domingo, octubre 31, 2010

LA ISLA PANORAMA DE SUEHIRO MARUO

Uno de los más grandes descubrimientos de mis últimos años ha sido la obra de Suehiro Maruo. Comencé comprando, más bien al azar y atraído por sus dibujos, La sonrisa del vampiro (Glénat, 2002) y a partir de entonces no he podido parar hasta conseguir toda su obra publicada en España, y toda por la misma Editorial Glénat. Recuerdo que esperé con ansias la aparición del segundo tomo de La sonrisa… No llegó hasta 2004. Suehiro es uno de los grandes poetas del manga con que hoy cuenta Japón, aunque si alguien no especialista en manga que vive fuera de Japón (como yo) hace esta afirmación puede ser fácilmente rebatible. Sin embargo, lo asevero. La persistencia con que el cómic japonés ha entrado en Occidente nos ha descubierto paulatinamente un buen puñado de grandes maestros desconocidos. Hablar hoy día de Otomo, Taniguchi o Tezuka es fácil, pero, ¿cuántos grandes maestros no permanecen todavía en la sombra de nuestro desconocimiento?

Desconozco la razón por la cual mi capacidad de asombro se ha reducido con los años al leer cómics. En cambio, esa capacidad de asombro se regenera cuando cae en mis manos un manga de los que aciertan con los gustos de mi paladar. Es delicioso sumergirse en la lectura de 250, 500 o 1000 páginas de arte en estado puro, pero también de narrativa en estado puro, algo que tiende a olvidarse hoy en Occidente, donde se producen demasiados cómics más parecidos al libro de arte que a la novela: rebosantes de imágenes extraordinarias, sus relatos y diálogos minimalistas no pueden saciar una enorme sed de historias con una lectura de quince minutos.

El último Maruo publicado en España es La extraña historia de la isla Panorama. Se basa en una novela de Ranpo Edogawa, un nombre que cada vez dice más a muchos. Edogawa Ranpo (primero apellido y luego nombre, como es habitual en Japón) es la transcripción japonesa del nombre Edgar Allan Poe. Su usuario, llamado realmente Hirai Taro (1894-1965) está considerado como uno de los padres de la novela policiaca japonesa, la cual cultivó profusamente durante toda su vida. Admirador de Conan Doyle, Maurice Leblanc y, por supuesto, Allan Poe, muchos de sus argumentos han llegado a nosotros más bien por la vía de sus adaptaciones fílmicas. Y ahora tebeísticas, con la isla Panorama.

Se trataba de un proyecto largamente acariciado por Maruo, a tenor de sus declaraciones a una televisora catalana: Ahora estoy muy volcado en un proyecto que quería desarrollar hace muchos años. Se trata de la adaptación al cómic de una novela japonesa de principios del Siglo XX. Trata de la historia de un hombre muy rico que crea una utopía en una isla. Este trabajo lo tuve que retrasar durante más de diez años, pero lo he podido retomar porque hay mucha gente que pide que lo haga.

El resto de la entrevista puede leerse en esta página.

Efectivamente, a pesar se la adaptación de una novela de Ranpo, se trata de un proyecto de enorme personalidad donde Maruo ha volcado su mejor hacer como artista del manga. Sin embargo, hay una fisura enorme entre su obra anterior y ésta. La trama novelesca sienta estupendamente bien a Maruo, pero en Isla Panorama no encontramos al artista de historias perversas y atormentadas que hierven en una sexualidad retorcida, frenética y morbosa, sino a un artista maduro, alejado de sus traumas y siniestras pulsiones, para convertirse en un adaptador pulcro y exquisito de obra ajena. Estamos ante un cómic de más de 270 páginas que cuenta la historia de un novelista fracasado que suplanta a un viejo amigo de juventud recién fallecido para heredar su inmensa fortuna y poder cumplir el sueño de crear una isla que sea, al mismo tiempo, jardín de las delicias y también infierno del placer y la felicidad.

