miércoles, abril 29, 2009

CARNIVÀLE: CYNTHIA ETTINGER












Porque hoy es mi cumpleaños, me regalo estas imágenes de la bellísima Cynthia Ettinger tomadas de la segunda temporada de la serie Carnivàle, que terminé de ver recientemente. Una de las verdaderas obras maestras de la historia de la televisión de la cual les hablaré dentro de poco en un gigantesco blogo. Avisados quedan. Que no se raje nadie.

martes, abril 28, 2009

MINI-VACACIONES PORCINAS

Cochinitos andamos, todo sea dicho. Y esto, queridos estudihambres, por culpa de la gripe porcina, que algunos llaman “La Influenza”, como si se tratara de una diva de la ópera. Estados Unidos quiere erradicar la denominación de “gripe porcina” porque es confusa, y hace creer que los alimentos del cerdo son contagiosos, y no es así. Además, el adjetivo “porcino” ofende los oídos de musulmanes y judíos. Los israelíes sugirieron llamarla “gripe mexicana”, lo cual quizá ofenda a los mexicanos y tiene pocas probabilidades de prosperar. Poco a poco se impone el nombre científico, que es el de virus A/ H1 N1, que tiene resonancias de novela de ciencia-ficción. A lo mejor ocurre que no nos gusta reconocer que el cerdo es el animal que más se parece a las personas. A ver, seamos sinceros: ¿a quién no le gusta hacer cochinadas de vez en cuando? A mí, mucho. ¿Y a ti?

Como es bien sabido de todos, el brote de la pandemia surgió en México, donde se han tomado medidas para evitar su expansión. Por ejemplo: evitar aglomeraciones de población. Se cierran bares, restaurantes, cines y teatros. Incluso puestos de taquitos de a peso en los soportales de muchos edificios. Hasta el día 6 de mayo se han cancelado las actividades escolares en todos los niveles educativos, así como toda clase de juntas, seminarios, y cursos en facultades. Me ha venido muy bien, porque esta tarde tenía programada una reunión a la que no deseaba acudir. Disculpen los muertos la franqueza.

Así que, apenas una semana después de volver del receso espiritual de Semana Santa (que no, chicos, que no son vacaciones, así que ya se están tardando en entregar la tarea de Latín que les encargué), muchos se hallan varados en casa hasta el día 6. Son una especie de mini-vacaciones porcinas.

Claro, que no todo el mundo anda en las mismas. Los profesores no tienen obligación de acudir a las instalaciones universitarias, e incluso los estudiantes tienen prohibida la entrada a la universidad (digo yo que para qué, si cuando tienen que acudir también faltan). Quienes tenemos responsabilidades administrativas sí tenemos que acudir, y tal es mi caso. Ya saben que soy el sheriff de una maestría. Así que cada mañana me levanto, rezo mis oraciones en el trono de mi alcoba, tomo mis supervitaminas, me ducho, salgo a la calle protegido con mi tapabocas, y a partir de entonces evito estrechar cien manos y besar cincuenta mejillas. Este es el mayor esfuerzo de todos, aunque se hace llevadero, ya que, con tanta ausencia de seres humanos en la universidad, no quedan casi manos que estrechar, y muchísimo menos, mejillas que besar. Pero no importa, porque la salud es lo primero, y está claro que el objetivo es sobrevivir unos cuantos días más en un mundo que no sólo lo era ya sin amor ni cortesía, sino que ahora es oficialmente un mundo sin besos. Ni siquiera en las telenovelas, leo por ahí. Cochina realidad.

