miércoles, julio 28, 2010

ELEVEN MI HORCA, DE GEOFFREY HOMES

El nombre de Geoffrey Homes no dirá gran cosa a casi nadie, quizá sólo a los muy devotos de la novela negra. Nacido como Daniel Mainwaring en 1902 y fallecido en 1977, fue sobre todo un hombre dedicado a la escritura de guiones cinematográficos. Bajo el pseudónimo de G. Homes, este autor inició su carrera literaria como autor de novela negra, dentro de la cual publicó diversos títulos hasta llegar a la considerada por todos su obra maestra: Build My Gallows High (1946), que en nuestro idioma se tradujo como Eleven mi horca. Comienza a colaborar con Hollywood a principios de los años 40, donde firma distintos guiones con tal seudónimo y con su verdadero nombre. Su última novela, Eleven mi horca, pronto se convirtió en un éxito y la versión cinematográfica, signada por el propio Homes, no se hizo esperar. Hoy es una de las obras maestras capitales del cine negro de los años dorados: Out of the Past, dirigida por Jacques Tourneur y protagonizada en sus principales papeles por Robert Mitchum, Kirk Douglas y Jane Greer. La carrera cinematográfica de Homes se prolongó hasta los años 60, cuando participa de manera eventual en algunas serie televisivas como Mannix o The Wild Wild West. Sin lugar a dudas, sus más altas conquistas como escritor de filmes se debieron a The Big Steal, The Invassion of the Body Snatchers (ambas dirigidas por Don Siegel, y la segunda un gran clásico del cine) y The Hitch-Hiker (1953, Ida Lupino) que tuvo que firmar con seudónimo al ser incluido en la tristemente célebre lista negra de escritores que no podían trabajar en la industria acusados de actividades anti-americanas durante la Caza de Brujas.


Esto quiere decir que, para la historia del cine, Homes es principalmente el responsable literario de una de las películas más prodigiosas de los años 40: Out of the Past, un filme denso y atmosférico como hubo pocos, una pieza maestra con doble y triple estructura en anillo donde todos los elementos cuadran en un final trágico lleno de poesía y fatalismo, pero también de piedad. Por supuesto, entre la novela y la película hay grandes diferencias. El propio Homes, quien firmó el guión como Daniel Mainwaring, pulió su propia novela hasta despojarla de todo polvo y paja, hasta convertirla en una preciosa figura de jade que todavía hoy corta el aliento por su perfección estructural. Pero hay un pequeño misterio cuya resolución se me escapa: según IMDB, en el guión también participó el gran James M. Cain, padre literario de El cartero siempre llama dos veces y de Double Indemnity (novelas con versiones cinematográficas importantes).
El estilo de ambas novelas, breves y muy bien cinceladas, podrían haber tenido alguna influencia sobre la adaptación cinematográfica que el propio Homes llevó a cabo de su obra, puesto que lo que advertimos en el trasvase de novela a película no es tanto que se reduzcan los personajes importantes del drama (los secundarios llegan a ser casi episódicos o de transición en el film), sino que los mismos personajes de Whit Sterling (interpretado por Kirk Douglas) y de Kathy Moffat (Jane Greer) se ven reforzados hasta constituirse en imprescindibles dentro de la tragedia que se cierne sobre la vida de Jeff Bailey (Robert Mitchum) y convertirlos en un trío protagonista cuyos destinos entrelazados les obliga a reencontrarse para el tercer y último acto de sus propias historia. El refuerzo de la historia de amor/odio entre Kathy y Jeff es una de las grandes bazas con que goza el film, donde pasa a muy segundo plano la relación que la prometida de Jeff, la pueblerina Ann Miller (interpretada por la dulce Virginia Huston) mantiene con su vecino y rival de Jeff en amores, el obstinado y ciertamente antipático Jack Fisher (Steve Brodie). La degradación en el film del interés de los escritores en esta última relación con vistas a favorecer la primera tiende a comprimir todavía más el foco de interés de la película. Mumsie McGonigle, nombrecito de fulana donde los haya, es convertida en el film en la sensual y diabólica Kathy Moffat, una de las mujeres fatales más inolvidables de la historia del cine, muy en la línea de Double Indemnity, de donde podemos extraer los paralelismos con James M .Cain y la versión que Wilder llevara a la pantalla en 1944. Al contrario de la elemental y un poco ramplona Mumsie de la novela, Kathy es más gata que zorra, y se convierte en mujer fatal (de fatum) que marca la vida de aquellos desdichados que tienen la desgracia de verse envueltos en sus redes de viuda negra o de monja de la muerte (véase la siguiente foto, donde en cierto sentido Jane Greer parece ataviada como si de un ángel exterminador se tratara).

Y el final. El final, duro y conciso de la novela fue admirablemente modificado en su traslación a la pantalla para transformarse precisamente en oscuro destino en el cual no es posible redención de amor sin muerte. El epílogo, una bellísima escena de piedad y consolación (incluso en la mentira y la desgracia) entre Kid (Dickie Moore) y Ann Miller, fue una de las varias y grandes innovaciones de la película a una novela carente en cierto modo de los altamente simbólicos niveles de interrelación que se dan en el filme, una novela que, sin demérito de la misma, no tiene la grandeza singular de Out of the Past. No en vano, este filme, como muchas de las traslaciones a la pantalla de obras literarias menores con respecto a sus versiones cinematográficas, partió de un excelente material de partida que, en manos de un puñado de artistas en estado de gracia (además de los actores, Tourneur en la dirección, Musuraca en la fotografía y Roy Webb en la banda sonora) levantaron uno de los más grandes monumentos cinematográficos a la idea trágica, tan querida por el cine negro, de que la redención no es posible cuando el destino te alcanza en las formas de una mujer irrenunciable pero maldita. Kathy: Cata fatalis.


1 comentario:

tristan dijo...

¡Que maravillosa película! Una auténtica obra maestra con infinidad de momentos memorables. Una fotografía prodigiosa y frases inolvidables; un ejemplo
Kathy:"¿Me quieres?
Jeff:Como un mono a su jaula.
Jacques Tourneur es uno de los directores más grandes que han existido.