza de los poetas que Blutch recrea en la p. 106 y que viene directamente del Satiricón de Petronio (capítulos 83-4), con la aparición de Eumolpo en la biblioteca, algo de lo que yo mismo hablé aquí. Péplum termina como lo hace el Satiricón (volved a guardar las pistolas, que no es espóiler): con la referencia al terrible episodio histórico del sitio de Numancia, donde las mujeres asediadas prefirieron, antes que rendirse, matar a sus hijos y devorarlos. Esta saturnal referencia encarna muy bien el espíritu de las ambientaciones más sombrías de Petronio, así como de su recreación por parte de Fellini y Blutch. Una obra imprescindible, llena de amor pasión que no deja de recordar ciertos pasajes clásicos (Partenio de Nicea), y en ocasiones, de un intenso dolor causado por el destierro que recuerda los poemas del destierro de Ovidio en Tristia. En Péplum modernidad y clasicismo, cine, tebeo y evocaciones literarias se dan la mano con notable fortuna.

Una entrevista con Blutch centrada en Péplum, aquí.
Muchas más imágenes de Blutch y de Péplum, acá.

martes, mayo 27, 2008

HISTORIA DE LOS CÓMICS (TOUTAIN) PARA DESCARGAR

Marujeando por la burrosfera, me encuentro con que la bitácora Logística Mental Vía Cómics está colgando en la red para descargar, como parte de su numeroso surtido, los 48 fascículos de la Historia de los Cómics que editara Josep Toutain a principios de los 80, y cuyas Fichas Toutain he ido colgando aquí durante los pasados dos años. Bueno, pues nada: ya saben quienes se guardaron las Fichas Toutain que ahora, con un poco de paciencia, pueden descargarse la obra completa con excelentes artículos y muy buena selección de cómics, algunos tan desconocidos como importantes. Imprescindible para cualquier aficionado al medio o para quien quiera saber por qué esto de los tebeos merece la pena. Pueden empezar clicando aquí mismo, ir para atrás picando en la etiqueta donde dice Historia de los Cómics, y ale, a leerlo para saber más de cómics que nadie. Es más: aprovechen mientras aún sea posible, que cada vez va quedando menos.

Actualización (mayo 2010): El blog Logística Mental ya no existe. Quien desee descargarse la Historia de los Cómics deberá hacerlo vía Taringa.

domingo, mayo 25, 2008

PEDRO JUAN GUTIÉRREZ: EL INSACIABLE HOMBRE ARAÑA

La perfección de algunos cuentos de Pedro Juan Gutiérrez es tan grande que a veces uno sospecha si no se encontrará ante un producto de diseño. Por supuesto que en cierto modo ya lo es, de la manera en que todos los escritores que se toman a sí mismos como protagonistas de su literatura lo son. Ya lo era Blaise Cendrars, por ejemplo, que enseñó a Henry Miller el arte de hablar siempre en primera persona, de reinventarse y reinventar el mundo desde la primera persona. Ellos demostraron que no sólo la poesía era el reino superlativo del Yo, sino que también la prosa podía dejarse seducir por la desvergüenza del nudismo literario. No fueron los primeros, ni serían los últimos, como décadas más tarde lo demostró Charles Bukowski, cuya prosa desgarbada en cuentos de estructura ferrea podía producir relatos perfectos, como los que uno puede leer en volúmenes como Música de cañerías o Hijo de Satanás. Bukowski fue ejemplificación de malditismo en una sociedad puritana (en aquel tiempo la de Estados Unidos; hoy, todas las sociedades son puritanas).

Pero Bukowski era un maldito en Estados Unidos, un lugar donde se puede ser cómodamente maldito sin morir de hambre. Pedro Juan Gutiérrez no es un maldito porque sobrevive, templa y canta desde lo más hondo de la miseria cubana, un país que yo nunca he visitado ni quiero visitar porque me dolería verlo en el más lacerante de los abandonos. Pedro Juan Gutiérrez es un bendito con voz en una ruina de isla paradisíaca malbaratada por la obcecación de un individuo que ganó la revolución, pero perdió la guerra, y la obcecación de un tío Sam que ganó el gran premio de un concurso de retórica de baratillo pero perdió la autoridad moral. Cuba libre, por supuesto, pero de unos y de otros. No lo permitirán hasta que la isla entera huela a cadáver.

