Durante mi última estadía en Madrid, el Brujo Don Carlos regalóme el catálogo de la exposición Juan Benet: Rutas. Entre el 6 y el 22 de mayo de este año, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos homenajeó con una exposición a uno de sus miembros, el colegiado 631: el gran escritor español Juan Benet, lógicamente más conocido por su prosa fecunda, la de Volverás a Región y Saúl ante Samuel, que por su profesión alimenticia. Y alimenticia porque Juan Benet, escritor que puede ser contado entre los más grandes que ha dado España durante el siglo XX, no fue un autor especialmente premiado en vida. Era también un autor difícil, de inspiración profundamente faulkneriana (como el tío William, también Juan Benet escribía junto al tranquilo remanso de un vaso de whisky).
Es un libro bonito este catálogo que el Colegio le ha dedicado. Está compuesto por un buen montón de artículos donde sus colegas los ingenieros le recuerdan como un titán de la ingeniería, siempre a pie de obra. También acompañan el conjunto testimonios recortados de aquí y de allí debidos a amigos como Javier Marías, Luis Carandell o José María Guelbenzu. Se echan en falta artículos de sus amigos y compañeros escritores; por ejemplo, de su última compañera, la poeta Blanca Andreu. Es más bien un libro que la profesión le ha dedicado a uno de sus ingenieros más famosos en una profesión de artífices desconocidos para nosotros, el vulgo. El ingeniero se oculta tras la obra que ingenia. El aspecto documental del volumen es puramente testimonial, ya que las fotos reproducidas parecen, más bien, homenaje al cincuentenario de Los Pitufos. Quizá con un poco más de dinerito hubiera quedado una obra redonda. Los artículos, firmados por numerosos colegas que también le vieron como un amigo, están llenos de evocaciones cariñosas que podrán interesar a los benetianos de pro y a los estudiosos de este periodo de las letras españolas.
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