miércoles, noviembre 25, 2009

TEBEOTECA VII: JINETE DEL ESPACIO, DE MALLORQUÍ Y DARNÍS

Jinete del espacio es una historia de aventuras siderales publicada en 1948 como serial en la revista El Coyote (Ediciones Cliper) entre los números 12 y 37, con la salvedad de los números 25 y 29. Destaca principalmente por haber sido la primera colaboración del novelista José Mallorquí (quien firma como José Carlos M.), creador del legendario Coyote que daba título a la revista, y el gran Francisco Darnís (quien trascendió sobre todo con El Jabato). En el comentario 1 verán por qué no fue la única, como en su momento dije aquí (¡cómo soy innorante!). Gracias, Dionisio.

Su argumento es tan sencillo como cualquier otro tebeo de aventuras espaciales de la España de la época, aunque quizá más por la escasa duración de este serial ciertamente estimable por la personalidad de sus autores: Se rueda un film español de ciencia-ficción en el desierto de Sáhara. El actor Carlos de Lara y el operador Toño vagan por el desierto durante una tormenta y creen refugiarse en la maqueta de una nave espacial, abandonada tras el rodaje del film, pero en realidad lo hacen dentro de una verdadera nave extraterrestre. Esta nave pertenece a los seres de Ulamia, una de las lunas de Júpiter, donde el rey de Astra 1 quiere conquistar los demás reinos. Para impedirlo, una comisión dirigida por el hombre-perro Godar viaja hasta la tierra para conseguir armas antiguas, ya que en su mundo las armas se anulan unas a otras y no sirven para hacer la guerra. Carlos y Toño se unen a la misión de derrocar al rey de Astra 1, y mientras Carlos se convierte en enésima versión de Flash Gordon y Toño rueda los combates, entre la reina Clea y Carlos surge cosmonáutico amor. Derrotadas las fuerzas de Clea por las del pérfido Ulus, Carlos se trae desde la Tierra nada menos que a los novios de la muerte de la Legión Española, una fuerza de 80,000 hombres comandada por el General Martínez que enseñará a los jupiterinos quiénes son los hijos de España. El obeso Estross, quien desea integrar a la princesa Klea en su harén de concubinas, perderá la cabeza por su concupiscencia. Al final, serán los celos de Mysta, esposa de Estross, quienes jugarán a favor de los protagonistas.
Las inevitables influencias del primer Flash Gordon con ario protagonista, y algo de Wilson McCoy (pag 31, viñ antepenúltima) se entremezclan con la recreación de la vida cotidiana y el confort, la moda y recreación de otros accesorios de los años 30 y 40. Por supuesto, se trata de una ciencia-ficción que, fiel a la tradición del popurrí de épocas y costumbres, plantea el futuro (aunque éste sea un presente alienígena) como mezcla intergaláctica de arquitecturas, armas y vestimentas de todos los siglos de la civilización humana. En esto el Flash Gordon de Raymond y Moore fue modélico e imitado hasta la saciedad. Lejos de ser una rémora para la verosimilitud, como han querido ver algunos listos, se trata de una proyección hacia el futuro de nuestra humanidad, juzgándolo heredero y síntesis de todo nuestro pasado. Ya lejos de obras de juventud, como Los vampiros del aire, destaca aquí Darnís en ese sombreado en que llegó a ser maestro, y la ejecución de apretadas y bien resueltas viñetas. Y sin olvidar uno de sus más destacables encantos: aquella habilidad y especial chispa para dibujar chicas, aunque fuesen alienígenas.

El guión de Mallorquí tiene nervio y resulta trepidante por la enorme concatenación de acciones que tienen lugar una detrás de otra. Se nota que fue concebido para ser publicado en entregas de dos páginas en un tiempo en que dos páginas daban para mucho más que muchos coleccionables mensuales de hoy día. La historia se desarrolla a través de viñetas pequeñas, con diálogos y textos explicativos prolijos. Son la obra de un escritor que incursiona en un género infantil, pero que no renuncia a “hacer literatura”, y la realiza con dignidad cuando no puede remontar hasta cimas mayores. Las pinceladas de costumbrismo ibérico, como en 2,7 cuando Toño dice de una bella alienígena: “Parece la locutora de Radio Madrid” llega a su más descacharrante y lúdico apogeo cuando la legión española conquista el espacio y demuestra a los extraterrestres que los españoles no sólo somos bravos y aguerridos, sino como afirma uno de los personajes (34, 12) muy buenos para hacer milagros. Un tebeo de otra época, con todo lo bueno y lo malo que eso pueda entrañar para lectores de todas clases.

6 comentarios:

Dionisio Platel dijo...

Unos años más tarde, en el 53 o 54, Mallorquí y Darnís hicieron para la revista de Cliper AVENTURERO la historieta LA ISLA DE LOS AVIONES PERDIDOS. Tubo una reedición en la misma colección de Revival Cómics.

Alyx Faderland dijo...

Deberias tener unos ejemplares de El Toni y otros de comics de la epcoa dorada de por aqui. Realmente de coleccion.
Saludos desde la Costilla Incomoda.

Jimena Salinas Arenas dijo...

Bueno

El Pobresor Gafapasta dijo...

Dionisio: gracias por el detalle.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Hola, Althena. ¡Qué más quisiera yo que tener ejemplares de El Toni y otros cómics argentinos! Tengo algunos de ellos, pero en formato digital. Una verdadera edad de oro aquella, ya lo creo.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Buena.