La novela de Ranpo parte del planteamiento folletinesco de la suplantación de personalidades, que hoy podríamos juzgar totalmente inverosímil, para una vez superado ese escollo llevar a cabo un trabajo de introspección sobre los peligros de alcanzar los más hondos y anhelados sueños. Ahí es donde Maruo brilla gráficamente y como narrador, aunque sea decantándose enormemente por homenajear muchas de sus grandes influencias pictóricas occidentales y alejarse por una vez del surrealismo y el expresionismo más nihilista, escatológico y torturado que habían sido características habituales de su obra precedente, llena de dolor y horror a manos llenas. Porque La extraña historia de la Isla Panorama es a Maruo, mutatis mutandis, lo que Dune fue a David Lynch. Y es que este cómic no inspira terror ni asco, sentimientos muy viscerales que generalmente suele provocar en mí la obra de Suehiro Maruo a la par que la emoción que produce contemplar una honda belleza plástica. Queda esa misma belleza de sus dibujos, tan delectables como siempre, pero bajo ninguna circunstancia tan perturbadores como en sus anteriores obras. ¿Se ha aburguesado también Suehiro Maruo? ¿Es nuestro destino reblandecernos con los años?

sábado, octubre 30, 2010

LA NACIONALIZACIÓN DE TLATELOLCO

Continúa el Foro Internacional contra la Militarización y la Violencia. Con tristeza, todos continuamos pendientes del estado de salud de José Darío Álvarez Orrantia, compañero estudiante de la UACJ que durante la marcha inaugural del viernes fue tiroteado por la espalda por un miembro de la Policía Federal. Nada que ver con el narco, por supuesto, todos sabemos que federales y militares ocupan Juárez para "defendernos" del narco. Pueden ver el vídeo a continuación. Reconozco en él a compañeros y amigos. Si quieren verlo mejor, cliquen sobre la pantalla para verlo en YouTube.



En el mismo instituto ICB (Instituto de Ciencias Biomédicas) asisto esta tarde a la proyección de La sal de la tierra, que yo presento. Encuentro a algunos de mis alumnos que han pasado la noche en vela en el Instituto para protestar por el intento de asesinato. Me duele que en esta guerra "contra el narco" quienes más estén sufriendo y siendo exterminados sean los jóvenes: el futuro de la nación (si es que esta nación tiene hoy algún futuro). Ya se habla de "juvenicidio" en México, no sólo en Juárez. Hace cuarenta y dos años, en la plaza defeña de Tlatelolco, se exterminó a toda una generación de jóvenes mexicanos que hubieran sido de gran provecho al país. Ahora Tlatelolco se ha quedado insignificante por lo chiquita, reduccionista y meramente simbólica. En un mundo globalizado, México ha encontrado un Tlatelolco global que recorre la nación entera y escribe sus "calaveras" con sangre de adolescentes.

viernes, octubre 29, 2010

FORO INTERNACIONAL CONTRA LA MILITARIZACIÓN Y LA VIOLENCIA

Mi modesta contribución a este acto masivo será la presentación y debate sobre la película La sal de la tierra, de Hector Biberman, de la cual ya les hablé aquí. Será dentro del homenaje que se hará a la familia Revueltas a lo largo de este fin de semana muy activo y activista en el marco de este Foro Internacional. De 4 a 6 de la tarde en ICB. ¿Ya vieron qué bonito cartel el de arriba? El representante de la Ley y el Orden introduce unas bolsitas de cocaína en la cesta de la tierna Judy frente al azorado Totó. Más tarde les demostrará en privado que ya no están en Kansas.

Si vis pacem, para bellum. La frase, que cinceló algún hijo de péplum, es paráfrasis de Vegecio. En lo personal, detesto las armas blancas y de fuego. Mis armas son las ideas, mis balas las palabras y mis trincheras las aulas. ¿Cuántos asesinados habrá durante este fin de semana contra la violencia en Ciudad Juárez?

Sin ortografía no puede haber ortofuturo, parece decirse Carlos Montemayor desde el más acá de su más allá. O como lo planteó una vez Octavio Paz (cito de memoria): "Cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se corrompe es el lenguaje". Feliz fin de semana. Nos leeremos el lunes, si seguimos vivos.

