Murió Jerry Robinson el 7 de diciembre. Desde aquí pueden acceder a muchos enlaces con muestras de su arte. Fue un artista en la sombra, sobre todo por haber pertenecido al equipo de Bob Kane durante la gestación de los primeros números de Batman. Cualquiera que haya leído el Batman clásico sabe que, como Will Eisner y muchos otros, Bob Kane aglutinaba bajo su firma los méritos (y deméritos) de los miembros de su equipo. Así era en buena parte del cómic clásico norteamericano: una labor de equipo. Robinson fue creador intelectual del Joker (el Comodín, como a mí me gusta llamarlo, pues soy heredero de las viejas traducciones de Novaro). Pero Robinson también cuenta con una obra destacable y propia en su haber, y me refiero a Jet Scott, una obra perdida de la ciencia-ficción clásica de la que pueden ver muestras aquí. Recientemente Dark Horse Books acaba de reeditarla completa en dos preciosos volúmenes que deberían ser el modelo a imitar por todos aquellos que hoy editan en Estados Unidos series clásicas de prensa. La labor de editoriales como Fantagraphics, IDW, Hermes Press o Classic Comic Press, con ser meritoria y a veces excelente, no siempre deja feliz a todo el mundo, y, sin ningún género de dudas, está lejos de la perfección. Esto lo digo sobre todo por Classic Comic Press, que es el patito feo de las editoriales usacas que hoy editan material clásico: asco me da el primer volumen de Big Ben Bolt, de Cullen Murphy, por ejemplo, y en la edición de Mary Perkins On Stage uno echa en falta el color de las dominicales y mejor papel. Conclusión: uno empieza a tener miedo de que Classic Comic Press edite alguna serie. Pero la edición de Jet Scott, qué maravilla: papel de calidad, dos tiras diarias por página excelentemente reproducidas y su bella dominical a colores donde corresponde. Jet Scott (que, ejem, reposa en mi pila de tebeos pendientes de lectura) fue una serie escrita por Sheldon Stark y duró poquito, pero quizá sea la gran contribución individual de Robinson al noveno arte. Un dibujo delicioso. Algunos la llaman obra maestra perdida del cómic de ciencia ficción. El mejor homenaje que puede hacérsele a un artista es el de disfrutar su obra, así que, me dejo de palabrería y mejor acabo mis lecturas para hacerle un tiempo a Jet Scott, la gran obra de Jerry Robinson. Ya le tocaba. Ahora es cuándo. Descansa en paz, Jerry.
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