jueves, agosto 25, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN XVIII (DE XIX): ELEMENTOS VISUALES

Un blogo más y se acabó. La foto del conde Luchino Visconti, director de películas como El gatopardo o Muerte en Venecia nos introduce ahora a los Elementos visuales, elementos que, precisamente, fueron tan importantes en el majestuoso cine de este inusual aristócrata italiano convertido en intelectual, cineasta y comunista. Uno de los grandes estetas de la imagen fílmica europea. Como siempre, recuerden que esto es un resumen personal del libro The Tools of Screenwritting, de Howard y Mabley (St. Martins Press, New York, 1995).

18. Elementos visuales (Visuals, p. 88).

La descripción escénica debe incluir información detallada concerniente a una o más de las siguientes áreas.

1. Locación física de la escena.
2. Indicaciones sobre el mundo de la historia.
3. Qué personajes se hallan presentes e indicaciones sobre su condición física o apariencia.
4. Acciones específicas de los distintos personajes.
5. Indicación del tamaño de la imagen, movimientos de cámara o de personajes y también composición visual de todos los elementos en la pantalla.
6. Pistas sobre el estilo de la historia y sobre el estilo de las escenas individuales cuando hay cambios entre éstas (del presente al pasado, de la realidad a la fantasía, de lo realista a lo surrealista).
7. Contrastes entre escenas o entre varios momentos dentro de las escenas.
8. Indicaciones sobre cambios de ritmo.
9. Indicaciones de luz, textura y color.
10. Indicaciones de sonido objetivo (generado por personajes u objetos) o subjetivo (efecto dramático, como el corazón que late durante una escena de alta tensión).
11. Indicaciones para el vestuarista, el diseñador de producción, el peluquero y todos estos profesionales que contribuyen a cuanto se ve y oye en una película.

martes, agosto 23, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN XVII (DE XIX): DIÁLOGO

Entramos en la recta final de esta serie basada en el libro de Howard y Mabley (St. Martins Press, New York, 1995). Lo mejor ha quedado atrás, ya que han sido los elementos estructurales, los cuales, me parece, son innegables. Quedan tres capitulitos que incumben más al estilo, consejitos en lo que no creo mucho, ya que la estructura está por encima del estilo, pero el estilo es una opción única que no puede ser aconsejada ni delimitada. De cualquier modo, servirá a quien tengan interés por la escritura de guiones, aunque no necesariamente para quien sólo quiera entender la estructura dramática de las películas. Ahora le toca el turno al Diálogo, y la foto que nos acompaña esta vez es la de Paz Alicia Garciadiego, esposa del gran director mexicano Arturo Ripstein y su principal colaboradora. Sin duda, y sin que deseemos tontamente homenajear al sexo femenino, una de las mejores escritoras de películas del mundo: unos guiones literarios y elaborados desde el punto de vista del conflicto dramático que no tienen nada que envidiar a textos de los más grandes de Europa y Hollywood (este villorrio del arte tendría mucho que aprender de ella). El diálogo, precisamente, es una de sus grandes destrezas literarias. Es la escritura de películas como Profundo carmesí o La Corte de los milagros. Nunca podré olvidar cómo esta mujer pudo rehacer la Medea de Séneca y trasladarla con maestría superdotada a una mísera vecindad de México D.F en Así es la vida (2000), y sin traicionar ni un ápice 2500 años de tradición literaria. Por su genialidad, por su capacidad de adaptación y por su fino oído para el mejor diálogo naturalista, pero también poético, que no traiciona nunca el origen de sus personajes (heredera aventajada de Rulfo, entre muchos otros), Paz Alicia merece figurar entre los más grandes de los grandes, pero sobre todo, entre los más grandes escritores vivos de literatura cinematográfica.

