La violencia sexual en el Congo es la peor del mundo, leo con estupefacción aquí. Los testimonios, como pueden ver, son sencillamente terroríficos. ¿Cómo es posible llegar a tales extremos de brutalidad? (Esta es una pregunta retórica que me hago en voz alta para que me oigan los niños; soy consciente de que el hombre es un lobo para la hembra). Patidifuso me dejan los congoleños: ¿es que no saben que los blancos podemos desarrollar sobre ellos “groseros estereotipos raciales”? ¿Que podemos pensar que son “nativos salvajes parecidos a monos que se comportan como imbéciles”? Y ahora digo yo, ¿acaso no sería más bonito que todos, incluso los niños de Inglaterra, pudiésemos ver un Congo más bonito, más como esta viñeta de Hergé que pertenece al tierno, tonto y absurdamente polémico Tintín en el Congo?
Y es que, distinguido senado, digan lo que digan todos estos santurrones que defienden el catecismo de la corrección política y generan reacciones inverosímiles fuera de contexto historico y privadas de salud mental (de lo que pueden hacer memoria picando aquí por un lado, y por otro aquí), lo cierto es que lo que el Congo necesita es... el regreso de Tintín.
Las congoleñas y congoleños lo piden a gritos con alborozo: ¡Vuelve, Tintín!¿Ven? Ya están todos más contentos.
2 comentarios:
Me encanta Tintín!!
Ojalá fuera la solución para esa brutalidad. De ser así, que venga también a Juárez!!!
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