No soy capaz de entender cómo el régimen tolera a Pedro Juan Gutiérrez. ¿Será sólo porque su obra no circula dentro de la isla? ¿Será porque aparentemente no habla de política, cuando todo en su obra es política, porque toda la miseria nace de una sola confrontación violenta y cínica por la manipulación de ideas e ideales entre dos antagonistas irreconciliables? ¿Será porque Gutiérrez encarna el ideal de pícaro español y buscón profesional reconvertido en animal tropical que folla con toda clase de negras y mulatas, aunque sea entre los escombros y la cochambre infinita? Lo que más me gusta de Gutiérrez no es sólo que escriba muy bien, hasta el punto de ser un referente universal de idealismo y cinismo bien asimilados e irreductibles, sino porque cumple el mismo papel que en su día tuvo Bukowski, autor tan imitado hasta la saciedad como escasamente igualado. Y también porque es sucio y maneja una prosa altiva y grosera en un tiempo de escritores de sensibilidad poco bronca, aséptica y blandengue.

En Pedro Juan Gutiérrez todo es suciedad, sexo y hambre. En Pedro Juan Gutiérrez todo es tragicomedia, escatología e ideología. Si Bukowski era un maldito en los retretes de Disneylandia, Gutiérrez es un ángel que nada y sabe guardar la ropa entre las dos riberas del Aqueronte.

La página de Pedro Juan Gutiérrez, aquí.
Sobre Trilogía sucia de La Habana, acá.
Sobre Animal tropical, acullá.
La foto de portada pertenece a Uwe Ommer, gran fotógrafo de la belleza negra. Su página oficial, clicando aquí.

sábado, mayo 24, 2008

FIN DE SEMANA EN COMALITO

La ciudad es una balsa de aceite, cosa excepcional para ser fin de semana. Quien quiera tener una noción cabal de lo que está pasando, que clique aquí o aquí.

viernes, mayo 23, 2008

COLUMBO: SEGUNDA TEMPORADA

Da gusto, con el DVD, recuperar series televisivas del pasado. Causa sorpresa ver que, en muchas ocasiones, el ingenio de aquellos programas se ha mantenido incólume; que hoy podrán las series ser rodadas con mayor presupuesto, más efectos especiales o más realismo, pero no siempre esto hace palidecer la buena calidad de lo que en su tiempo fue parte de una élite del entretenimiento de masas. Lo digo porque he concluido la segunda temporada de la serie clásica Columbo, y ésta me ha parecido mejor que la primera. Esta es una opinión absolutamente personal, pero vaya por delante que, salvo el programa piloto dirigido por Steven Spielberg (Murder by the Book, 1971) y que constituye la joya de la primera temporada, la segunda parece mejor balanceada en cuanto a estrellas invitadas (los has-been de quienes se nutrió esta legendaria Sunday Mystery Theater), entre quienes podemos contar a Ray Milland, Anne Baxter, Mel Ferrer o Kevin McCarthy.

Entre las estrellas televisivas que brillaban por méritos propios en su época, tenemos a Leonard Nimoy, Martin Landau o Rober Culp. Una madura y todavía bella Anne Francis (Forbidden Planet, 1956, y Honey West) se convierte en víctima en el episodio A Stitch in Crime, protagonizado por un Nimoy que demuestra que, cuando sonríe, puede ser más inquietante que con orejas puntiagudas. Entre las chicas que siempre da gusto ver tenemos a la despampanante Julie Newmar en el episodio que cierra esta temporada: Double Shock; Julie Newmar (la Gatúbela de la serie sesentera Batman) siempre nos dejaba con los dientes largos, y si no, véase su disfrutable aparición en el ya clásico western sesentero El oro de McKenna, que comenté aquí mismo.