17. Diálogo (Dialogue, p. 84).

Hay muchos estilos de diálogo, pero todos los buenos diálogos de cualquier buen escritor dimanan de idénticas características comunes. El diálogo de calidad procede del personaje, la situación y el conflicto; revela al personaje y mueve la historia hacia delante. El buen diálogo es una depuración de la conversación normal. Incluso los diálogos más realistas han sido pulidos para que tengan apariencia de realismo y cotidianeidad, pero en una película buena, hasta las formalidades más intrascendentes de la vida cotidiana tienen una función dramática y un propósito útil dentro de la escena.

Unos buenos diálogos deben tener las siguientes características:

1. Debe caracterizar al hablante, y quizá a la persona a quien se dirige.
2. Debe ser idiomático, manteniendo la individualidad del hablante.
3. Debe reflejar el estado emocional o el humor del hablante, abrir una ventana a su mundo interno.
4. Debe revelar la motivación del personaje, o intentar esconder una motivación.
5. Debe reflejar la relación del hablante con los otros personajes.
6. Debe ser conectivo: nacer de un discurso o acción anterior y apuntar a otra subsiguiente.
7. Debe hacer avanzar la acción.
8. A veces deber transmitir información o Exposición.
9. Con frecuencia debe predecir algo que va a ocurrir.
10. Debe ser claro y comprensible para la audiencia.

Además, deben tener otras virtudes:

1. Debe ser fácil de decir para el actor, para que éste no se atropelle con las palabras. Debe rehuir (a menos que sea el efecto que se busca) los juegos de palabras, las aliteraciones y cacofonías.
2. En los discursos largos, éstos deben estar construidos mirando hacia el final, pues la imagen o idea más fuerte debe reservarse para su fin. En todo discurso la posición estructural más destacada es el final, y la segunda más fuerte el principio.
3. La imagen concreta, aquella que pueda ser fácilmente visualizada por el actor o el público, es siempre preferible a la imagen abstracta.

domingo, agosto 21, 2005

EL MEJOR RECIBIMIENTO

Pues me ha hecho mucha ilusión que los miembros de Après moi, le déluge, me hayan hecho esta fiesta en El Camarote de su bitácora. Jamás en toda mi vida he sido tan bien recibido, empapado en tan grande alegría. Encuentren la foto de los celebrantes, y si conocen mis gustos, verán por qué estoy tan contento. Un día de estos habrá que hacer una foto más reciente, con todo el elenco de Après moi.... El único problema será encontrar un barco para hallar un camarote donde nos permitan, en estos tiempos políticamente correctos, tener una fiesta como aquellas ante los ojos de la conciencia crítica universal. Porque el universo, ya lo decía Shakespeare, cabe en una cáscara de nuez. Una cáscara de nuez que ahora velan cyborgs galácticos.

viernes, agosto 19, 2005

RELAJUATO EN GUANAJUATO

Ha concluido una semana laboral enjundiosa. Principalmente, porque casi no he tenido clases, y he podido dedicarme a los textos griegos y latinos de mi tesis. Los estudiantes de Literatura de la universidad todavía andan (más bien debería decir que trepan) por las callejuelas de la sinuosa Guanajuato. Han acudido en tropel a un Congreso Nacional de Estudiantes de Literatura, el tercero que se celebra en México. Algunos, como Jorge o Romelia, no tenían excusa para no leer ponencia, ya que comparten el feo vicio de leer y de escribir, y sobre todo, de pensar en voz alta con sus ejercicios ventrílocuos de blogombligo. No sólo habrán aprovechado para transmitir algo y aprender algo (aunque sea del sabio silencio de las tímidas momias), sino también para pasearse por una ciudad con un embrujo semejante al de Granada o Córdoba; para intercambiar impresiones con otros estudiantes del país; para hacer relajo en las callejoneadas o en cuartos de hotel; y en definitiva, para divertirse con aquellas experiencias no académicas que también comporta la vida universitaria.