TEBEOTECA III: KOSMAN, DE JUAN G. IRANZO

Incluso las obras “fallidas”, definitivamente menores, del gran Juan García Iranzo (1918-1998) constituyen, a la vuelta del tiempo, un enorme placer para los sentidos. Tomemos por caso Kosman, obra de aventuras espaciales con que el gran artista cerró su trayectoria dentro del mundo del cuaderno juvenil. Fue editada en 1960 por él mismo y sólo duró dieciséis números. Los extraños saltos de página que presenta su último cuadernillo, donde de la página 3 se salta a la 9 y de la 10 regresa a la 4 para conducir a un abrupto final en la página 8 no son una premonición de la Rayuela de Julio Cortázar, sino más bien la necesidad de Iranzo por clausurar la serie de prisa y corriendo, en busca de un final digno, sin desechar ni una sola página del material ya producido. Es una pena, porque de haber continuado, Kosman hubiera sido algo así como el parque temático de la ciencia ficción española. Poco podía ya competir los tebeos tradicionales con las series de TV que se comían la atención de los más jóvenes en aquellos días que fueron los de la muerte del cuadernillo de aventuras español.
El titular, de quien nunca vemos el rostro, es el alienígena Kosman, un ser enmascarado de otro planeta. Es un superhéroe, concepto relativamente nuevo dentro de la publicación de aventuras de la época. No caló la incursión de Iranzo en este medio mucho antes de la llegada a España de la invasión de tomitos Vértice donde conocimos a los superhéroes Marvel. Y por debajo de Kosman están el valiente Pablo Suárez (nueva encarnación de Miguel “El Cachorro”), el profesor Jarko (científico enloquecido trasunto del Zarkov de Flash Gordon), su hija Maribel y el simpático árabe Alí, quien introduce la nota cómica en una serie infantil de aventuras espaciales y que corresponde a los estereotipos raciales de la época.
Quizá lo más interesante del planteamiento inicial sea el doctor Jarko, un científico loco desengañado de la humanidad que, en su delirio, quiere hacer explotar un cohete contra el sol para exterminar a toda la raza humana; con fines filantrópicos, nada menos, ya que así, considera Jarko, los hombres morirán de una vez por todas en lugar de exterminarse aburrida y paulatinamente a través de sucesivas guerras. El planteamiento de Jarko es mucho menos infantil de lo que parece, es un pesimista nato que por medio de la locura recobra la razón del pesimismo absoluto tal y como lo entendían los antiguos griegos: lo mejor para el hombre sería no haber nacido, pero una vez que ha nacido, lo mejor para el hombre es morir cuanto antes. La locura de Jarko (de la que se recuperará en algún momento de la peripecia intergaláctica) convierte a este personaje en un bueno extravagante que conquista los corazones de sus lectores. Sólo es, como plantea Iranzo, un loco bondadoso a quien hay que proteger de su propia locura, que es como decir de su propia bondad.
Kosman no es una space-opera fallida, sino más bien fallera. Quizá los numerosos elementos voluntariamente paródicos del género tradicional (dragones, ovnis, elementos artúricos y medievales, de premonición) no acabaron de convencer a la chiquillería de la época, o simplemente el mismo mercado se hallaba en recesión y ya daba igual un último alarde de genio. Sólo la brevedad de la propuesta la convierte en serie menor frente a otros parques temáticos de género como Rayo Kid o El capitán Coraje del mismo Iranzo. Su excelente factura, la fortaleza y vibrante nervio de sus dibujos y de sus tintas, el trepidante ritmo y vibrante composición de página que Iranzo imprimía siempre a todas sus obras, hacen de la lectura de Kosman un placer para la vista, pero también un divertimento ejemplar para una mente limpia de prejuicios.

Kosman es una verbena sideral donde sus monstruos y malvados (encabezados por El Gran Okha, nueva versión de El Capitán Baco) parecen escapados de una carroza del Entierro de la Sardina antes de ser consumidos por el fuego. La enorme plasticidad, casi circense, de los momentos de acción, así como un retablo de secundarios y malos más entrañables que atemorizadores, dan fe del notable buen hacer de este maestro del tebeo español. Iranzo, con la humildad de sus medios y la fuerza de su talento, construyó en Kosman una cosmotraca intersideral que merece más ser recordada por sus muchos méritos que por sus discutibles, y siempre justificables, defectos.

miércoles, abril 22, 2009

martes, abril 21, 2009

MARCO EL GLADIADOR (OLAC THE GLADIATOR), POR DON LAWRENCE

Publicado originalmente en Inglaterra por la editorial Tiger como Olac the Gladiator, Marco el gladiador fue la traducción hispana de aquella obra más bien mínima de Don Lawrence. Sólo llegó a dibujar tres historias repartidas a lo largo de 32 páginas, y en España se editaron sólo dos de ellas. En Marco/Olac, a pesar de la falta de expectativas, brilla el buen hacer del artista a quien debemos El imperio de Trigan, y sobre todo, hay una espléndida recreación de ambientes y atmósferas. Por medio de éstas, Lawrence se adscribe a la corriente expresionista en la recreación de la Roma clásica (como en los primeros cuadernos de El Jabato, de Mora y Darnís) y se aparta de la brillante o marmórea (Alix, de Jacques Martin).

