Puros cuentos, pardiez, realmente no tengo gran cosa que contar. En el fondo lo que quería era colgarles esta portada del programa mensual de la Cineteca Nacional de México, con la hermosa Jennifer Jones en su papel de mestiza en Duelo al sol, aquel gloriosísimo western de King Vidor que hay que ver una y mil veces. Un DF lluvioso, melancólico como siempre, donde ver amigos y visitar librerías. Fui por razones de trabajo, claro, pero cumplida la misión que allí me llevaba, me entretuve comprando textos griegos y latinos en la UNAM que nadie quiere vender en otro sitio (la burocracia azteca es una religión laica sin divinidades, un laberinto de Creta sin minotauros) y zampando taquitos al pastor. ¡Jum! Me espera un mes muy viajero, y ese mes ya empezó. Con lo poco que a mí me gusta viajar y me ha gustado siempre. Recuerdo cuando, en mi adolescencia, mis amiguitos se burlaban de mí al decirme que nunca saldría de Murcia. ¡Ojalá hubieras ido verdad! Pero ah, tengo cientos de tebeos y novelas en mi iPad (ya les contaré: no me he pasado a la secta de los sin-papeles, pero disfruto retozando en el promiscuo encanto de la abundancia). Entre los libros de papel que compré están Las mil y una noches, en edición de Mardrus y traducción de Blasco Ibáñez (un autor horchatero y castizo al que hay que recuperar): más de 3000 páginas de fantasía y erotismo, y una biografía de Paco Ignacio Taibo I sobre el Indio Fernández que divierte mis ocasos sobre el tálamo donde invoco al sueño. El Indio Fernández, qué personajazo, adoro sus películas. Y en la Cineteca, buen ciclo de western, aunque no muy extenso, un poco entre la referencia universal (Pasión de los fuertes, John Ford) y la curiosidad del momento (Cuatro por Texas, Robert Aldrich). Y por supuesto, Duelo al sol entre otros westerns. Pocas mujeres como Jeniffer Jones han sido tan versátiles como para encarnar la doble llama del amor que consume al hombre: el amor transparente, helado y fantasmal en Jenny (William Dieterle, …) y el amor opaco, tórrido y carnívoro en Duelo al sol. Y qué guapa está Jenny en esta foto. Una de las falsas morenas más bellas de la historia del Hollywood clásico.
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