La idea de un congreso de estudiantes me pareció magnífica desde que oí hablar de ella. Creo que en España no tenemos cosas así, o en mis tiempos no las había. Había congresos para los académicos, y los estudiantitos sólo mirábamos de lejitos a la Jet-set, y si éramos buenos, nos podíamos tomar un vinito entre ellos (no con ellos). Si hemos de besar los pies del nuevo Constructivismo o acuerdo de Bolonia (que en su conjunto detesto a rabiar, pero que contiene grandes aciertos y tendría enormes posibilidades si no se estuviese quedando, apenas recién nacido, en pura palabrería ministerial), qué mejor cosa para la construcción del estudiante que concederle facilidades para investigar, escribir y compartir el fruto de sus inquietudes en congresos o publicaciones. Para que se vayan construyendo los que quieran construirse, que tampoco son todos. Es ahí donde tiene mayor futuro el docente del mañana: en aconsejar, en compartir trucos que enseña la experiencia, en infundir ánimos, en señalar errores de juventud aunque parezcamos viejillos cascarrabias... Muchos dibujarán en su cara una sonrisilla condescendiente y expresarán: "Los estudiantes todavía tienen muuucho que aprender como para andar leyendo sus cositas en congresos". Si algo valioso tienen que aprender todavía los estudiantes, y no lo dudo ni un ápice, poco puede ser de las universidades totémicas, de las escuelas de mandarines (como las llamaba el Cervantes murciano Miguel Espinosa). Aprenderán verdaderamente si tienen amor por el conocimiento, y esto, lo sabemos todos los que hemos pasado por universidades, es algo que no se enseña, pero que se puede estimular si se carga en las tripas. ¿Qué pueden aprender los estudiantes de universidades como la española donde casi nunca se estimula en el estudiante el deseo de investigar, reflexionar y escribir? ¿Qué se puede aprender de algunos profesores que todos tuvimos que parecían bustos funerarios mientras leían unos apuntes redactados a máquina sobre folios completamente ajados y amarillos por el tiempo? ¡Oh, cómo me aburrí yo durante mis años de universitario, sin que casi ningún profesor me pidiese un escrito donde pudiese demostrar con ganas la creatividad que yo creía tener, así como mi interés por la literatura! Aprendí, sí; pero más aprendí huyendo de los profesores y de los pasillos de las universidades para refugiarme en las bibliotecas. Sobre todo cuando mi chulería de no acudir nunca a clase me granjeaba el encono de algún docente receloso y acomplejado. Más aprendí durante la noche cerrada traduciendo a Eurípides cuando tocaba examen de Demóstenes, y a Propercio cuando los legados de César venían a querer perturbarme el gozo. Fui, a mi manera rebelde y tonta que tuve que lamentar en más de una ocasión, alguien que construyó su propio conocimiento. Incompleto y malamente, porque siempre lamentaré aquella anarquía de mi vida, pero mío al fin y al cabo. Conocimiento que sigue en construcción, como el de un estudiante más de los que ahora andan clausurando congreso en Guanajuato e inaugurando esta noche que se llenará de cantinas y de encuentros y despedidas. Deseo que toda la tropa tenga un feliz retorno. Ojalá algo hayan aprendido, aunque sólo sea a embotellar al vacío los mejores momentos de estos días y estas noches de juventud. Un día tendrán que extraer el corcho de esa botella para poder recordarse a sí mismos cuando hayan envejecido sólo un poquito. Algunos de ellos, no lo dudo, serán los próximos maestros, y heredarán la pesada carga de ser considerados por la sociedad los jardineros de los frutales del futuro.