Como bien saben los aficionados a crímenes de ficción, la serie Columbo era parte integrante del show Sunday Mystery Theater. La NBC comenzó a transmitir este programa en 1971, y contenía diversos ingredientes novedosos: 1) La duración era de 73 minutos por episodio, lo que con el añadido de la publicidad daba una duración cercana a las dos horas de entretenimiento; 2) El protagonismo de cada domingo se rotaba entre Columbo, McMillan y Esposa (luego sin Esposa), el vaquero McCloud y otros; entre éstos últimos que fueron alternando con el tiempo, imagino que por no haber podido conquistar la popularidad de los tres titulares fijos del show, estaban Banacek o Quincy M.E.; 3) En el caso de los episodios protagonizados por Columbo, la innovación consistía en desprenderse de la herencia del whodunnit heredada de una larga tradición de novela policiaca: no importaba quién había cometido el crimen, porque esto ya lo sabíamos desde los primeros veinte minutos de cada programa, sino cómo el teniente Columbo descubría al asesino (era, por tanto, un howdunnit). El comienzo de Sunday Mystery Theater, que me fascinaba de niño, tenía un tema musical compuesto por el gran Henry Mancini que no puedo dejar de colgar aquí mismo.



El teniente Columbo es la creación por la cual el excelente actor Peter Falk resulta más conocido. Y hablo en presente porque de vez en cuando todavía se rueda algún especial de Columbo para la televisión. Desde 1971 hasta 2004 van sesenta y nueve Columbos. El teniente se caracteriza por una eterna gabardina arrugada y su puro humeante (imagino que, desde que comenzó la caza de brujas contra los fumadores, es un puro apagado de utilería). Columbo se presenta siempre como un paria de la policía de Los Angeles que viaja en un cacharro descascarillado y tiene en su proverbial aire despistado y en su aspecto ligeramente andrajoso una captatio benevolentiae más que legendaria. Así como a nadie se le ocurriría pensar que el padre Brown (un sacerdote pequeño y gordito con aspecto bonachón) tiene una prodigiosa mente analítica, a ningún criminal se le ocurre pensar que ese teniente de policía con aspecto de tonto que aprovecha cualquier ocasión para relacionar todo tema de conversación con su esposa, tiene una mente afilada como un estilete.

También el robot de Forbidden Planet fue artista invitado

El aire de comedia que siempre adopta Peter Falk es el mayor aliciente de Columbo, un hombre que siempre se enfrenta a criminales de la high society, a quienes acorrala hasta dejar contra las cuerdas. Queremos creer que siempre pagan su culpa, ya que entonces tenemos en Columbo a un formidable justiciero social de extracción humilde que se convierte en brazo de la justicia de aristócratas y potentados que hasta el minuto final lo miran con indulgencia y cierta lástima. El teniente Columbo resultaría ser uno de los más grandes adalides de la idea de democracia en Estados Unidos, país donde puede ser creíble que un ínfimo funcionario de la policía local espose y ponga ante el juez a respetabilísimos ciudadanos de la clase alta.

El teniente Columbo en una portada de Mortadelo

Apuntala mi idea de que la segunda temporada aventaja en general a la primera un episodio excelente, el especial de 100 minutos A Dagger of the Mind, donde tenemos al teniente proletario de la policía de Los Angeles resolviendo un asesinato nada menos que en Londres. La fluida dirección de Richard Quine, y unas excelentes interpretaciones de actores ingleses encabezados por Richard Baseheart y la maravillosa Honor Blackman (Goldfinger, Los Vengadores…) hacen de este capítulo una pequeña joya a la altura del episodio dirigido en su día por Steven Spielberg para la primera temporada.

jueves, mayo 22, 2008

NUGAE

Hay dos cuentos que tengo que contar una y otra vez cada fin de semestre: el cuento de la cigarra y la hormiga; el cuento de la tortuga y la liebre.

martes, mayo 20, 2008

LA NOVELA PASIONAL: LAS IMPUREZAS DE PURA

Tras este previsible título se encuentra, como no podía ser menos, una de las novelitas picantes que durante los años 20 se editaban en España dentro de la colección La novela pasional. Son novelas ingenuas, sabrosonas, pero no tan inocentes como uno podría suponer desde nuestros tiempos de creer saberlo todo. Son, a la luz de los demonios modernos, mucho menos ingenuas de lo que a simple vista parecen. En esta ocasión el ignoto Severo Morales (tiene su grata coña el seudónimo) nos cuenta las peripecias de Purita, quien, quinceañera virgencita y humilde, llega del pueblo a Madrí para alojarse en casa de su hermana y ser costurera como ella. Respetada más de lo que ella quisiera por su novio, el buen Egidio, su calenturienta imaginación fantaseará con los ruidos nocturnos que llegan para inquietarla desde el dormitorio donde duermen su hermana y su marido. Finalmente, todo quedará en familia, como debe ser. Graciosa.

