El año pasado apareció El Capitán Trueno, el gran héroe del tebeo, de José Antonio Ortega Anguiano (Dolmen Editorial, 2012). Gran conocedor de la historieta española, ha conseguido compendiar lo más importante sobre uno de nuestros personajes favoritos y lo ha desmenuzado por medio de un análisis respetuoso, pero sujeto a un revisionismo crítico que, instalados ya en este siglo XXI, es más que obligatorio para juzgar una obra que ya sobrepasa el medio siglo de publicación. Obra, a pesar de la tan reciente como denostada película y la aparición de nuevos álbumes, que ya parece instalada en un ejercicio para nostálgicos del que nadie parece poder sacarla. El Capitán Trueno, creado literariamente por Víctor Mora y gráficamente por Ambrós, fue un éxito popular en la España de fines de los años 50 y 60, y durante mucho tiempo fue vista como un ejercicio de antifranquismo. Sus reediciones fueron muy importantes en los años 70, 80 y 90. Hoy su lectura nos trae tiernos recuerdos de infancia y adolescencia, y contribuyen a ello los sólidos guiones de Mora y los maravillosos dibujos de Ambrós, Ángel Pardo o Fuentes Man. Y claro, las maravillosas portadas de Antonio Bernal para la reedición de los 70, Trueno Color. José Antonio me hizo el favor de solicitarme el prólogo para su libro, y yo, más honrado que merecedor de ello, lo hice. Publico aquí ese prólogo que redacté para su maravilloso, imprescindible estudio, con permiso del autor y de Dolmen Editorial. Las fotos corresponden a la presentación del libro en la Casa del Libro de Madrid en noviembre del año pasado y son de la autoría de El Brujo Don Carlos.
José Antonio Ortega firmando ejemplares de su libro. Fotos El Brujo Don Carlos.
ESTO NO ES EL FIN
Nadie podía imaginar, cuando en 1956
apareció el primer cuadernillo de El Capitán Trueno, que tantos años
después, muchos continuaríamos congregándonos alrededor de su icónica figura.
Nacido para competir con El Cachorro, obra de plenitud de Juan García
Iranzo, e inspirado por el Príncipe Valiente de Harold Foster, surgió de
la fecunda imaginación del joven escritor Víctor Mora, quien durante los años
crearía para un público juvenil personajes tan importantes como El Jabato, El
Corsario de Hierro o Dani Futuro (por no hablar de sus importantes creaciones
para el mercado adulto). El Capitán Trueno acabaría por convertirse en el
símbolo de toda una generación de españoles y en portavoz de unos sueños de
libertad que sólo comenzarían a consolidarse a partir del fin de la dictadura
franquista. En cierto sentido simbólico, la España moderna es hija o nieta del
Capitán Trueno, y su constante cabalgar, no siempre exento de polémicas, es
también el cabalgar de un pueblo que se encariñó con su actitud ante los retos
de la aventura y su odio por los tiranos. Muchos, que ni siquiera habíamos
nacido en 1956, un día u otro nos encontramos con este héroe infatigable y nos
sedujo con su gallardía y determinación para seguir adelante siempre, a pesar
de todos los impedimentos y adversidades.
