Hará cosa de un par de años una amiga anduvo por Italia y me trajo, ¿qué creen? Unos bonellis, algunos del mes y otros atrasados. Entre los del mes, el Martin Mystere Almanacco Mistero, que acabo de echarme entre ayer y hoy. Por sólo cinco € y cuarenta céntimos, el volumen es una delicia: se publica la historia Il demone della giungla, que es la consabida historia de cien páginas de la factoría Bonelli. Con buenos dibujos de Morales, Grimaldi y De Cubellis, el guión viene firmado por el mismo Morales. Bien contada, pero sin llegar a la altura de los grandes momentos de Mystère, en esta ocasión la historia se centra en la leyenda del Chupacabras, uno de los pocos iconos latinoamericanos (junto con Hugo Chávez, Shakira y alguno que otro) que han rebasado fronteras y causado sensación mundial en las dos últimas décadas. El tío Martin se pregunta por qué durante los últimos años ya no se ha hablado más del Chupacabras, y la historia pretende ser la respuesta a ese enigma. Yerra el tío Martin como pocas veces lo ha hecho: los chupacabras no han desaparecido del mapa de América Latina, sino que se han convertido en destacados miembros de sus respectivos gobiernos.
El volumen incluye además setenta y tantas páginas relacionadas con temas arqueológicos, misterios por resolver, noticias sobre rodajes de películas centradas en misterios históricos y otras muchas curiosidades relacionadas con el universo vital del tío Martin. No se trata de la serie regular, todo hay que decirlo, sino de un almanacco bimestrale, en papel de buena calidad y buena reproducción, que comparte su presencia en los kioscos y tiendas junto con otras muchas publicaciones de esta casa, sin duda la mejor editorial de tebeos populares del mundo. ¿Por qué la mejor? Por su precio, su formato, sus largas historias, su dibujo, su calidad escritural, su buena relación con el público italiano, y también, esa sana popularidad que rebosan. Son los héroes de todo un pueblo que sigue apostando por sus personajes de toda la vida después de tantas décadas (Tex Willer ha cumplido más de cincuenta años cabalgando sin parar que ya los hubiera querido El Capitán Trueno y tantos otros).
La monomanía superheroica y manga hace imposible en España una mayor variedad de otros tebeos de latitudes más extravagantes, incluso, que la italiana. Sorprende darse cuenta gracias a ciertos blogs, de que también en México y Chile se publicaron, oh maravilla, grandes tebeos populares entre los años cuarenta y setenta. Gracias a los dioses, para eso están las tarjetas de crédito, los viajes, internet y la Mula de Alejandría, para difuminar las fronteras geográficas y que nuestras fantasías favoritas puedan estar presentes en nuestras vidas. Es verdad que los italianos tienen que soportar al Papa y a Berlusconi, pero también tienen mejores tebeos populares que en el resto del mundo. Quid pro quo.
3 comentarios:
Interesante reseña. Gracias por la misma que puedes trasmitir a la "amiga".
Nos daremos un viaje por la Biblioteca "Alejandrina".
Desde hace unos meses no hago más que viajar de bitácora en bitácora y de ir de una a otra sorpresa, son auténticas "delicias" algunos de sus cuentos totalmente desconocidos para mí, personalmente les estoy siguinedo el rastro a los "gauchos" pues el tema me motiva hasta para difundirlo entre mis amigos con gustos similares.
Lo dicho buen aporte, buena bitácora que llevo breve tiempo siguiendo pero a la que me gusta regresare y tengo entre las recomendadas para los amigos.
Amigo Napo:
De los gauchos siempre se ha sabido que tenían tesoros para dar y vender, no sólo tenían a Oesterheld, sino a Robin Wood. El tebeo gaucho es muy popular en Italia, por ejemplo. Mi sorpresa reciente es haber descubierto tebeos mexicanos y chilenos que no están nada mal, que cumplen estupendamente con los mismos objetivos que tenían los tebeos de nuestra infancia, aquellos Jabatos y Guerreros del Antifaz: divertimento en estado puro, arte humilde, con muchas carencias compensadas por un enorme amor por el medio y un gigantesco respeto por el público al que iban dirigidos.
Un saludote, y gracias por tus palabras.
Bueno, con muchas carencias pero con muchos méritos también, que conste. Y en cuanto al tebeo gaucho, por supuesto, no sólo se acaba con el binomio Oesterheld/Wood. Argentina: una pampa de tesoros a descubrir.
Y que más saludotes.
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