Olac/Marco es un epígono gráfico de Brick Bradford. Marco, príncipe de los gladiadores, viaja a Britania para reencontrarse con su hermano Cumnor, a quien no ve desde hace muchos años. Al llegar a la vieja casa familiar en Lundinium, descubre que Cumnor ya no vive en ella y ha desaparecido de la ciudad. Un amigo de Cumnor, llamado Dextrius le informa de que su hermano ha sido mandado al norte, hacia la muralla de Adriano, como esclavo de la legión XXI por conspirar contra el tirano que gobierna Roma, el cruel Sergius. Marco y Dextrius parten al norte en busca de Cumnor. Pronto conoce al rebelde Ogginax una especie de Hércules britano con quien hace buenas migas.

Los conflictos entre romanos invasores y autóctonos britanos son el meollo de la primera historia de las dos que componen el dístico publicado por Maga. El mensaje del gobernador, romano de noble carácter, es pacifista, cuando recuerda a Ogginax (3/2,7): “Roma necesita hombres como tú. ¡No la odies! Ella ha dado a tu país civilización y paz. Trabaja con Roma y ella te recompensará bien”. La composición de página es dinámica, buscando siempre un diseño que, además de contar con efectividad la historia de Marco, resulte atractivo en su conjunto.

La segunda aventura, La rebelión de los gladiadores, empieza en 4/8. La gran curiosidad de la segunda historia radica en el guión, que salta precipitadamente de una Britania ocupada por Roma en tiempos posteriores a Adriano (117-138 d.C.) hasta una Roma gobernada por el dictador Tarquino (¿Tarquino el Soberbio?), a quien sucede en el cargo otro dictador, Aulo. De esta manera, la serie se desvía para siempre de la verosimilitud histórica y corre a precipitarse en la fantasía histórica de época romana. En España fueron editados seis números por Ediciones Maga, donde, tras su conclusión enlazó con la serie nacional Quintín, pajecillo valiente. Las portadas de la edición española correspondieron al ilustrador Serrano.

Marco el gladiador para descargar en CBR, clicando aquí.

jueves, abril 16, 2009

ART SPIEGELMAN: SIN LA SOMBRA DE LAS TORRES

Hay obras que deben ser leídas sin la pasión del momento, y creo que In the Shadow of no Towers, de Art Spiegelman, es una de ellas. El shock que para la sociedad de Estados Unidos constituyó el derrumbe de las Torres Gemelas el 11-S polarizó hasta tal punto la situación política nacional e internacional que todavía hoy estamos sufriendo las consecuencias. De manera global, quiero decir, y en nuestros putos bolsillos. Spiegelman ironizó mucho sobre la respuesta oficial y oficialista ante semejante atentado que acabaría por producir un cataclismo de consecuencias planetarias. También lo hace en las páginas de esta obra: un Spiegelman disfrazado de Happy Hooligan (el mismo personaje con que me asomo en los Datos personales de este blog) es interrogado acerca de qué es lo más grande de Estados Unidos, y él responde: “Que mientras no seas árabe se te permite pensar que Estados Unidos no siempre es tan grande”. Recorto y pego. Las viñetas de Spiegelman no tienen desperdicio. Miren, miren.