jueves, agosto 18, 2005

Après moi, le déluge

Hace ya mucho más de un mes que Silmarillion se puso en contacto conmigo y me invitó amablemente a formar parte de los colaboradores de una bitácora colectiva: Après moi, le déluge. Después de echarle un vistazo a la página, contesté afirmativamente. Sin embargo, murcianeando como estaba, en mi propio jugo cual cochinito pibil chapoteando en caldo murciano, no pude escribir nada para este blog que sigo con gran interés y que a veces me sorprende por el tamaño faraónico de sus blogos, blogos en los que uno puede pasearse con sumo aprovechamiento por la literatura, la historia, la lingüística y el arte. Al principio tuve mis dudas, porque pensé que Après moi, le déluge era un blog muy serio para mí. Quizá lo siga siendo, pero qué más da, también los Cuatro Fantásticos tienen a la Cosa, y a Murdock el Equipo A. Después de mucho haraganear, acabo de colgar en esta bitácora colectiva un texto sobre un libro formidable que acabo de leer: la Historia de Roma, de Grimal. Que conste que he intentado guardar la compostura y no he dicho ninguna gamberrada ni he incurrido en mi sentido del humor que nadie comprende. Pásense por Après moi, le déluge, pónganla si gustan en sus Favoritos, y no olviden supervitaminizarse y mineralizarse.

miércoles, agosto 17, 2005

NUGAE

Cruzamos ferragosto, y AT&T me quiere robar 12. 000 frijoles mexicanos (poco menos de 1200 dólares) por llamadas a Reino Unido que no ha realizado nadie desde mi teléfono. No sé qué pasa, quién me ha robado la línea o qué rollo de pollo. Soy víctima del capitalismo salvaje que tanto le gusta a Vargas Llosa, y las multinacionales se vuelven cómplices de los ladrones. Cruzamos ferragosto y es mentira que no tenga ganas de escribir (escribo mucho), mas cuanto escribo lo tengo en un guardadito.

Nugae. Palabra latina traducible como "fruslerías". Batiburrillo. Palabra utilizada por Catulo de Verona para definir su arte. No hubiera debido usarla yo, pero el diccionario no entra en razones sobre la categoría de sus usuarios.

Cada vez me gusta más la bitácora de Montero Glez, uno de los mejores narradores jóvenes tirando a maduros de la literatura española. Copio aquí algo que Montero publicó el otro día acerca del sueño de Karl Marx. Se le hinchó un poco la vena lírica y mereció la pena. Por favor, lean más a Montero Glez y menos a De Prada:

Decir que Marx no acertó en su pronóstico es simplificar la historia con una frase hecha, gastada ya por el uso. Quienes la enuncian justifican las tendencias económicas ortodoxas que al día de hoy se afirman en el mercado. Pero también hay muchos que repiten la frase de oídas, pues en su vida pararon a leer lo escrito por aquel judío pobretón y con barbas de profeta al que los hijos se le morían de hambre. A pesar de esto último, Karl Marx mantuvo el hilo de la ternura siempre intacto y de todo lo escrito por él, que fue bastante, nada fue escrito desde el resentimiento.

Gracias a Aprés moi, le déluge, descubrí que existe en Nashville una reconstrucción a escala del Partenón de la Acrópolis de Atenas. Reconstrucción según los estudios sobre cómo debió ser cuando Fidias dejó el Partenón como Dios pintó a Perico. Es el de la foto que les copipasto. Nuestros primos del norte son los mejores, sin duda. Nunca dejan de sorprenderme con su apropiación y redefinición del pasado universal. Creo que, en agradecimiento a este detalle de inversión económica y reconstrucción, los griegos deberían demoler esa ruina cucarachienta que ostentan en la Acrópolis de Atenas y levantar sobre tan maravilloso solar un Wal-Mart. ¿O no? Háganme saber sus opiniones, vusiplé, y tengan esta noche un buen sueño, por Baco

lunes, agosto 15, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN XVI (DE XIX): ACTIVIDAD Y ACCIÓN

