Roberto Gavaldón fue uno de los más sólidos artesanos del cine mexicano clásico, y a él se deben obras emblemáticas de esa cinematografía como Macario (1959; primer film mexicano en ser nominado al Oscar a la mejor película extranjera), El gallo de oro (1964; con guión de Juan Rulfo) o La vida inútil de Pito Pérez (1969). Formado en la época dorada de los estudios de Hollywood, donde coincide con Emilio Fernández y Chano Urueta, en 1932 regresa a México y se incorpora a la industria nacional trabajando en la parte técnica de las películas. Después de colaborar como asistente de dirección en cincuenta películas (entre las que destaca ¡Viva Villa! de Jack Conway en 1934), en 1944 debuta como director en La barraca, film que se embolsa diez premios Ariel y que lo lanza al estrellato como gran figura de la dirección en México. Realizador de más de cuarenta películas, su buen oficio y pericia técnica le permiten rodar algunos films en el extranjero, como Adventures of Casanova (1947) o The Littlest Outlaw (1953).
La diosa arrodillada fue su octava película, y en ella advertimos sus méritos y carencias. Gran conocedor de la parte técnica del oficio (Gavaldón incorpora en este film con gran acierto dramático elementos como el juego con espejos o la profundidad de campo), sin embargo no debía de hallarse especialmente dotado para generar empatía con sus actores, que le conocían como El Ogro por su estricto comportamiento en los platós.
Ni María Félix ni Arturo de Córdova dan de sí todo lo que uno podría esperarse de sus personajes. La historia de un hombre de gran fortuna (Arturo de Córdova) que conoce a una mujer con quien mantiene una relación extramarital (María Félix), adquiere un giro atormentador cuando él cree haber envenenado a su esposa con la pretensión de asesinar a su amante, quien lo obsesiona hasta el punto de adquirir una escultura, llamada La diosa arrodillada, para la cual ella posó como modelo.
De Córdova abordó en varias ocasiones el papel de galán atormentado en perpetuo conflicto con el deseo, pero Gavaldón no extrae de este interesante actor los angustiosos matices y sombras de culpa que inmortalizaron a De Córdova por su interpretación en Él, a cargo de Luis Buñuel. Curiosamente, también en esta ocasión (aunque cinco años antes de la película de Buñuel) De Córdova interpreta a un insatisfecho amoroso que deambula por una gran mansión presidida por una doble escalera que se bifurca tanto como la realidad y el deseo que se alejan para no encontrarse casi nunca en su personaje.
Con semejante guión (co-escrito por el autor mexicano José Revueltas, quien colaboró en otras once ocasiones con este director), Gavaldón podría haber dirigido un notorio film noir del cine clásico mexicano, pero sus intereses fueron otros. Enamorado del melodrama, Gavaldón rehuye las atmósferas góticas o la estética expresionista del cine negro y se concentra en la peripecia sentimental de los amantes. La bella fotografía de Alex Phillips se explaya generalmente en muchas gamas de grises que inciden más en lo bello y estilizado entorno de la vida de los ricos (el gran glamour de grandes mansiones con grandes columnas de mármol) que en la pesadilla de una historia que no se quiere centrar en el deseo atormentador y en el sentido de culpa.
La excelente factura formal de la película (más bien carente de ritmo y de énfasis en los giros dramáticos) se ve reforzada por una bella partitura de Rodolfo Halffter (que a veces recuerda mucho, curiosamente, el tema de la melancolía compuesto por Bernard Herrman para Vértigo, de Alfred Hitchcock, en 1958) y la presencia, siempre grata a mi entender, de Fortunio Bonanova, aquel español de Mallorca (foto, abajo) que recaló en Hollywood y tuvo un destacado rol en Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941). Aquí interpreta al malo de la película, pero Bonanova debió de ser un tipo tan simpático que su villano, más que villano, parece otra cosa, más bien un pragmático filósofo. Y es que en La diosa arrodillada todo recuerda a otra cosa que no es.
5 comentarios:
no sabes dond puedo dskrgarla?
No tengo ni idea. Estas películas clásicas mexicanas son difíciles de encontrar en internet. Prueba en Emule, es el único lugar donde podría estar. Suerte.
Está en Youtube. Googléala.
Así es, en los últimos tiempos han puesto cientos de pelis clásicas mexicanas en YouTube. Saludotes!!
No estoy de acuerdo contigo. Es una muy buena película. No sé porqué comparas la música de esta película con la de Vértigo (que no es una gran película aunque muchos lo digan). Tienes que verla más de una vez para comprenderla, entonces.
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