LUCY AND SOPHIE SAY GOOD BYE VII

Regresan las viñetas oblongas en función de lo que se quiere contar y de lo que debemos ver en escena en correcta perspectiva. El autor anónimo de estas tiras tenía un sentido de la estética al servicio del gag correspondiente. En esta ocasión, a pesar de hallarse en Kansas y en las circunstancias más adecuadas, nuestras cariñosas amigas no llegarán al reino de Oz.

martes, octubre 26, 2010

DENNIS KITCHEN, WILL EISNER Y LA NOVELA GRÁFICA

Primer encuentro Kitchen/Eisner (1971) visto por el primero en 2005

CP: Quería preguntarle por Will Eisner, por su relación con él y con el nacimiento de la novela gráfica. Se considera generalmente que la novela gráfica nace con Contrato con Dios, pero es cierto que antes estuvo Jack Jackson con Los Tejanos, el Blackmark de Gil Kane o incluso His name is Savage… hubo varios antecedentes. Yo creo personalmente que el cambio de Eisner no es tanto el formato o incluso el contenido, sino el buscar un espacio dentro de la librería general o fuera del mundillo del comic book. Y bueno, quería que él nos comentase si lo ve así o de otra manera, o qué impresiones tenía el propio Eisner cuando estaba con este trabajo y los que vinieron después, New York City, Afán de vida, etc.


D.K: Simplemente lo que ocurre respecto al origen de la novela gráfica es lo mismo que sucede con el debate sobre dónde surgieron los tebeos. Hay muchos expertos norteamericanos que dicen que Yellow Kid fue el primer cómic que hubo el mundo, y hay muchos europeos que dicen que no, que Max und Moritz ya existía antes. Lo que ocurre es que Yellow Kid fue el primer cómic que tuvo éxito, que fue conocido y popular en todo el mundo. Me parece que Eisner se encontraba en una situación semejante. Fue el primero en crear una novela gráfica que fue realmente popular en todo el mundo. Pueden darse otros ejemplos de antecedentes de la novela gráfica, como los que citaba Carlos. Estaba el Jungle book de Harvey Kurtzman, de 1959, que no tuvo ningún éxito comercial en absoluto, fue un verdadero desastre, pero que tenía unas temáticas adultas. En 1950 hay un proyecto que se llama It rhymes with lust que casi nadie conoce pero que se puede considerar también un antecedente de la novela gráfica. Y podríamos citar muchos más. Pero lo que nos importa aquí ahora mismo realmente es que en 1978 se publica Contrato con Dios, la primera novela gráfica que es un éxito comercial y al mismo tiempo un éxito de crítica. Es una obra que consigue servir de fuente de inspiración tanto a los aficionados como a los profesionales, porque demuestra que se pueden abordar distintos temas de manera muy distinta. Además, hay toda una generación de lectores y autores que pueden aprovecharse de las oportunidades que abre la novela gráfica. Hay una serie de lectores que luego se conviertes en autores gracias a esa libertad que ven en la obra de Eisner. Cuando Eisner decide crear Contrato con Dios, lo hace solamente influido por el underground y por la libertad total de la que hablaba antes, pero al mismo tiempo también tiene historias propias que contar y tiene ganas de volver al tablero de dibujo. Una vez que su último negocio fracasa, decide utilizar la última parte de su vida en ser creativo de nuevo, en volver a contar historias. Y algunas, aunque muchos no lo sabían el aquel momento, son casi autobiográficas. La primera historia que cuenta en Contrato con Dios narra la historia de un padre que tiene que enterrar a su hija. Bien, aunque mucha gente no lo sabía, esa era la forma que tenía Eisner de lidiar con el dolor que le provocó perder a su única hija a los 15 años por culpa de la leucemia. Y también era la forma que tenía de lidiar con el dolor que le había provocado perder a uno de sus hijos por culpa de una enfermedad mental durante aquel mismo año. Como veis, hay algunos elementos autobiográficos. Yo creo que ese es uno de los primeros aspectos que atrajo a Eisner del mundo del underground, saber que podía contar historias de su vida o usarlas como referencia. Sabía que ya había dejado atrás The Spirit, aquellas aventuras habían quedado como parte del pasado y ahora podía empezar a contar esas historias que luego darían origen al slice of life. Quizás él sabía que estaba a punto de cambiar la historia en la industria. Hay gente, como Frank Miller, que describe ese momento de la lectura de Contrato con Dios como un momento de revelación, dándose cuenta de que los cómics podían ser algo más que las 24 páginas que se vendían en Estados Unidos en aquella época. Ya sé que en Europa había tomos de más extensión desde mucho antes, pero por lo general, si no me equivoco, solían ser recopilatorios de historias que se habían publicado previamente en revistas. Por primera vez en la historia del cómic, hay toda una generación de autores que se da cuenta de que puede hablar del tema que quiera y que lo puede hacer sin ningún tipo de restricción de páginas ni nada por el estilo. El estilo de dibujo da igual, simplemente tienen una forma de contar historias y de utilizar el medio. Creo que Eisner hizo algo muy importante, y es popularizar un género que hoy en día es realmente muy conocido en todo el mundo. Él fue innovador en ese sentido, y es un ejemplo más de la capacidad de innovación de la que Eisner ha hecho gala durante toda su carrera. Él jamás dijo haber inventado la novela gráfica. Sabía que no lo había hecho. Pero de lo que no cabe duda es de que fue el autor de la primera que tuvo éxito a nivel mundial y que sirvió para cambiar el conjunto de la industria.

