miércoles, agosto 20, 2008

UN ALTO EN EL CAMINO

Primera viñeta del primer álbum de Comanche, por Greg y Hermann

Doña Maquila y yo hemos comprado una casa. Es una casa más amplia que pequeña, de 270 metros en una sola planta. El proceso de las escrituras y tal llevó un pequeño tiempo, pero más se ha llevado hacer algunas mejoras en la casa y dejarla más o menos acondicionada para que los nuevos habitantes la ocupemos con las mejoras que necesitamos para ubicar no sólo nuestros cuerpos serranos, sino también los cientos y cientos de libros y tebeos que he acumulado durante más de una década de vivir en este país. Por ejemplo, el cuarto que he elegido como estudio (amplio, con un buen ventanal y un tragaluz por el que entra una luz vivaracha que anima a escribir), había sido una vez un dormitorio con cuarto de baño. "Al demonio el cuarto de baño —le dije a los albañiles—, los libros no tienen que ir a mear". La cocina tenía unos muebles anticuados y no nos gustaba el color de las paredes, así que redujimos los muebles a astillas con unas cuantas hachas durante un sábado cervecero. Doña Maquila mandó pintar las paredes de un color más de cocina, algo así como color Fanta con guaraná que, bueno, la verdad es que a mí también me gusta.

Ahora toca el tema de la mudanza. Sobre todo, como he dicho, hay que meter en cajas cientos de volúmenes de manera más o menos ordenada, y luego llevarse las estanterías en las que estos libros reposan. Esto es lo más pesado de todo, y lo tengo que hacer yo personalmente. ¡Dichosos aquellos que sólo tienen que empacar un Nuevo Testamento robado en un hotel de paso, su Código da Vinci y unos pocos ejemplares más del Círculo de Lectores! Así que, como ambos trabajamos pero yo soy quien tiene más tiempo disponible, estoy pasando las tardes empacando libros y tebeos, y llevándolos a la nueva casa. Cuando todo el material impreso esté allí, lo demás será coser y cantar, y para ello llamaremos a una empresa de mudanzas. Como dicen los tanos: Piano piano, va lontano.

Esta es la razón principal por la cual esta bitácora no se actualizará durante un tiempo. No sabría decir cuánto, pero tampoco será demasiado. Supongo que alrededor de un mes. Se cruzan otras cosas, además de la mudanza: mi participación en el próximo encuentro internacional de escritores en la frontera norte, y el hecho de que, durante la segunda semana de septiembre, he de leer algo en un congreso en México.

De todos modos, cuando instale mi trasero en mi vieja silla frente a un nuevo escenario y me sirva un tequila bien frío para volver a conectarme íntimamente con las vibraciones del planeta, mis viejos amigos me tendrán de nuevo aquí. Habrá fiesta de inauguración. Por supuesto, estarán todos ustedes invitados.

Eso será entonces. Ahora es el momento adecuado para hacer un alto en el camino.

domingo, agosto 17, 2008

LAS CONVERSACIONES HITCHCOCK-TRUFFAUT

Tonteando por la red llego aquí. Salto de la silla, entusiasmado. Nada más y nada menos que las conversaciones originales entre Alfred Hitchcock y François Truffaut, las mismitas que más tarde fueron transcritas y conformaron esa joya de la bibliografía cinematográfica titulada El cine según Hitchcock. La calidad de las grabaciones es buena, aunque escucharlas puede resultar un tanto desesperante. Ni el inglés de Truffaut era muy bueno, ni el francés de Hitchcock iba mucho más allá. Así que la conversación entre ambos debe ser traducida por una intérprete que uno imagina en medio de estos dos grandes maestros. A pesar de todo, resulta un placer escucharlas, uno casi puede sentirse parte de aquellas jornadas legendarias en que estos dos monstruos conversaron sobre la vida y el cine. Es como transitar en el tiempo hasta aterrizar en un momento mágico, irrepetible, privilegiado.

P.S: La foto que les he colgado es impagable. Tomada durante un descanso del rodaje de To Catch A Thief (1955), derrocha todo el amor que este viejo romántico reprimido pudo sentir por su adorada musa Grace Kelly.

viernes, agosto 15, 2008

POSTALES DE SUEHIRO MARUO

Joan Navarro cuelga en su blog algunas postales de Suehiro Maruo. He encontrado otras más perturbadoras, aquí. Como siempre, son las páginas no oficiales las que hacen mayor favor al artista de turno.

Posiblemente sea Suehiro Maruo mi mangaka favorito. Es un artista complejo e inquietante cuyas historias transcurren en el interior de un universo atormentado y retorcido. No en vano se trata de uno de los maestros del terror contemporáneo. Maruo es el heraldo de los malos sueños, como él mismo asegura. En Japón, tradicionalmente, el terror adquiere resonancias de poesía macabra y erótica de enorme fuerza; nace de lo cotidiano y lo ultratumbal, mezclados con un erotismo perturbador, a menudo sangriento y enfermizo. Trasciende el arte onírico de David Lynch, va mucho más allá de lo meramente plástico (manierista) y sus visiones de pesadilla remiten directamente a las logradas por Luis Buñuel en sus mejores momentos. No es nada fácil encontrar grandes artistas oníricos. Para conseguir arte con el elemento plástico de los sueños es necesario trascender la simple escenografía y concatenación de elementos extraños o absurdos. El arte onírico verdaderamente perturbador nos estremece porque se esconde entre los miedos más íntimos, se instala en el intersticio que existe entre el grito con que acaba la pesadilla y el instante de abrir los ojos. Influencias de Maruo son la ilustración japonesa clásica, Luis Buñuel o películas como Freaks, de Todd Browning.

Maruo me estremece realmente, y tengo, creo, todos sus cómics editados en España. Ningún artista me da miedo, salvo él. Quizá porque juntar terror y belleza es tan difícil, que su arte verdadero consiste en asustarnos y seducirnos al mismo tiempo. La belleza de Maruo es la belleza de un cuchillo afilado cuya punta se pasea lenta y sensualmente por nuestra espalda; nos gusta, pero no sabemos quién maneja el cuchillo; sentimos un placecentero cosquilleo que nos estremece, pero no nos atrevemos a mirar atrás: nos horrorizaría comprender que vamos a morir en unos instantes.

En Suehiro Maruo placer y miedo se dan la mano como en ningún otro artista plástico del cómic de nuestros días. Por favor, díganme si miento.

lunes, agosto 04, 2008

CHAYKIN MUERDE

Howard Chaykin, genial autor de American Flagg o Black Kiss, además de recreador de mitos de la cultura popular como The Shadow o Blackhawk, está que muerde en la Comic Con de San Diego. Despotrica contra tirios y troyanos y todo se la suda. Rescato una perla de las que salieron de su boca boquita boca:

Los bloggers deberían pajearse, acosar a alguien o hacer algo “socialmente aceptable” como atracar una tienda de licores.

¡Arf, arf, arf..! La verdad es que eso de atracar una tienda de licores, a mí me vendría que ni pintado. Venga, Howard, deja de ladrar y ponte a escribir y dibujar grandes tebeos como los de hace veinte años. Con un par de huevos.

Vía: Entrecómics.