Severo Morales, Las impurezas de Pura (La novela pasional, 8). Ediciones Renacimiento. Sevilla, 1999 (1ª edición, 1924).

NUGAE

La crítica adquiere su mayor sentido cuando intenta explicar por qué la obra de arte nos conmueve tanto.

viernes, mayo 16, 2008

EL ÚLTIMO KRAZY KAT DE FANTAGRAPHICS

Hace un par de días ha llegado a Fantagraphics la maravilla que he colgado arriba: la que será la portada del último Krazy and Ignatz con los dos últimos años de dominicales. El diseño, como siempre, de Chris Ware. Después reeditarán el material que en su día publicara Eclipse hasta llegar al volumen que inauguraba esta edición reciente. Podéis clicar sobre la imagen para ver a tamaño rico-rico. Ya sabéis qué acabo de poner como papel tapiz en mi ordenata.

Y hablando de Fantagraphics, acaba de aparecer el último The Comics Journal (el 290) con una jugosa mesa redonda entre Monte Schulz y varios expertos en Peanuts, que someten a discusión el reciente y polémico libro sobre Charles Schulz que ha escrito David Michaeli. Fantagraphics, como siempre, dando alegrías como pocos. Y que dure.

Vía FLOG.

jueves, mayo 15, 2008

VIDEOCONFERENCIA SOBRE BETO HERNÁNDEZ EN LAS UNIVERSIDADES DE SEVILLA Y JUÁREZ

Mañana voy a participar, por primera vez, en una videoconferencia. Forma parte del ciclo cuyo programa les adjunto ahí arriba. Ando liado con varias cosas, una de ellas un estudio sobre el imaginario fronterizo en el Love and Rockets de los Bros Hernández, que ya saben ustedes que son de referencia obligada para mí. Las lecturas no pueden exceder los 15 minutos, así que me he visto en la necesidad de recortar mucho mi escrito. De cualquier modo, para los asistentes en Juárez he preparado también una presentación en Powerpoint con 40 imágenes. En esta ocasión me centraré en Gilberto `Beto´Hernández, y el título de mi comunicación es Et in Arcadia Hernández: Amor y cohetes un Día de Muertos en Palomar. ¿La hora? Bueno, a las once de la mañana en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez; del otro lado de las turquesas cortinas, en Sevilla, a las siete de la tarde. Por si alguien se anima después de un buen desayuno o antes de las cervezas y los pescaítos fritos de la cena, pues ya saben, están cordialmente invitados.

viernes, mayo 09, 2008

PRESENTACIÓN BAJOSEXTO: EL VIDEO

Distinguido senado: Disculpen por la tardanza en encaramarme a este púlpito. Estoy trabajando intensamente en un artículo sobre el Palomar de Gilbert Hernández. Si se preguntan cómo fue la presentación de la Revista de Literatura Mexicana, en la que se incluía el dossier Bajosexto, la respuesta debe ser muy positiva. Por supuesto, no faltaron las bienamadas botellas de vino tinto con que regar el asunto. Si quieren ver un vídeo relativo al tema y publicado en la prensa local, pueden clicar aquí mero.

lunes, mayo 05, 2008

ESTÁN USTEDES INVITADOS

El miercolitos presentamos el último número de la Revista de Literatura Mexicana Contemporánea, co-editada por la University of Texas at El Paso (Estados Unidos) y Ediciones Eón y UACJ (México). En esta ocasión la revista presenta un Dossier que me tocó conformar y prologar, y en el cual algunos profesores y dos ex-alumnos de la UACJ hemos participado. Ya les colgaré aquí en otra ocasión mi artículo (El dulce infierno de la carne: el coro de ranas en Perséfone, de Homero Aridjis). Mientras tanto, quedan ustedes cordialmente invitados a la presentación.

jueves, mayo 01, 2008

FANTASCOPÍA MEXICANA: EL MONSTRUO RESUCITADO (1955), DE CHANO URUETA

La biografía del director Chano Urueta (1895-1979) fue tan agitada y variable como su filmografía, hasta el punto de poder afirmar que, quizá, no exista una sola de sus películas que pueda estar altura de su existencia errabunda e inquieta. Resumo a partir del volumen Diccionario de directores mexicanos, de Perla Ciuk: Nacido en Mineral de Cusihuiráchic (Chihuahua), durante su adolescencia acompañó a Pancho Villa y Emiliano Zapata en sus campañas, y al concluir éstas se convierte en un inquieto mexicano itinerante que recorre no sólo el continente americano, sino también Asia, África y Europa. Urueta, impulsado también por una enorme curiosidad de conocimiento, se tituló durante su juventud en tres carreras distintas (Leyes, Filosofía y Letras e Ingeniería), que estudió respectivamente en Londres, París y Canadá.