La entrevista completa, en Entrecómics.

LAS MUJERES DEL ALBA, DE CARLOS MONTEMAYOR

El siguiente texto fue leído durante la presentación de la novela póstuma de Carlos Montemayor, Las mujeres del alba el pasado 24 de septiembre. Nos acompañaron la esposa de Montemayor, Susana de la Garza, Ángeles Magdaleno y Socorro Tabuenca. El artículo será publicado en el próximo número de la revista Cuadernos Fronterizos.

*

Las mujeres del alba fue la última novela, por desgracia novela póstuma, de Carlos Montemayor. Novela que nos llega acompañada del lamento fúnebre, no sólo por su argumento, sino por constituir la última obra de un autor irremplazable. Gran amigo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, de la que era profesor emérito, numerosas veces impartió en ella cursos y conferencias siguiendo la estela de otro gran maestro difícilmente olvidable, que también lo fue de Montemayor, y a quien éste evoca en determinado capítulo del libro que presentamos: Federico Ferro Gay.

En el conmovedor epílogo que Jesús Vargas Valdés escribió para esta novela, se nos cuenta que la inspiración de Las mujeres del alba vino del reproche que en Ciudad Juárez hizo a Montemayor la profesora Alma Gómez cuando advirtió que en ninguna parte de su novela previa se mencionase a las mujeres. Fue durante la presentación en 2003 de Las armas del alba, donde Montemayor contaba el asalto al cuartel de Ciudad Madera de 1965. Quizá Montemayor debió de evocar entonces aquel grito furioso que lanzaban los hombres en la Lisístrata de Aristófanes: “¡La guerra es cosa de hombres!”, al que respondía la brava Calónica: “¡La guerra será cosa de mujeres!”. Montemayor prometió entonces que escribiría otro libro dedicado a las mujeres de los guerrilleros.

Las armas del alba y Las mujeres del alba conforman un díptico sobre un acontecimiento crucial para la historia moderna de México, ya que, según palabras del propio Montemayor: “México ha vivido en estado de guerra de manera casi ininterrumpida al menos desde el amanecer del 23 de septiembre de 1965, cuando un grupo de jóvenes guerrilleros quiso tomar por asalto el cuartel militar de Ciudad Madera (…). Señalo esa fecha por la continuidad de las luchas armadas que vivió el país entero durante los siguientes treinta años” .

Se trata de dos novelas históricas, y menciono la denominación “novela histórica” con las debidas reservas, ya que al propio Montemayor le gustaba poner en duda la historicidad de la historia y la ficcionalidad de la ficción. Para él, la historia era una especie de fantasía vuelta realidad, parcialmente falsa, y la fantasía una realidad convertida en tal gracias a su comprensión de los sentimientos humanos que intervienen para que los fenómenos históricos puedan producirse. Al final de su discurso en ocasión de su nombramiento como profesor emérito de la UACJ lo expresó con elegancia: “El historiador quizá se apasiona por su descubrimiento de hechos históricos, el escritor se apasiona por la vivencia humana que hizo posible a esos hechos. La literatura es una de las formas de conocimiento de la realidad, no una forma de evasión. Cuando los trabajos del historiador y del novelista se hermanan, se aproximan, no se debe a la pasión por la historia, sino a la pasión por la realidad humana, a la pasión por lo humano”. Y lo sintetizó con mayor elegancia todavía en el que fue título de su discurso: “La literatura es una dimensión humana de la historia”.

