Se fue la Viri a poner flores en el camino para nosotros. Es nuestra vanguardia en el más allá.
Agustín García Delgado
Viridiana: me enteré ayer por la mañana en Barcelona. Desde entonces fui paseando mi pena por toda la ciudad. Al fin Cachi y yo encontramos una pequeña calle cerrada al tráfico donde decidimos brindar por ti y dediqué un tiempo de silencio a recordarte. Te hubiera gustado esa calle, la Enric Granado, a espaldas de la vieja Universidad: fresca y sombreada, llena de árboles y de bares con terraza. Parecía estar llena de la magia que tú proporcionabas a todo lo que hacías. Llena de duendes. Gracias por haber adornado con tu ángel muchos momentos de nuestras vidas. Me quedará para siempre el recuerdo de tu ironía bien sustentada durante tantas clases en la uni, tu pasión por las letras que cruzaron nuestros caminos, y el ejemplo de tu lucha. Hasta la vista y buen viaje, compañerita.