Sin la sombra de las torres es un cómic extraño. Está bien juzgarlo sin pasión, porque es fácil caer en la tentación de pensar que es una gran obra, y no lo es. Es un tebeo extraño porque su formato y características son raras: concebido en tamaño grande y con cartulinas gruesas en vez de páginas convencionales, parece un extraño cuento troquelado para niños ancianos. A pocas manzanas de donde hoy está la Zona Cero, asegura Spiegelman, nacieron hace cien años personajes de los cómics que ahora resucitan y salen de entre las cenizas y escombros de las Torres Gemelas. A lo largo de las diez gigantescas planchas de esta obra, Spiegelman jugará con recreaciones de Yellow Kid, Happy Hooligan, Little Nemo y otro personajes que también tuvieron problemas con la oficiosa oficialidad de las catástrofes políticas de su tiempo. En algunos casos, mientras que en otros su evocación llegará para hacer más presente el cataclismo, como Little Nemo y su mundo de sueños que se desmorona literalmente mientras se desmorona Nueva York. Spiegelman adjuntará al final, a reproducción más que estimable y próxima al original, páginas de estos cómics de prensa clásicos. En ellas, los iconos de la realeza, de la patria o de la raza se revolverán contra estos personajes que, como en el mítico relato de Edán y Eva, a veces sólo cometen el error de revelar su independencia intelectual y rebelarse contra los mandatos de un ser superior (llámese Dios, Gobierno o Genio Maravilloso) que les impone cuál debe ser su manera de pensar y de actuar (¿no es éste el sentido de la plancha III del genial Verbeek que podemos gozar en este libro de Spiegelman?).
Es posible que Sin la sombra de las torres no sea el cómic de Spiegelman que hubiéramos deseado leer en tales circunstancias, pero el cómic independiente tiene también la obligación de ser incompleto, aunque no nos satisfaga. Al menos tenemos, eso sí, diez estupendas y muy críticas planchas de Spiegelman cuestionando los totalitarismos intelectuales de las democracias modernas, y también, lo cual ya resulta impagable en los tiempos que corren, siete estupendas páginas del mejor cómic clásico norteamericano reproducidas como jamás las volvamos a ver quizás.

miércoles, abril 15, 2009

LOS BROS HERNANDEZ NUEVA ÉPOCA

Los Bros Hernández han inaugurado una nueva época de su mítica cabecera: Love and Rockets. Los incondicionales de la revista, así como de la producción de los hermanos, estamos de enhorabuena porque los Bros continúan produciendo material de enorme calidad y de forma incansable. La edición en España de La educación de Hopey Glass, de Jaime Hernández, ha vuelto a levantar el polvo de una vieja disquisición comiquera: ¿Eres más de Jaime que de Beto? Repasando mis papelotes sobre los Bros encuentro un excelente articulo de Enrique Vela (“Jaime escritor, dibujante Beto”, publicado en el número 10 de U El Hijo de Urich) donde nos dice que la dicotomía acerca de Jaime como mejor dibujante y Beto como mejor escritor de historias le parece artificial: Encontraba a los dos en niveles equiparables en todos los frentes. Las diferencias eran para mí de estilo y persona, pero no de calidad o compromiso con su trabajo (p. 44).

Creo que los Bros tienen épocas y épocas, obras más o menos afortunadas, de alcances y pretensiones diversas. Ambos siguen produciendo y con enormes resultados. Love and Rockets sigue siendo una bandera para muchos, y en este caso, el número 1 de su recién inaugurada etapa marca un punto y aparte con la trayectoria anterior en formato comic-book (y la anterior, la primera, en formato revista que para mí era la que mejor cobijaba sus respectivos estilos). En este número de 1 Jaime nos regala una de sus fantasías súper- heroicas protagonizadas por la incombustible Penny Century y otras chicas del superequipo The Fenomenons: súper heroínas chaparritas, entradas en años y casi siempre nalgoncitas y dotadas de considerable muslamen. Una historia de 49 páginas fresca y divertida (que concluirá en el número 2) con todos los trucos pop que ya conocemos a Xaime. En cuanto a Beto, se nos descuelga con varias historias cortas de ecos más mágicos que super heroicos, jugando siempre con la broma y con la intimidad de los personajes. Sin duda alguna, muy recomendable para todos sus seguidores.

