miércoles, mayo 29, 2013

CUÉNTAME UN CUENTO, ABUELO GRIMAL

Estoy recopilando todos mis artículos sobre la cultura de Grecia y Roma y su pervivencia para un libro que reúna todos esas publicaciones sueltas, dispersas por muchas revistas a lo largo de quince años. Buscando mi reseña de la Historia de Roma, de Pierre Grimal, acabé por recordar que nunca la había colgado en esta mi bitácora, sino que fue primero publicada en el blog (hoy extinto) Aprés moi, le deluge, y que más tarde se publicó en papel en El Reto de Ciudad Juárez. Como es corto y me parece bonito, lo cuelgo aquí.

Cuéntame un cuento, abuelo Grimal
Ricardo Vigueras

Existen muchas Historias de Roma, más de las que yo podría conocer y también reseñar. Entre mis favoritas se encuentran la Historia de Roma de Indro Montanelli por su sencillez y amena narración, que incurre con frecuencia en la mofa de los personajes históricos y en la ironía flemática generalizada; creo que es un buen libro para que los estudiantes más jóvenes se introduzcan en el conocimiento de la historia de aquella civilización. Quiero también mucho los dos tomos que en Cátedra editó José Manuel Roldán (él fue autor único del primero). Luego está, por supuesto, Theodore Mommsen, cuya Historia de Roma fue la culminación de una obra superlativa que le condujo al Premio Nobel de Literatura en 1900. Pocas veces historia y literatura se han dado la mano de esa fina manera y con tanta profundidad.


Siempre he pensado que la historia de Roma es la única historia de una civilización o país que puede ser leída de cabo a rabo como una apasionante novela de aventuras. Roma, protagonista de esta trepidante novela de aventuras, siempre está por encima de los "pequeños" personajes históricos que, poco a poco, creyendo en Roma como una suprarrealidad y una forma de concebir la vida y moldear su entorno, fue convirtiéndose en el Imperio del que más tarde bebieron todas las ideologías imperiales. Sus antagonistas fueron personajes a veces exóticos y carismáticos, como Aníbal o Mitrídates; en otras ocasiones, enemigos internos como el esclavo Espartaco o el conjurado Catilina... Sus guerras civiles rebosaron de una feroz crueldad propia de tiempos crueles. Es difícil que a un buen lector aburra una historia de Roma, porque está llena de personajes con garra y de acciones trepidantes; como una vida humana, tuvo un nacimiento, vida y muerte perfectamente reconocibles. El recuerdo de Roma es como el recuerdo de un organismo vivo que nos dejó un legado a veces terrible pero también fastuoso.
No he dicho nada nuevo, está claro, pero todo esto es una pequeña reflexión que quería hacer para presentar un libro formidable que acabo de concluir y que releeré varias veces: Historia de Roma, de Pierre Grimal. El prestigioso filólogo y polígrafo francés dejó, al parecer, esta obra inédita entre sus escritos, obra que apareció en Francia en 2003 (Histoire de Rome, Mille et Une Nuits, Paris) y ahora ha salido a la luz en español de la mano de la editorial Paidós (Colección orígenes, Barcelona, 2005). El prodigio de esta obra consiste en que, durante poco más de cien páginas, Grimal consigue sintetizar con pluma casi poética los avatares existenciales y el aliento vital de aquella civilización que fue Roma y cuyo vuelo en la Historia de la humanidad duró el vuelo de doce águilas. La minúscula Historia de Roma de Grimal tiene el encanto de congeniar el pesado cúmulo de conocimiento de aquella civilización con la ligera cosquilla de una pluma. Para ello, Grimal no sólo sintetiza, sino que cuenta aquel cuento como un hombre que llegase a las puertas del cielo contaría sucintamente su propia historia: para pasar sobre ella sin ocultar nada, pero con el deseo de desprenderse cuanto antes de la pesada carga de la memoria. Pierre Grimal nos cuenta un cuento, un cuento donde la protagonista es una antigua Urbe llamada Roma que se reencarnó en otras Romas después de morir. Se trata de un libro ideal para que los estudiantes inicien su conocimiento de aquella civilización, ya que la amenidad de su relato sintetizado deja muchas puertas abiertas para la discusión en clase, para el desarrollo por parte del profesor ante un alumnado sensible que quiera conocer más.

Desconozco la historia individual de este libro, de dónde ha salido o por qué no se editó antes. No sé por qué, a mí me gusta imaginar al viejo profesor Grimal sentado en una mecedora durante la noche, echando humo por la pipa y saboreando un pastís rodeado de nepotes. Los niños le piden: "Cuenta un cuento, abuelo". Y Grimal consigue contarnos la historia de Roma como lo que quizá fue y quizá deberíamos hacer ver a nuestros estudiantes que fue: un cuento.

Publicado en Aprés moi, le deluge el 19 de agosto de 2005, y en El Reto de Ciudad Juárez, número 300, en 26 de agosto de 2005.


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