Fue uno de aquellos pioneros del cine mexicano que hicieron sus primeras tablas en el Hollywood silente, donde filmó en 1929 uno de los primeros intentos de película sonora para la RKO: Gitanos. Allí se hizo amigo del español Xavier Cugat y del mexicano Emilio “el Indio” Fernández, que intervenían también en Gitanos. Tras un intento inconcluso que también escribe (Destino, 1929) regresa a México y colabora como ayudante de dirección de Sergei M. Eisenstein en ¡Que viva México! Su primera película como director en México será Profanación (1933), y a partir de entonces se convertirá en uno de los artesanos más prolíficos de esta cinematografía, donde alcanzó a rodar cerca de 100 títulos hasta 1972. Pasó por el melodrama, el cine revolucionario, el cinema de terror y finalmente el de luchadores, donde, a la sombra de iconos como Santo o Blue Demon rodaría algunas películas hoy consideradas de culto en grupos de cinéfilos especializados.

Como director de películas de terror, rodó algunos títulos que hoy también son consideradas emblemáticos entre los seguidores del género. El cine mexicano, poderosa industria durante los años 40 que nutría de fantasía en blanco y negro a toda Hispanoamérica, es hoy una especie de Atlántida hundida y olvidada. A pesar de que el cine clásico sigue gozando de cierta popularidad (no hay tarde de domingo en la televisión mexicana sin Pedro Infante), lo cierto es que las nuevas generaciones sólo conocen sus clásicos por visionados “a cachitos” en horas muertas por canales perdidos y desconocen un fondo cinematográfico que, más allá de Luis Buñuel o el Indio Fernández, está repleto de curiosidades y singulares aportaciones a la cultura popular de la aldea global. El desentierro reciente (nunca mejor dicho) del cine de terror mexicano de los años 50 y 60 está resucitando, al parecer, películas que van más allá de la grotesca parodia o del zafio remiendo hollywoodense. Son, en muchos casos, películas modestas de presupuesto, con actores quizá no muy efectivos en la mayor parte de los casos, pero también en muchas ocasiones con grandes aciertos (si es que no hallazgos) que hacen las delicias de los aficionados al género.

Es cine que bebe, por la época en que fue filmado, de toda la estética del cine de terror de la Universal de los años 30, cine de serie B, C y hasta Z, y por la singularidad de sus planteamientos a veces, o por lo bizarro de sus propuestas y resultados, tendría una trascendencia que en ocasiones llegaría hasta la Hammer inglesa, productora que a partir de los años 50 retomó la antorcha del terror que una vez ostentó la productora Universal.

Todo esto son impresiones desordenadas que uno va recogiendo por aquí y por allá. En Internet la información es precaria. Aquí hay una breve página sobre el cine de terror mexicano. De muchos títulos que hoy son considerados de culto, en la mayor parte de los casos sólo hay alguna triste foto, y en general las búsquedas que uno realiza sólo son respondidas por el eco de los buscadores, y casi nunca por información puntual sobre esta película o la otra. Mientras tanto, los amantes de las bizarrerías aztecas escarban y compran en mercados globales películas que a veces (como en Amazon) se cotizan a precios de quedarse calvo. Una de estas películas de culto, apreciada por los buscadores de rarezas del género, es El monstruo resucitado, filme que dirigió en 1953 Chano Urueta. Se trata de una película inencontrable en el mercado mexicano y estadounidense que sólo la Mula de Alejandría podía albergar en sus polvorientas alforjas. Fue allí donde la hallé, en una copia absolutamente deficiente: transferencia de un viejísmo VHS a soporte DVD pasado por el filtro del más lacerante deterioro y olvido. Una vez vista, creo que no merece tamaño olvido, o al menos, sin ser el Frankenstein de James Whale, no es mucho peor que muchos filmes de 60 minutos que nos legó el entrañable y querido Bela Lugosi cuando trabajaba a destajo para la Universal.

