martes, septiembre 19, 2006

LA DOLCE VITA (1960)

Me encanta Fellini, ya lo he dicho, pero lo repito "para los que llegaron tarde" (cantinela con que se abría cada episodio de The Phantom de Lee Falk). A pesar de todo, las otras noches volví a ver La dolce vita, y volví a sentir lo que sentí durante mis experiencias cineclúbicas de adolescencia: que a la película le sobran 35 o 40 minutos. No gran cosa para una experiencia que dura tres horas y de la cual se ha escrito algo que yo comparto: "Es un film épico sobre la trivialidad" (Kim Newman en 1001 Movies You Must See Before You Die). Por supuesto, si hay un minuto que no le sobra es cualquier minuto en que reina sobre la pantalla esa sagrada vaca del celuloide que fue Anita Ekberg y que se luce poniendo los dientes largos (y no sólo los dientes) a Marcello Mastroianni en la escena de la Fontana de Trevi, véase foto de arriba.

Marcello Mastroiani es Marcello, una paparazzi que vagabundea por Roma oliéndole la cola a toda famosa que pueda caer en sus brazos. Uno de los personajes del film, Paparazzo, fue quien bautizó con su apellido a esta clase de periodistas de la triviliadad que hoy en día siguen generando una inmensa cantidad de entretenimiento y millones de euros. Marcello vaga de fiesta en fiesta y en la vida loca consume los días que debería invertir en una novela seria. Se lo dice su amigo Steiner, un personaje de vida ordenada que esconde una trágica desolación por este páramo inhóspito que es la vida y que guarda resabios del vino agriado y realista de un fascismo fracasado y atroz. Pero no hay milagros para Marcello, trabajador infatigable para el ocio ajeno, que ni siquiera cuando se le aparece una madonna verdadera al final del film es capaz de reconocer el milagro de la oportunidad que se le brinda. Un film glorioso, sin duda, que con dos fiestas menos hubiera perdido 35 minutos de trivialidad y hubiera ganado, quizá, en contundencia y redondez. De cualquier manera da igual, es Fellini y por eso nos gusta. ¡Formidable! Les dejo un Tutubo de la película muy felliniano, que incluye clown y a la deliciosa Magali Noel (la Gradisca de Amarcord: una de las narices más sensuales del cine clásico italiano).



La dolce vita (1960). Dirección: Federico Fellini. Guión de Federico Fellini, et al. Fotografía de Otello Martelli. Música de Nino Rota. Montaje de Leo Catozzo. Más información, IMDB. (****, de 4)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dices, no hay casi errores en un cineasta de esa altura, definitivamente Federico Fellini es uno de los grandes directores en la historia del cine. Tendre en cuenta esta recomendacion ya que Dolce Vita es una clasica fellinesca que no he visto. Respecto al videoclip de tutubo, me parce una escena bastante cargada de melancolia pero con toques sanos de humor, muy fellini!,saludos que estes bien!

Carmen Bellver dijo...

Fellini y el neorrealismo italiano. Hay películas atemporales. Esta podría ser una de ellas, el tema sigue siendo actual, cambia la época, el color de la imagen. Pero Roma continua con la Fontana, El Coliseo, y tantas otras imágenes que se han quedado grabadas en esta cinta. Un saludo

Jody Dito dijo...

No hace mucho leí una entrevista que le hicieron a Anita Ekberg en la que hablaba de esta película y de la famosa escena de la fontana de Trevi.
Decía que la idea la sacaron de un paseo previo de ella misma y (creo) que del director de fotografía o alguien relacionado con la producción de la película. Era verano en Roma y hacia mucho calor, paseaban Anita y ese otro personaje (que no recuerdo) a Anita se le ocurrió meterse en la fuente y refrescarse, su acompañante le hizo fotos. Posteriormente, a Fellini le gusto tanto las fotos como la anecdota y la incorporó a su película, pero la escena transcurrió en pleno invierno y cuenta Anita que paso mucho frio, acabó totalmente congelada, mientras tanto Marcello estaba a lo suyo, totalmente borracho y tanto con Fellini como su equipo cabreados como monos con Marcello. La pobre de Anita tuvo que repetir la escena multitud de veces, por lo comentado de Marcello, de ahí su cogelación.
Por lo visto Marcello era un píeza de cuidado.


Otra cosa Ricardo, hablas de Fellini y estoy totalmente de acuerdo con tu valoración, Fellini es grande, es un mito (yo lo tengo como tal) pero no hablas de NINO ROTA, el más grande compositor de música para películas, muchas de ellas del propio fellini, no me diras que no se te ha quedado grabada su música tanto omás como las escenas de las películas de Fellini ¿no?
saludotes para ti y para la señorina Maquila

El Pobresor Gafapasta dijo...

Amigo Jody:
Genial lo que cuentas de esa escena. No me sabía la anécdota. Y sí, se me olvidó mencionar al gran Nino Rota, pero es que flotaba en el aire, como siempre. Uno de estos días le dedico un blogo.

Un saludote.

nacho dijo...

Gratos pero diluídos recuerdos me ha traído tu reseña fellinesca. La mención de Mastroiani me llama la atención porque su personaje se llama igual que su nombre de pila, como en "La gran comilona" de Ferreri, donde Marcelo M. se llama también Marcelo (por cierto, ahí el célebre Ugo Tognazzi protagoniza a "Ugo"), una sátira memorable basada en el directorio escatológico de Rabelais que carece de la maestría de Federico pero que recuerda el crudo gesto de antisolemnidad de sus filmes.
Un placer pasear por tus texos. Un abrazo.