Un film menor de Renoir, a pesar de los
pesares: buenos diálogos de Dudley Nichols, Carradine, Huston, Brennan en el
mejor papel que le he visto hacer en mi vida; Anne Baxter (¡con 17 años!), Dana Andrews (en su primer protagónico)… Renoir
estaba fuera de onda, y aunque los diálogos de Nichols son brillantes, la
estructura del guión es claramente temblequeante… La película se ve con mucho
gusto, pero deja una sensación de vacío muy grande al haber descartado el
aspecto más crítico que podía haber tenido el film (sobre el peso que la norma
y la costumbre pueden tener para afectar la ley) para internarse por senderos
melodramáticos carentes de acidez. Excelente factura técnica. Lo mejor: Walter
Brennan “con dentadura” (él diferenciaba sus filmes entre aquellos que rodó con
dentadura postiza y sin ella). Brennan desarrolla un papel que
demuestra el enorme nivel que tenía este actor a quien por lo general sólo
identificamos como gracioso en westerns tan conocidos como Río Bravo. Aquí
demuestra que se trataba de un actor colosal, con un talento y una técnica muy
por encima de los personajes, muchas veces ciertamente secundarios y
episódicos, de “característico”, que por lo general desarrolló a lo largo de su
vida.
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