Ayer regresé de Morelia, Michoacán (foto cortesía de San Google), adonde acudí para leer una ponencia en el V Congreso Internacional de Teoría Cinematográfica. Concluyó el sábado por la noche, y enlazó con la inauguración del Festival Internacional de cine de Morelia. Estuvo Tarantino en la inauguración (yo no fui: para una vez que coincido con una star de Hollywood, me toca un tipo tan feo como Tarantino, en vez de, yo qué sé, Scarlett Johanson... Pfff...). Bueno, además de pedantear mogollón por los pasillos como gafapasta que soy, aproveché para beber deliciosos cafés con leche en el Café Catedral y comer todas las delicias típicas de Michoacán en los restaurantes del centro (aporreadillo, churipo, corundas, enchiladas morelianas, sopa tarasca, uchepos...). No faltaron mis escapaditas al mercado de San Juan, donde comí entre el pueblo las delicias que el pueblo come lejos de los turistas (con bigotes villistas postizos y la cara embadurnada con betún saboreé maravillosas quesadillas de flor de calabaza, otras de tinga picosita-picosita y gorditas de rajas y guiso de puerco). Volví a casa feliz, pero hecho un orsoncito wellesillo de tres al cuarto. O mores, o tempora moreliana! Tierra caliente y catedralicia, llena de atisbos de sabor purépecha y olor cafetero, patria chica de mi amada Estela Inda. Volveré.
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4 comentarios:
¡Pero si Tarantino es un bombón! No se crea, está re feo (y dicen que su fealdad se transmitió a sus Bastardos por eso le fue tan mal, habrá que ver si es cierto).
Pero qué padre que tuvo la oportunidad de vagar por calles y callejones (y qué envidia por lo de las quesadillas de flor de calabaza).
¡Saludos!
Estupendo que pudiste ir a Michoacán y contribuirles con algo. Me imagino que abrán aprendido cantidad de ti! Ya me dirás de qué se trató tu ponencia y me darás chance de repasarla. También sería bueno ver qué retroalimentación recibiste. Pues Tarantino no es tampoco santo de mi devoción, aunque parece que en gustos nos parecemos mucho. Total, qué gran alegría por tí, ya me contarás con detalle!
Hola, Pau. No le fue tan mal tan mal, parece, pero todo el mundo se ha quedado con la sensación de que el film no es ni fu ni fa.
¡Saludos!
Ah, don Melón. No sé si aprendieron o no, creo que al menos fue entretenido, y curiosamente ilustrativo. Hice una comparación entre la parábasis de la comedia de Aristófanes y el final de El gran dictador. Nada que ver; todo que ver.
Abrazos.
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