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LAS MUDANZAS
Aquí ponemos la cama,
más allá ponemos los libros
y en esta pared lo que resta del espejo.
Hay que ver si hay contactos
para echar un poco de luz
en esta habitación a oscuras.
Por aquí ponemos las nubes,
por acá ponemos el pozo
y más allá los jirones del alma.
Afuera el viento chilla
y el río corre llevando trozos de hielo,
islas de calma sobre las tristes aguas.
La bóveda celeste es inmensa
y miles, millones, innumerables vidas
cambian en todas partes a gran velocidad.
¡Oh ciudad extraviada!
La quietud de las estrellas
nada tiene que ver —tal vez—
con nuestras mudanzas.
Aquí ponemos la cama,
más allá ponemos los libros
y en esta pared lo que resta del espejo.
Hay que ver si hay contactos
para echar un poco de luz
en esta habitación a oscuras.
Por aquí ponemos las nubes,
por acá ponemos el pozo
y más allá los jirones del alma.
Afuera el viento chilla
y el río corre llevando trozos de hielo,
islas de calma sobre las tristes aguas.
La bóveda celeste es inmensa
y miles, millones, innumerables vidas
cambian en todas partes a gran velocidad.
¡Oh ciudad extraviada!
La quietud de las estrellas
nada tiene que ver —tal vez—
con nuestras mudanzas.
2 comentarios:
Alguien dijo que dos mudanzas equivalen a un terremoto.
Un abrazo
Al atravesar por una mudanza, vemos por qué el temor más grande que puede embargar a un ser humano es el del cambio.
Otro abrazo.
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