Caramba. Se nota que meridiamos ferragosto. O lo noto yo. Ya va para una semana que no actualizo esta página, y esto tiene pecado por varias razones que no expondré, porque me da vergüenza. A ver si le vamos metiendo caña a este serial de las Técnicas del guión. Espero darle matarile esta semana a esta serie de bloguitos. Vamos por el XVI y faltan tres. Luego tendré que volver a trabajar, o clausurar esta bitácora. Por lo pronto, después de la ausencia imperdonable de una semana, renuevo el Santoral con don Federico Fellini, otro de los grandes escritores, directores y autores de la historia del cine. La fotografía se la tomaron en un café de la vía Véneto, y no me dirán que el señor, con ese rictus de crítico de elefantes de circo, no quedó cuanto menos carismático. Ah, Fellini... Él sí que fue un elefante. Uno que se paseaba por el Cortinglés de la cinematografía. Ahora toca en este serial Actividad y Acción, y ya saben, esto es un digesto de Howard y Mabley, que nadie se llame a engaño y vaya a creer que soy tan listo que todas estas lindas cositas las he pensado yo. Ferragosto. Cambio y corto, y me voy a dormir. Podría soñar con elefantes que columpiaban en su trompa Giuliettas Massinas, y sería un lindo sueño.

16. Actividad y Acción (Activity and Action, p. 81).

Muchos creen que la escritura del diálogo lo es todo en la redacción de un guión de cine, pero a veces el diálogo de los personajes es menos importante que sus Acciones y Actividades. No es lo mismo una Actividad que una Acción. Una Actividad es cualquier tarea que un personaje lleva a cabo, desde memorizar canciones o picar cebolla. Por otra parte, una Acción es una Actividad que tiene un propósito, puesto que representa la persecución de un objetivo del personaje. Picar cebolla es una Actividad, pero sólo se convierte en una Acción cuando, por poner un ejemplo, el personaje lo hace con el objetivo de provocarse el llanto para ganarse la simpatía o la compasión de otro personaje.

Un escritor competente puede determinar que una escena de diálogo resulte una Actividad o una Acción dependiendo de las intenciones del personaje. Las escenas más efectivas constan de actividad, acción y mínimo (o ningún) diálogo. Las Acciones son más convincentes que los diálogos cuando éstos sólo expresan que el personaje se halla apasionado o cansado. En la película de Lawrence Kasdan, Body Heat, la pasión que siente Racine por Matty es más que demostrada cuando él arroja una silla contra la ventana de su casa e irrumpe en ella con intención de hacerle el amor. Las escenas más débiles son aquellas de las que se espera que el diálogo lleve todo el peso dramático de la misma.

lunes, agosto 08, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN XV (DE XIX): VEROSIMILITUD

Woody Allen es mi neurótico favorito. Discípulo de Ingmar Bergman, Allen ha construido un personaje impagable: esmirriado y feo, es el eterno perdedor del combate existencial de la vida. Sus problemas matrimoniales y obsesiones eróticas han sido muy bien trasladadas a la pantalla, y es, sin duda, el gran cantor de la moderna New York, que es la gran protagonista de sus filmes. Obra maestra de la caracterización es su personaje pusilánime, inseguro, debilucho, hipocondriaco y neurótico. Sin embargo, quienes le conocen aseguran que en sus buenos tiempos podía alzar una cámara en peso sin doblarse; que de no ser comediante se hubiera ganado muy bien la vida como tahúr; y que, a pesar del personaje que recrea en sus películas, nunca tuvo problemas para llevarse a la chica más guapa de la fiesta. Los genios nunca son como parecen. Odiado en Estados Unidos y adorado en Europa, Woody Allen es también un gran escritor y merece sentarse aquí a desdeñarnos con su indiferencia.

Como siempre, ahí les va un nuevo capítulo de mi digesto de The Tools of Screenwriting, de Howard y Mabley. St. Martins Press, New York, 1995.

15. Verosimilitud (Plausibility, p. 78).

Los autores explican lo que era en la tragedia clásica el recurso del Deus ex machina: aparecía al final de la obra un dios que zanjaba el problema por medio de su autoridad. Hoy tenemos equivalentes modernos para esta argucia, pero deben ser evitados. La llegada inesperada de alguien muy poderoso, un ataque al corazón en el momento justo o una herencia caída del cielo son recursos facilones para concluir una trama que no se sabe terminar. El público rechaza las soluciones imprevistas que no dimanan de la lógica natural de la historia que se nos cuenta.