Las mujeres del alba es la misma historia que Las armas del alba, y al mismo tiempo es otra, y aquí es donde demuestra Montemayor que la historia es ficción, porque se modifica según quién, cómo y cuándo la cuente. No entraré ahora en las consideraciones políticas que Montemayor concedía a estas posibles alteraciones, sino en las humanas, afectivas y sentimentales. Las mujeres del alba es una novela coral, pues la voz narrativa de sus 95 capítulos, que son en realidad 95 monólogos, es cedida en esta ocasión a las madres, esposas, hijas y hermanas de quienes murieron en Ciudad Madera aquella noche. Se trata de una novela coral, fragmentada y rota en voces de mujeres que amaban a los guerrilleros con esa solidaridad y esa entrega, habitual en las guerrillas rurales, donde las familias forman parte sentimental de una misma lucha solidaria que a veces no comprenden. Montemayor vino a ilustrar otra de sus acertadas teorías sobre la condición polifónica que adquiere la Historia cuando implica también la historia de las emociones: “Cuando la literatura escapa de la camisa de fuerza de una sola versión de la realidad y logra acercarse simultáneamente a la otra o a las otras, puede ilustrar de manera más profunda la condición humana” .

No es casualidad que Montemayor se sustentara en la Iliada o la Eneida para afirmar que el ejercicio literario de estas obras no lo era de ficción o fantasía, sino “de la inteligencia para ser capaz de pensar como el otro que (…) no entiende las cosas como nosotros” . Carlos Montemayor fue un mexicano irremplazable, y lo fue por muchas razones, pero ahora quiero sólo destacar una que es la que a mí me parece más importante, como en vida se lo pareció a su maestro Ferro Gay: a que Montemayor fue un hombre de dos mundos culturales, en el que convivían en perfecta armonía la herencia europea del conocimiento del griego y del latín y de sus literaturas, con la herencia precolombina que a él lo identificaba también como mexicano: el conocimiento del maya o el náhuatl de cuyas lenguas literarias no sólo era conocedor, sino que también fomentó su difusión y hasta la creación en esas lenguas que hoy todavía se hablan y se escriben. Esto último, en gran medida, gracias a Montemayor.

Digo todo esto porque la lectura de Las mujeres del alba, más allá de lo histórico y lo concreto de los hechos acaecidos en Ciudad Madera, me ha sumergido también en otra clase de corrientes subterráneas que merecen ser exploradas. Toda la obra está presidida por la voz del treno, que era como se llamaba en la antigua Grecia al canto fúnebre por el ser querido ausente.

No es difícil, en esta obra coral de mujeres que toman la palabra, encontrar ecos de la tragedia de Eurípides Las Troyanas, en que las mujeres de los héroes de la ciudad derrotada ensalzan el dolor, pero también el orgullo, de convertirse en el testimonio de los muertos, así como de su coraje. Porque no se trata de una tragedia que termina con el horror y a continuación la compasión, sino que comienza tras el horror como una colección de testimonios sobre los seres amados y muertos. Así como las mujeres de Troya lamentaban el aciago destino de los hombres y hasta de los niños, la novela de Montemayor se inaugura con la exposición de lo que ocurre después de los acontecimientos trágicos que han conducido al dolor y a la compasión que estas mujeres inspiran. Comparten en ambos casos los mismos reproches, el mismo ensañamiento con las víctimas, el contraste entre las honras fúnebres para los cadáveres de los vencedores, y la vergüenza insoportable del ensañamiento hacia los cuerpos de los vencidos; en la novela es el caso de los jóvenes adultos, algunos adolescentes, que son sepultados en fosa común mientras el sacerdote bendice la sepultura de los soldados pero niega este último derecho y consuelo a los vencidos. Mientras tanto, las mujeres del alba, las troyanas de esta historia, claman por el cadáver de sus seres queridos, que son negados ante la cerrazón y ensañamiento de la autoridad, el gobernador de Chihuahua, que aquí se parangona en términos de prepotencia o hybris con el Creonte que negaba el enterramiento de Polinices a su hermana Antígona en la tragedia que Montemayor conocía tan bien.

El lírico Simónides escribió que la poesía es la pintura que canta, y también en esta obra de Montemayor hallamos momentos de conmovedor lirismo, que embellece testimonios que hubieran podido resultar la mera transcripción de simples evocaciones de lamentación. Más allá de la historia y del registro de las mujeres de quienes empuñaron las armas del alba, esta novela póstuma de Montemayor está tocada por el espíritu de la poesía que se conduele con los vencidos de esta guerra justa, y aún más allá, del dolor de las mujeres de todas las gestas justas del mundo.

Montemayor no ha muerto, como no murieron Antígona ni Andrómaca. El dolor de estas mujeres es todavía el dolor de las mujeres que aman a los caídos de estas guerras fratricidas que a todos nos llenan todavía del mismo dolor. Queda el consuelo de saber que otros han llegado ya para musicalizar con voz las lágrimas de sus lamentos.