miércoles, abril 08, 2009

LA NOVELA PASIONAL: LAS ABERRACIONES DE MARGOT

a Novela Pasional, clásico entre los clásicos del género guarrindongo español, sigue siendo una disfrutable caja de sorpresas entre lecturas más abigarradas, académicas y patatín patatán de todo profesor gafapasta que se precie. En esta ocasión toca comentar "Las aberraciones de Margot", fruto del cacumen del ignoto Alonso de Santillana. Don Alonso nos cuenta la historia de la nínfula Margot, niña catalana de buena familia que un día conoce, bañándose en el río, a la que será amor de su vida: Encarniya la Canajtera, una gitanilla renegrida (tanto por lo moreno de su piel como por cochinilla) a quien convertirá en dama de compañía, confidente del who´s who barcelonés y, mire usted por donde, en sáfica satisfacción de sus alborotos hormonales. Todo irá bien hasta que, por exigencias de la vida de aquel entonces, Margot se vea forzada a elegir novio formal con quien mirar hacia delante en la vida. La historia, contada con gracia por don Alonso, deambula entre la parodia de los tópicos de la poesía y la prosa clásica (que a fuerza de recurrentes han quedado por inservibles) y la intención moralista más indisimulada. Y es que, ay, a pesar de su gracia, La novela pasional era una colección dirigida a un público más bien varón y concupiscente hasta cierto punto de la moral putera y tradicional de la época. Sin embargo, la gracia cañí del estilo tradicional de la serie, y en este caso, el uso de arquetipos raciales del tipo La Familia Churumbel (del genial Manuel Vázquez) dejan al final un buen sabor de boca.

viernes, abril 03, 2009

SEMINARIO VI

LA VERDADERA EDAD DE LOS PAÍSES, POR HERNÁN CASCIARI

Hacía mucho tiempo que no me reía tanto. En este caso, con el artículo de Hernán Casciari (el de la foto) titulado "La verdadera edad de los países". Casciari es un escritor argentino que tiene dos blogs: el suyo personal, Orsai, que es de donde he tomado este artículo que les cortopego, y otro, muy recomendable, titulado Espóiler y que está dedicado a la heroína moderna de la imaginación. Aquí les pongo el artículo mentado. Espero que se den por aludidos, y espero que lo disfruten tanto como yo.

La verdadera edad de los países
por Hernán Casciari

Una lectora sagaz me dice en el comentario 227 del artículo llamado España, decí alpiste, que 'Argentina no es mejor ni peor que España, sólo más joven'. Me gustó esa teoría y entonces inventé un truco para descubrir la edad de los países basándome en el sistema perro. Desde chicos nos explicaron que para saber si un perro es joven o viejo había que multiplicar su edad biológica por 7. Con los países, entonces, hay que dividir su edad por 14 para saber su correspondencia humana. ¿Confuso? En este artículo pongo algunos ejemplos reveladores.

Argentina nació en 1816. Tiene ciento ochenta y nueve años. Si lo dividimos por 14, Argentina tiene trece años y cuatro meses. O sea, está en la edad del pavo. Argentina es rebelde, es pajera, no tiene memoria, contesta sin pensar y está llena de acné. Por eso le dicen el granero del mundo.

Casi todos los países de América Latina tienen la misma edad y, como pasa siempre en esos casos, hay pandillas. La pandilla del Mercosur son cuatro adolescentes que tienen un conjunto de rock. Ensayan en un garage: hacen mucho ruido y jamás sacaron un disco. Venezuela, que ya tiene tetitas, está a punto de unirse para hacer los coros. En realidad quiere coger con Brasil, que tiene catorce y la poronga grande. Son chicos; un día van a crecer.

México también es adolescente, pero con ascendente indio. Por eso se ríe poco y no fuma ni un inofensivo porro como el resto de sus amiguitos. Fuma peyote y se junta con Estados Unidos, que es un retrasado mental de 17 que se dedica a matar a chicos hambrientos de seis añitos en otros continentes.

En el otro extremo, por ejemplo, está la China milenaria: si dividimos sus 1.200 años entre 14, nos da una señora de ochenta y cinco, conservadora, con olor a pis de gato, que se la pasa comiendo arroz porque no tiene para comprarse la dentadura postiza. Tiene un nieto de ocho, Taiwán, que le hace la vida imposible. Está divorciada hace rato de Japón, que es un viejo cascarrabias al que todavía se le para la chota. Japón se juntó con Filipinas, que es jovencita, es boluda y siempre está dispuesta a cualquier aberración a cambio de dinero.

Después están los países que acaban de cumplir la mayoría de edad y salen a pasear en el BMW del padre. Por ejemplo Australia y Canadá. Estos son típicos países que crecieron al amparo papá Inglaterra y de mamá Francia, con una educación estricta y concheta, y ahora se hacen los locos. Australia es una pendeja de 18 años y dos meses que hace topless y coge con Sudáfrica; Canadá es un chico gay emancipado que en cualquier momento adopta al bebé Groenlandia y forman una de estas familias alternativas que están de moda.

