Esta debió de ser la última película buena de J. Lee Thompson, artesano eficiente que brilló con cierta luz en Cape Fear (primera versión) y Los cañones de Navarone. El oro de MacKenna hubiera sido un western formidable si hubiera contado con un guión que no dejase tantos flecos en la narración y que hubiera sacado mayor partido de la acumulación de grandes estrellas en una aparición episódica (Edward G. Robinson, Raymond Massey, etc.).
Y a pesar de estos dos peros, se trata de un western mucho más que estimable donde un maduro Gregory Peck (el marshall MacKenna) es reclutado a la fuerza por un artero bandido mexicano (Omar Shariff) para encontrar un legendario cañón forrado de oro que a éste le permita retirarse rico en París para disfrutar de la vida y del can-can. Esta humanidad hace grande al personaje. Uno hubiera deseado ver en este papel al Indio Fernández, antes que al modosito y poco convincente Shariff, pero claro, entre el Indio y el Peck se hubiera vuelto una película de andropáusicos, y en 1969 Omar Shariff tiraba millas en el butaquerío femenil. Cosas del negocio.
Cine de fin de los años 60, es un pop-western con tema principal interpretado por José Feliciano y banda sonora compuesta por Quincy Jones. A este respecto, sorprende descubrir al compositor épico Dimitri Tiomkin como coproductor de la película sin decir esta batuta es mía. Es una película de aventuras forrada de western que tiene de todo y mucho más. Con un guión de Carl Foreman muy superior a la rutinaria dirección de J. Lee Thompson, es una joya a descubrir llena de elementos visuales impresionantes donde los paisajes de Arizona competían en aquel entonces con los escenarios almerienses del spaghetti western y los establitos de los estudios donde se rodaban los seriales descafeinados de la época que acabaron por cargarse el género (Bonanza, La ley del revólver, etc.). Incluso tiene erotismo, un ingrediente extraño en este mundo de machos que era el western y que despareció del imaginario popular con la extinción de los últimos machos. En este caso el erotismo lo añade la despampanante Julie Newmar, quien interpreta a la india Hesh-Ke. Con su presencia (absolutamente inútil para el desarrollo dramático del film, todo hay que decirlo) y un desnudo submarino a lo india-del-paraíso contribuyó a elevar la temperatura de una película ya de por sí tórrida y donde el sol se convierte en metáfora de la obsesión enfebrecida de los personajes.
El oro de MacKenna (MacKenna´s Gold, 1969). Dirección de J. Lee Thompson. Guión de Carl Foreman. Fotografía de Joseph MacDonald. Música de Quincy Jones. Montaje de Bill Leny. Con Gregory Peck, Omar Shariff, Telly Savallas, Camilla Sparv, Julie Newmarr, Lee J. Cobb, Burgess Meredith, Eli Wallach, Edward G. Robinson, Raymond Massey, et al. USA. Color. (***, de 4). Más información, aquí.
1 comentario:
joder!!Ricardo haces unas críticas totalmente profesionales, parece que estoy leyendo a uno de esos críticos de cine sesudos y transcendentes del “abc” o del “mundo”. (que no es para desmerecer, como bien supones)
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