La Verosimilitud no implica un rechazo de los elementos fantásticos. Hay películas que, como King Kong o Star Wars, giran en torno a hechos imposibles en nuestra realidad. Sin embargo, si asumimos desde el principio que estos elementos no realistas pueden ser posibles en la realidad de esa ficción, la historia se desarrollará de manera verosímil. Sin embargo, los universos de ficción también tienen sus propias reglas lógicas, y éstas deben ser respetadas en todo momento si no queremos que el espectador "se salga" de la película y deje de creer en ella. Si asumimos que los coches pueden volar, pero no las bicicletas, no deberemos presentar nunca una bicicleta voladora, sólo coches.

Por último, hay que distinguir entre Inevitabilidad y Predecibilidad. Un gran escritor hará creer al espectador que la historia no podría haber transcurrido de otra forma o tener un distinto desenlace. Esto es Inevitabilidad.

Por el contrario, Predecibilidad es la capacidad que tiene el espectador para averiguar qué es lo que va a pasar a continuación.

viernes, agosto 05, 2005

CONTRA EL HOLLYWOOD TALIBÁN


Siempre me ha parecido muy chabacano que Hollywood jubile a sus grandes divas cuando cumplen los cuarentas taquitos, más o menos. Como mucho, les dan su oscarcito alcanzada cierta edad (como le pasó a Kim Bassinger con L.A. Confidencial) y después las mandan a casita. Su desconsideración hacia quienes ya no son jovencitas es más que grosero y roza el fanatismo talibán por adoptar una consideración hacia la mujer como objeto sexual desechable de usar y tirar, un objeto al servicio de un cine castrado y sin ideas. Un cine que incluso cuando se roba las ideas buenas de una película anterior para hacer un remake, las echa a perder.

Aunque muchas de estas divas maduras se dedican al teatro o a la televisión, pierden para siempre el protagonismo de los focos mientras Bruce Willis sigue repartiendo mamporros o Jack Nicholson exhibe su repertorio de muecas. Sólo se me ocurre una razón: el cine de Hollywood actual es, salvo excepciones, una fábrica de donas para adolescentes, y claro, los adolescentes casi nunca saben apreciar la belleza madura de una mujer. A pesar de todo, ¿por qué no se hacen películas para estas formidables intérpretes como Kathleen Turner, Jessica Lange, Debra Winger, Kim Basinger y otra muchas que no merecen una jubilación anticipada cuando, precisamente, más y mejor tienen para dar? Que los gringos a lo mejor son muy machistas es algo que comprendo, pues el machismo se halla en el substrato de toda sociedad; pero, ¿por qué las mujeres de Estados Unidos no protestan por esa exclusión que es la de la representación de ellas mismas? También da gusto ver a las mujeres maduras en una pantalla hacer un buen trabajo.

Todo esto me viene a las mientes porque he leído que Jim Jarmusch, uno de los grandes del cine independiente usaca (id est, el único cine potable que hoy se produce en ese país) ha dirigido una comedia formidable titulada Broken Flowers donde Jarmusch ha querido poner en el centro a algunas de estas mujeres. Ha declarado recientemente: Me di cuenta de que en Hollywood cuando las actrices cumplen los 35 es como si hubieran pasado su momento álgido. Y que estas cuatro intérpretes maravillosas, que ya han sobrepasado esa edad, no trabajan lo suficiente. Así que me dije, voy a escribir algo para poder trabajar con ellas. Las cuatro muchachas "pasadas de edad" son la gran Jessica Lange, Sharon Stone, Frances Conroy y Tilda Swinton. La Stone, de 47 años, reconoció la otra noche en el show de Jay Leno: Entré en los 40 sintiéndome genial y sexy y con ganas de marcha, pero en Hollywood debieron de entenderme mal y se pensaron que en lugar de decir que tenía los 40 había dicho que tenía la lepra.

