viernes, diciembre 13, 2013

SERENITY, DE JOSS WHEDON (2005)

Serenity (2005), de Joss Whedon, fue un final digno para una serie de televisión que hubiera merecido mejor suerte: Firefly (2002). Visto lo visto, la serie completa y la película, duele que Firefly fuera cancelada tan pronto y de esa manera. Fue el parné: porque era muy cara de producir y la audiencia no estaba a la altura del desembolso de tantos millones. La misma razón esgrimió HBO para cancelar Deadwood o Carnivale, otras dos series amadas mías. No cabe duda de que hoy las series de televisión no sólo tienen que ganar dinero, sino ganarlo desde antes de que se emita el primer episodio (como Juego de tronos). Esto demuestra que, a pesar de ese cacareado paraíso que dicen que es la ficción televisiva contemporánea, es un negocio como cualquier otro donde los que tienen dinero no quieren arriesgar por nada que no les deje beneficios desde el primer momento. Creo que hoy la clásica Star Trek no hubiera durado ni dos meses. Y un poco de lo mismo Hill Street Blues, que hoy no resulta rentable ni en DVD (en Estados Unidos salieron las dos primeras temporadas, y seguimos esperando la tercera diez años después). La cosa está en que, después de su injusta cancelación, Firefly se convirtió, como hace muchos años Star Trek, en serie de culto. 

La grandeza de Firefly consistía en apelar, desenterrar incluso, al adolescente que todos llevamos dentro. Ese inmaduro soñador, lleno de lealtad hacia ciertas causas nobles y perdidas, ese amor por los amigos más que por la propia familia, lleno de desprecio hacia reglamentos, normas, gobiernos… Ese joven impulsivo y romántico que algunos todavía llevamos dentro, lleno de amor y de humor, que  quisiera perderse para siempre en la inmensidad del universo para conocer planetas sin cuento, seres humanos sin parangón, peligros sin aviso, y salir airoso de la experiencia. Quizá ese carácter adolescente perjudicó a Firefly. También las presiones del canal Fox. Fox, canal de ultraderecha, malamente podía tolerar Firefly, serie con algunos desnudos y comportamientos sexuales, aunque edulcorados, ciertamente alocados y poco recomendables paras sus audiencias. Y ya que estamos hablando del tema erótico: solamente un verdadero pervertido cancelaría una serie con cuatro bellezas permanentes como Gina Torres, Morena Baccarin, Jewel Staite y Summer Glau, más la recurrente Christina Hendricks (en un par de episodios) antes de lanzarse a la fama con Mad Men

Te tienes que enamorar de esos personajes que son unos buenazos y van por el universo de tipos duros, tipas duras, esa prostituta imposible, de corazón dulce como mazapán, que es como una Irma la Dulce de las galaxias siderales. Esos protagonistas de Firefly, con su elevado sentido de la amistad, la solidaridad y el riesgo, son los amigos que todos hubiéramos querido tener, y que a lo mejor un día tuvimos en la adolescencia, cuando nada era más importante que encontrarte con tus amigos y dar los primeros besos a la mujer amada. Efectivamente, Firefly, con su ternura y su imaginación, su sentido blanco del bien y el mal, su dulzura, era una serie imposible que no podía sobrevivir mientras triunfaban series como Los Soprano. Firefly nació y murió como una serie de una época que ya no es la nuestra, una época donde la inocencia, todavía, era un valor y no un defecto. De ahí procede su gloria y su grandeza. 

En Serenity, la película, hay más dinero, menos western (salvo los inevitables pistolones), aparecen los temibles reavers, sabemos por qué la federación busca a River, hay dos muertes que hubieran sido innecesarias en la serie, un reencuentro amoroso… Una buena película, no una película de relleno, sino una hecha con ritmo, emoción, estructurada con inteligencia, actores que aman a sus personajes y aman a su público, un sentido del respeto de la industria por los fans que ya hubiéramos querido que tuviese, por ejemplo, aquel bodrio cinematográfico de El Capitán Trueno. Serenity es un film de colofón, un adiós y hasta nunca, donde nos reencontramos con unos personajes que, muerta la serie, ya son como fantasmas amados. Se han publicado algunos cómics con los personajes de Firefly, pero no es lo mismo

Como digo, Serenity fue un final digno, y triste. Si existe el paraíso de la series de televisión muertas prematuramente, allá estarán los episodios de las temporadas que nunca vimos de Deadwood, Carnivale y tantas otras. Y Firefly no sólo será una de ellas, sino la serie de televisión más injusta y prematuramente cancelada de todas las que yo, en lo personal, he visto en mi vida.

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