El monstruo resucitado, como buena joya de serie Z que es, se trata de una mezcolanza de elementos tomados de aquí de allí, pero principalmente de tres fuentes primordiales, que cito en orden de importancia: El fantasma de la ópera, Frankenstein y El gabinete del Dr. Caligari. La historia no es ningún delirio de originalidad, pero no denigra la imaginación de sus responsables (entre quienes se cuenta el italiano Arduino Maiuri, quien al regresar a Italia escribió algunos filmes de Mario Bava y Sergio Corbucci): Nora (Miroslava Stern) es una joven e intrépida periodista que, aconsejada por el director de su periódico, el señor Gherásimos (Fernando Wagner) se anima a seguirle la pista a uno de esos anuncios por palabras donde un corazón solitario busca grata y comprensiva dama con quien compartir la existencia. Este anuncio la conducirá a conocer al Dr. Hermann Ling (interpretado por el español José María Linares-Riva), un genio desaparecido de la cirugía plástica que vive en una mansión rodeado de espejos cubiertos, con la única compañía de un criado tan macabro como él (Mischa, interpretado por Alberto Mariscal y trasunto del Cesare de El gabinete del Dr. Caligari) y espectrales esculturas de mujer realizadas por él mismo. El Dr. Ling es un psicópata desfigurado que vive de sus rentas esperando encontrar a la mujer que le devuelva las ganas de vivir y de regresar al mundo. Nora, que intentará convencerle de sus encantos ocultos, acabará por lamentar haberse metido en tamaña aventura de melodrama y terror.

Todas las acciones del film tienen su justificación en estos ingenuos planteamientos. El Dr. Ling busca el amor, ya que desde niño fue repudiado por su fealdad, tanto por padres como por vecinos, amigos y hasta por el gato. La parte en que el Dr. Ling cuenta su patético pasado pretende con tanta intensidad conmovernos el corazón que incita a las carcajadas, pues nos hace ver que en el fondo el Dr. Ling no es más que un niño que no ha crecido, y que su insensibilidad ante las mujeres, sus deseos desmedidos de amor primero y de venganza después, responden a una inestabilidad emocional que es la de los grandes psicópatas megalómanos de los tebeos antiguos y de la serie Z de pasadas décadas. La interpretación de los actores suele ser llana, pero efectiva, sobre todo por parte de Linares-Rivas, que sabe sobreponerse a la máscara y deambular entre la ñoñería sentimental y la maldad carpetovetónica con notable acierto. Frente a él, y como no podía ser menos, destaca la presencia desenvuelta y llena de encanto de la trágica y dulce Miroslava Stern, cuya expresividad y saber estar garantizan, cuanto menos, el aliciente de belleza añadida que no viene mal a ninguna película de terror.

La película transcurre en una ciudad centroeuropea recreada en los estudios Churubusco de México, por lo que todo el film tiene ese profundo encanto de sublime mentira, de fantasía geográfica y cultural, que adorna más que lastra algunas películas clásicas del cine mexicano. No sólo en Hollywood eran buenos para inventar Casablancas neblinosas de cartón piedra más falsas que un dólar de tres caras, pero enormemente sugestivas. A este detalle se le une la rica interrelación de acentos distintos de la lengua española: el castellano mexicanizado del español Linares-Riva, el español con cadencia europea de la checoslovaca Miroslava Stern (que aprendió a hablar muy bien el español, idioma en el que nunca perdió un tonito europeo que la hacía tan exótica) o el español con fuerte acento germano del alemán Ferdinand “Fernando” Wagner, y entre ellos los mexicanos Carlos Navarro y Alberto Mariscal (éste último nacido en Chicago). Toda este conjunto de amalgamas (europeísmo de estudio mexicano, acentos diversos, pastiche argumental…) convierten a esta película en un extraño pero sugestivo artefacto cinematográfico donde destaca, principalmente, la fuerza visual de toda la producción, desde la fotografía de Víctor Herrera a los decorados diseñados por Gunther Gerszo y Mario Padilla, que alcanzan lo verdaderamente sublime en los interiores de la mansión del atormentado Herman Ling, cuya máscara monstruosa (responsabilidad de Armando Meyer) no ha perdido con el tiempo ni un ápice de su encanto o capacidad de generar repulsión.

Más información técnica, IMDB.