Carlos Montemayor, Las mujeres del alba. Prólogo de Paco Ignacio Taibo II. Epílogo de Jesús Vargas Valdés. Editorial Mondadori. México, 2010.

jueves, octubre 21, 2010

LUCY AND SOPHIE SAY GOOD BYE VI

Las morosas despedidas de Lucy y Sophie también causan conflictos matriomoniales. Vía Barnacle Press.

LILY ESKELSEN Y LA FAMILIA GARCÍA

Lily Eskelsen, vicepresidenta de la National Education Association de Estados Unidos, estuvo recientemente en Juárez y se entrevistó con la familia de Alberto García, buen amigo y escritor. El proyecto de Alberto es difundir libros entre los niños de la ciudad más violenta de México. El artículo (en inglés), aquí.

martes, octubre 19, 2010

RAMONES DE ANTAÑO: BIOGRAFÍA DE RAMÓN POR RAMÓN

La historia universal de la ramonidad tiene en dos ramones excelsos una de sus más altas cumbres: Ramón del Valle-Inclán y Ramón Gómez de la Serna, conocido también como Amón-Ra, o simplemente como Ramón, pues Ramón aglutinó en su proteica personalidad a los ramones que hasta entonces habían sido. Y cuando Ramón encontró a Ramón, surgió por arte y gracia de ambos una de las biografías más salás que he leído en mucho tiempo. Me refiero a la biografía Ramón María del Valle-Inclán, escrita por Ramón Gómez de la Serna.

El artífice de greguerías mil escribió diversas biografías a lo largo de su vida, y yo al menos tengo una más que ésta que nos ocupa: la de Edgar Allan Poe. No era Ramón biógrafo de alcurnia, aunque sí lo fue de altos vuelos. No era un encopetado académico, no tenía su brillante mente ni su candorosa, nunca afilada pluma, la intención de realizar una de esas biografías contrastadas y ultradocumentadas que hoy consumimos con enorme interés y provecho. Lo que hacía Ramón era otra cosa, era una refundición del anecdotario más sabroso con la más delicada intuición crítica, pero no de crítico de periódico, sino del crítico que todo gran escritor guarda dentro simplemente por ser escritor, pero también naturalmente por ser grande.

Gómez de la Serna conoció muy bien a Valle-Inclán. La grandeza de esta biografía reside precisamente en su liviandad. Es una biografía como aquellas que gustaban tanto a los antiguos: un poco a lo Suetonio, pero con muchísima más gracia que éste y sin la solemnidad de un Plutarco. Pero comparte con los grandes biógrafos antiguos el amor por el personaje tanto como el amor por la reflexión y el amor por la lengua en que escribían. Es una biografía llena de anécdotas personales, de leyendas inverosímiles, de grandeza de corazón, porque ante todo se nota en Ramón un gran respeto y amor por Valle-Inclán. Gómez de la Serna cristaliza la obra de Valle a través de su perceptiva gracia y galanura, la que debió tener a raudales el gordito y carismático autor de El circo o La Nardo. Es obra eminentemente literaria, no porque el biografiado sea un escritor, sino porque Gómez de la Serna era un grandísimo escritor cuya cabeza era una enorme chistera integrada llena de trucos y de conejos vertiginosos para saltar al papel impreso. Muchas de las anécdotas completamente falsas sobre cómo Valle-Inclán perdió su brazo fueron sistemáticamente inventadas por Ramón, y algunas son precisamente las que ilustran este artículo extraidas de un viejo tebeo de Editorial Novaro editado en México.

El imprevisible Valle, el cariñoso Valle, el violento Valle, el mitómano de sí mismo, el manco del espanto, el furibundo enemigo de Echegaray, el de las barbas de chivo, emerge del tonel de petróleo del tiempo con frescura, desparpajo, gracia vitriólica y mucho hachís. Se nos habla del Valle marido, del Valle papá, siempre del Valle ácrata, del Valle que prefirió ser pobre e independiente antes que acomodado y leal a intereses políticos o académicos. Sólo del cráneo privilegiado de este personaje singular hasta lo inverosímil podían surgir obras maestras espeluznantes como las Comedias Bárbaras, o toda una literatura completa como la hispanoamericana como cuando cinceló en Tirano Banderas a todo un continente.