Que el proyecto venga dirigido por Jarmusch es una garantía de calidad, ya que este francotirador del mejor cine norteamericano es el autor de maravillas como Strangers Than Paradise, Down By Law, Night on Earth o Coffee and Cigarettes. Un hombre permanentemente en vanguardia alejado del cine de palomitas.

martes, agosto 02, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN XIV (DE XIX): ELEMENTOS DE FUTURO Y ADVERTENCIAS


Este famoso retrato de Luis Buñuel debido al pincel de Salvador Dalí nos introduce en el capítulo XIV de este serial literario. Como siempre, se trata de un resumen del libro de Howard y Mabley The Tools of Screenwriting (St. Martins Press, New York, 1995). Todo lo bueno se debe a estos autores, y todo lo malo a este traductor y compendiador. Aunque pueda parecer que Luis Buñuel era demasiado intelectual, simbolista o surrealista para ceñirse a los elementos estructurales que recogemos aquí, se usaba de muchos de ellos, aunque su objetivo no fuera, ni mucho menos, crear un guión comercial. Buñuel, como en el caso de Hitchcock o Billy Wilder, nunca firmó en solitario ningún guión, pero trabajaba en estrecha colaboración con los escritores, hasta el punto de conformar una verdadera coautoría. Los coguionistas habituales de su filmografía con trayectoria posterior más destacada fueron, en México, Luis Alcoriza y, en Francia, Jean Claude Carriere. Los Elementos de futuro y advertencias también fueron recurrentes en el surrealista Buñuel, uno de mis monstruos de culto.

14. Elementos del futuro y advertencias (Elements of the future and advertising, p. 74).

Una de las obligaciones del escritor es mantener al público mirando adelante, preocupándose por el futuro de los personajes, temiendo o deseando que algo suceda. En cierto sentido, la Pista y la Recompensa funcionan de esta forma, puesto que en el momento de la Recompensa el público se da cuenta de algo de lo que había sido advertido, la Pista, mirando hacia delante pero sin darse cuenta. Si la audiencia está esperando la Recompensa de una Pista previa todo el tiempo, la Pista es demasiado obvia o superficial, o bien se le ha dado excesiva importancia dramática. Por otra parte, las Advertencias y los Elementos de futuro son los elementos que más ayudan a que los espectadores piensen en qué podría ocurrir sin que sepan qué va a ocurrir.

Una Advertencia es la indicación que se le da al público de una experiencia que va a vivir un personaje. Si al comenzar una película vemos a una madre y a su hija discutiendo cómo le sienta a la hija un vestido de novia, suponemos que en el futuro de ese personaje hay una boda próxima. Que se celebre o no ya dependerá de otras circunstancias. Siempre que se nos dice o muestra lo que los personajes esperan a corto o largo plazo es Advertencia y sirve para que el espectador mire hacia el futuro para anticipar lo que va a ocurrir y mantenerle implicado en el curso de la historia.

Los elementos de futuro también sirven en este sentido. Se trata de temores o esperanzas de los personajes, ya sean reales o imaginarios, y éstos también son un aliciente para que el espectador se preocupe por lo que va a suceder. Presentimientos, profecías o sueños son Elementos de futuro porque lo anuncian. Si una pitonisa le dice a una chica que conocerá a un hombre alto y apuesto, estaremos pendientes de esa posibilidad independientemente de que al final ocurra o no, y esto nos implicará directamente con los miedos o deseos de los personajes. Esperanzas, premoniciones, promesas, dudas, planes, advertencias, fe, aspiraciones o presentimientos son Elementos de futuro. En El tesoro de Sierra Madre, cuando Fred Dobbs (interpretado por Bogart) asegura a sus compañeros que cuando alcance sus expectativas de fortuna no buscará ni un gramo más de oro, esto es un Elemento de futuro. Ha hecho una predicción acerca de cuál será su comportamiento futuro, y nos preguntamos si lo cumplirá o no.

La Advertencia funciona informando al espectador de los acontecimientos futuros en que los personajes van a estar implicados o tienen intención de estarlo. Los Elementos de futuro, por su parte, sirven para que los espectadores se proyecten hacia el futuro por medio de los temores o deseos de los personajes, tanto si esperan que se materialicen como si no.