Portada clásica de Trueno Color por don Antonio Bernal
Fue
también el gran dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza, que firmaba sus obras como
Ambrós, quien concedió a este gran libertario que fue Trueno el característico
vigor de su pincel. El pincel de Ambrós fue insuperable, aunque luego retomasen
sus aventuras el dulce Ángel Pardo, el romántico Francisco Fuentes Man y, en
tiempos posteriores, artistas de la talla de Antonio Bernal, Luis Bermejo o
Jesús Redondo. Todos ellos hicieron a Trueno suyo y, al mismo tiempo, lo
hicieron reconocible para sus muchos seguidores. Y es que, tantos años después,
con numerosas reediciones de sus aventuras clásicas y nuevas comparecencias en
el mercado dibujadas por Alfonso López o Joan Boix, parece un hecho innegable que
Trueno es, en buena medida, la construcción sentimental de un pueblo que vio
con buenos ojos la gallardía y amabilidad de aquel Capitán y de sus
inseparables amigos Goliath y Crispín, con quienes recorrió el mundo por
tierra, mar y aire, muchas veces acompañado de Sigrid, dueña de su corazón
caballeresco. La decepción que en muchos causan las nuevas versiones sólo es
comprensible desde la adoración, la mitificación incluso, de un personaje
heroico, y las distintas reacciones hacia la aparición de nuevas aventuras, o
la reedición con nuevos colores del material clásico, tienen mucho que ver con
el culto al héroe más que con el culto a una serie determinada o con la afición
por la historieta.
Otra portada clásica para Trueno Color por Antonio Bernal
Es
por ello motivo de contento que regrese a las librerías, en versión corregida y
muy aumentada, esta obra de José Antonio Ortega Anguiano (Córdoba, 1952),
veterano coleccionista de tebeos, notable estudioso del cómic español y erudito
conocedor del personaje. No es una simple revisión de su anterior libro, El
Capitán Trueno: un héroe para una generación (con dos ediciones, en 1989 y
2001), sino una puesta al día de todo aquello que constituye el universo del
Capitán Trueno a la luz de los nuevos tiempos y de las nuevas ideas que han
modificado el mundo desde aquel lejano 1956. Con el libro de Ortega, Trueno ha
pasado de héroe para una generación, a héroe para varias generaciones, y en
conclusión, a gran héroe del tebeo español, un tebeo nacional lleno de grandes
personajes a quienes revisitamos no sólo por nuestra nostalgia, sino también
por su calidad intrínseca, criaturas de papel a quienes pueden acercarse los
más jóvenes para descubrir el valor de sus clásicos y la emoción suspendida,
latente, del pasado popular y romántico de un país y de su pueblo.
Al fondo, José Antonio Ortega y el también historiador Luis Conde en la presentación de Madrid
No
sólo existe en este libro un análisis prolijo y enormemente documentado de la
colección clásica de cuadernillos, sino un análisis de todas las aventuras de El
Capitán Trueno Extra (colección frecuentemente olvidada por su calidad
dispareja) y de las nuevas publicaciones que han aparecido en los últimos años,
a veces con nuevas aventuras que han conseguido encender la polémica. Pero
también hay evocaciones personales de la vida de Ortega Anguiano, pues el
Capitán es un icono cultural en quien cada uno ha depositado parte de su
nostalgia por la infancia irrecuperable, así como un repaso de la historia del
cómic (fundamentado en la realidad, nos guste o no, de que muchos fans del
Capitán Trueno no lo son de otros cómics). También hay un detallado y ameno
resumen de la historia de la Editorial Bruguera, que hizo nacer la colección, y
sin cuya pujanza y características especiales el gran éxito de Trueno no
hubiera sido posible. Esta obra de Ortega Anguiano, imprescindible en la
bibliografía de nuestra historieta, es un amplio y documentado análisis que
viene a decir unas últimas palabras sobre nuestro personaje español más
querido. Ojalá que el Capitán tuviera muchas nuevas aventuras por delante para
que, dentro de varios años, fuese necesaria una nueva actualización de este libro
que no puede faltar en la biblioteca de un truenófilo de corazón. Y es que,
como bien expresa Ortega Anguiano en algún momento de este estudio, el
verdadero reino de Trueno está en el corazón de quienes hoy todavía lo evocan y
siguen esperando su regreso.
El
Capitán Trueno nos enseñó, entre otras muchas cosas, que cuando creemos que es
el fin, nunca es el fin. Por eso estas líneas no son más que un principio para
una aventura más grande. Ahora embarcad en el drakkar que emprende la
primera singladura hacia Thule, y no os molestéis en mirar atrás.
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