Ramón y Ramón se encuentran por las callejuelas de Madrid a altas horas de la noche solitaria, sólo transitada por ellos y los gatos, y comparten paseos y charlas, y cuando la ocasión se presta, unas horchatas que producen sed en el lector hasta poder beberlas en la glorieta de Bilbao. Grandes ramones, hoy sin parangón en este tiempo persistente de mamones.

Encontré la biografía, en tapa dura y preciosa, de saldo en una librería de Madrid. Fue la mejor lectura de mi veranillo murciano, el de los dos litros de cerveza por día en discretos cafés, y el olor persistente (por más duchas al día que te des, tras leer los periódicos) de la evocación del río bravo de sangre que separa El Paso de Ciudad Juárez.

lunes, octubre 18, 2010

LUNA 18

Los lunes son, ya se sabe: grises días de tránsito entre la devoción y la obligación. Al menos tres buenos artículos en los periódicos: en The New York Times, una entrevista con Mathew Weiner, artífice de esa maravilla in crescendo que es Mad Men. Y acá, unas sabias palabras de Javier Cercas sobre la izquierda y Vargas Llosa que merece ser masticado, deglutido, asimilado. Para acabar, una reflexión sobre Juárez, Caracas y Medellín escrita por Pablo Ordaz, que cada vez escribe mejor y se compromete con mejor literatura con el presente turbulento de México. Encajen el primer párrafo de su artículo. Y punto en boca, un vaso de vino tinto y a la cama.

martes, octubre 12, 2010

LYND WARD Y FRED VARGAS

¿Qué tienen que ver Lynd Ward y Fred Vargas? Seguramente nada, pero he leído un artículo sobre el primero y una entrevista con la segunda que merece la pena destacar. Ahora que se habla tanto de la novela gráfica, conviene redescubrir a Ward, quien publicó unas cuantas durante el siglo pasado y que vuelven a ser editadas en dos ladrillos que se antojan imprescindibles. Novela gráfica sin diálogos ni textos explicativos, al estilo de Thomas Ott, un autor que retoma una tradición y la vuelve contemporánea. Quienes defendemos el carácter literario del cómic, ¿qué podemos opinar que son las novelas gráficas de Ward, que prescinde de la palabra? ¿Pantomima gráfica? No. Hay que regresar al concepto eisneriano de la narrativa secuencial intrínseca del cómic para dimensionar el cómic en su proporción justa como narrativa, como novela si se quiere. Una semblanza de la redescubierta obra de Ward, clicando aquí (en inglés).
Y en cuanto a Fred Vargas, les enlazo a una entrevista con esta grandísima escritora francesa donde dice verdades como puños. ¿Hasta qué punto el pensamiento independiente y crítico es posible en el mundo editorial actual, sometido a una corrección política fraudulenta? Interesantes, además, sus teorías sobre el género policiaco, del cual es maestra. Clicando aquí (ahora sí, en español).

jueves, octubre 07, 2010

MAX FRIDMAN: UN ESPÍA A SU PESAR

Ayer se publicó un artículo sobre Max Fridman que escribí para la revista española Tebeosfera. Max Fridman: un espía a su pesar. Pueden leerlo clicando aquí.

MAX FRIDMAN: GALERÍA

Rapsodia húngara: Fridman siempre al borde la muerte.

Rapsodia húngara: viñetas-detalle

Ante La puerta de Oriente: Estambul

Estampa típica de Estambul

La puerta de Oriente: acción y exotismo.

La puerta de Oriente: ambientación cuidada al extremo

La puerta de Oriente: ataque a traición

La puerta de Oriente: detallismo documental

La puerta de Oriente: encuentros en la noche.

La puerta de Oriente: belleza y expresividad de las mujeres de Giardino

La puerta de Oriente: paseo y melancolía por el mar Egeo

No pasarán: bienvenido a España, señor Fridman

No pasarán: lejos del mundanal ruido.

No pasarán: lecturas camino de Barcelona

No pasarán: Tienen, por eso no lloran, de plomo las calaveras

No pasarán: En el fragor de la batalla

No pasarán: Por los tejados de Barcelona

No pasarán: Bombardeo de Barcelona

No pasarán: Ecos de la España típica

No pasarán: Esther, el gran amor de Max Fridman

No pasarán: Frente del Ebro

No pasarán: Intrigas entre Gaudí

No pasarán: Los estragos de la guerra

MAX FRIDMAN: GALERÍA DE PORTADAS