Francia es una separada de 36 años, más puta que las gallinas, pero muy respetada en el ámbito profesional. Es amante esporádica de Alemania, un camionero rico que está casado con Austria. Austria sabe que es cornuda, pero no le importa. Francia tiene un hijo, Mónaco, que tiene seis años y va camino de ser puto o bailarín, o las dos cosas.

Italia es viuda desde hace mucho tiempo. Vive cuidando a San Marino y a Vaticano, dos hijos católicos idénticos a los mellizos de los Flanders. Italia estuvo casada en segundas nupcias con Alemania (duraron poco: tuvieron a Suiza) pero ahora no quiere saber nada con los hombres. A Italia le gustaría ser una mujer como Bélgica, abogada, independiente, que usa pantalón y habla de tú a tú de política con los hombres. (Bélgica también fantasea a veces con saber preparar spaghettis.)

España es la mujer más linda de Europa (posiblemente Francia le haga sombra, pero pierde en espontaneidad por usar tanto perfume). España anda mucho en tetas y va casi siempre borracha. Generalmente se deja coger por Inglaterra y después hace la denuncia. España tiene hijos por todas partes (casi todos de trece años) que viven lejos. Los quiere mucho, pero le molesta que los hijos, cuando tienen hambre, pasen alguna temporada en su casa y le abran la heladera.

Otro que tiene hijos desperdigados es Inglaterra. Gran Bretaña sale en barco a la noche, se culea pendejas y a los nueve meses aparece una isla nueva en alguna parte del mundo. Pero no se desentiende: en general las islas vivien con la madre, pero Inglaterra les da de comer. Escocia e Irlanda, los hermanos de Inglaterra que viven en el piso de arriba, se pasan la vida borrachos, y ni siquiera saben jugar al fútbol. Son la vergüenza de la familia.

Suecia y Noruega son dos lesbianas de 39, casi 40, que están buenas de cuerpo a pesar de la edad y no le dan bola a nadie. Cogen y laburan: son licenciadas en algo. A veces hacen trío con Holanda (cuando necesitan porro), y a veces le histeriquean a Finlandia, que es un tipo de 30 años medio andrógino que vive solo en un ático sin amueblar, y se la pasa hablando por el móvil con Corea.

Corea (la del sur) vive pendiente de su hermana esquizoide. Son mellizas, pero la del norte tomó líquido amniótico cuando salió del útero y quedó estúpida. Se pasó la infancia usando pistolas y ahora, que vive sola, es capaz de cualquier cosa. Estados Unidos, el retrasadito de 17, la vigila mucho, no por miedo, sino porque quiere sus pistolas.

Israel es un intelectual de sesenta y dos años que tuvo una vida de mierda. Hace unos años, el camionero Alemania (que iba por la ruta mientras Austria le chupaba la pija) no vio que pasaba Israel y se lo llevó por delante. Desde ese día, Israel se puso como loco. Ahora, en vez de leer libros, se la pasa en la terraza tirándole cascotes a Palestina, que es una chica que está lavando la ropa en la casa de al lado.

Irán e Irak eran dos primos de 16 que robaban motos y vendían los repuestos, hasta que un día le robaron un respuesto a la motoneta de Estados Unidos, y se les acabó el negocio. Ahora se están comiendo los mocos.

El mundo estaba bien así, es decir, como estaba. Hasta que un día Rusia se juntó (sin casarse) con la Perestroika y tuvieron docena y media de hijos. Todos raros, algunos mogólicos, otros esquizofrénicos.

Hace una semana, y gracias a un despelote con tiros y muertos, los habitantes serios del mundo descubrimos que hay un país que se llama Kabardino-Balkaria. Un país con bandera, presidente, himno, flora, fauna, ¡y hasta gente!

A mí me da un poco de miedo que nos aparezcan países de corta edad, así, de repente. Que nos enteremos de costado, y que incluso tengamos que poner cara de que ya sabíamos, para no quedar como ignorantes. ¿Por qué siguen naciendo países nuevos —me pregunto yo— si los que hay todavía no funcionan?