jueves, mayo 11, 2006

PERROS DE PAJA: PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE

Yo tampoco conozco el camino a casa, nos confiesa Ben (Dustin Hoffman) en la última y lapidaria frase de Perros de paja. Ben es un hombre pacífico que cree en el pacifismo y en la bondad natural del ser humano. Sin embargo, llega a parar al pueblo escocés de su noviecita, un lugar habitado por depredadores que suscriben ese dicho mexicano genial: pueblo chico, infierno grande.

Ben es matemático, y su noviecita le ligó en Estados Unidos y se lo trajo a casa, una casa que está en un pueblito donde todos los personajes parecen tan vivos y tan acogedores como los zombies de Buffy Cazavampiros. Ella le ama o cree amarle, pero en el fondo le desprecia: él no le hace al caso infantil que las niñas merecen, y como niña pequeña, le borra sus garabatos de la pizarra. Ella le recrimina que no sea más violento, que es una forma de decirle "más hombre". Ben es poco hombre para ella, pues ella cree en la naturaleza depredadora del ser humano, algo que por desgracia sólo Ben puede reconocer en el último rollo de la película y en la frase final. Hasta entonces, Ben es un ingenuo, de ahí su actitud siempre benévola y conciliadora, sin maldad. Como buen matemático racionalista, descarta la fuerza oscura e irracional del ser humano, pues no cree en ella, piensa que debe ser reprimida y aniquilada. A pesar de sus buenas intenciones, el lado oscuro genera poder y atracción en la sociedades primitivas y pre-matemáticas, y es por esto que ella le desprecia, porque ella todavía cree en un sistema de valores del mundo salvaje, donde el hombre sólo es hombre cuando es fuerte y es violento, cuando se vuelve depredador y entonces se reivindica.

La moraleja de Perros de paja es amarga: la civilización no puede someter a la barbarie sino con más barbarie. Que si vis pacem, para bellum, compadre. Y después, Dios dirá, y si no, que lo diga Alá. Posiblemente, Perros de paja sea la película favorita de Rumsfeld, Bush y Blair cuando se toman tres copas de más y se ponen farrucos, pero también líricos y filosóficos. Perros de paja tiene lo que tenía Peckinpah: una reflexión aciaga de la naturaleza humana y un lirismo de la violencia que lo emparenta con Homero, que también hizo violencia en verso. Homero usó el hexámetro, verso de seis pies y muchas sílabas. Peckinpah usó la Dolly, que era la antigua máquina de montar que con muchos pies de cinta conformaba, a partir de sílabas rodadas de forma desprendida y ordenadas en una línea temporal caprichosa, los versos de cada secuencia.

Perros de paja sigue siendo una profunda y hermosa película. Muy violenta para su tiempo, algo en lo que Perros de paja ha envejecido, ya que en esto hemos progresado increíblemente hasta superarnos con creces a todo lo anteriormente visto. Somos más animales que nunca, y esto nos complace. Más hombres, hasta las mujeres. Pero no nos engañemos, pues siempre estuvo ahí esa complacecia por la sangre y la brutalidad, desde la noche de los tiempos: ¿Alguien ha superado todavía la masacre de los pretendientes cantada por Homero en La odisea? Todavía no. Tarantino, güey, ya llegas tarde.

Perros de paja (Straw Dogs, 1971). Dirección: Sam Peckinpah. (****, de 4). Más información.

6 comentarios:

LVH dijo...

Me encanta esta película así como la filmografía de Peckimpah en general ("Grupo Salvaje" y "Quiero la cabeza de Alfredo Garcia" son muy buenas), en este caso siempre que la veo me quedo con bastante mal cuerpo por las putadas que le hacen al pobre de Dustin y como acabas esperando que el pobre hombre estalle. Una pelicula tremenda, si señor.

nacho dijo...

Hola Ricardo: interesante post. Perros de paja destaca por la caracterización psicológica de sus personajes. Ben actúa en contra de sus tendencias orillado por las circunstancias. Rehuye la batalla hasta verse acorralado, entonces brilla la inteligencia como una ambigua arma de dos filos. Puede vencer al embate de la fuerza bruta desde la plaza sitiada. Supervivencia del más apto, del más inteligente; cae el mito: el "más hombre" no es el más fuerte, una lección a la frivolidad implícita de la noviecita. Una moraleja desde la virilidad inédita de un antihéroe debilucho y vulnerable. Una visiòn postmoderna del heroismo.
A mí me gustó la película (aunque la vi en el siglo XVII) y también tu comentario...
Saludos
nacho mondaca

Jody Dito dijo...

Yo vi la película cuando la estrenaron, creo que con 21 años y ya entonces no me gustó. Pronto la olvidé, haciendo realidad el principoo de Ribot (psiquiatra famoso por el enunciado de su principio), el ser humano tiene tendencia a olvidar lo desagradable, lo que le ha producido trauma, lo que no le gusta.

La volví a ver hace muchos años ya, en la TV, y en esa segunda ocasión descubrí que no solo no me gustaba sino que era una película obscena (empleando el término de forma sexual) igual que pudiera ser obscena "Garganta profunda", solo que en "perros de paja" la obscenidad la marca la violencia.

En pocas palabras, creo que decribe situaciones forzadas, creadas para ese fin que propone la película; violencia de todo tipo, entre relaciones de pareja, entre relaciones de vecindad, entre relaciones de amistad...
Pienso y creo con seguridad que la vida no es así, como plantea la película, no se dan esas situaciones límite, "la realidad supera la ficción", si claro, pero nunca con esos protagonistas que crea la película. Esta basada en un artificio; creer que te podrías identificar con alguno de los personajes, creer que esa violencia es natural....
La violencia nunca es justificable, ha habido personajes en la historia que han ganado sin violencia, luego puede ser posible....la sociedad actual esta basada en un engaño, alimentado por los medios de comunicación y por la sociedad misma. El engaño es que la violencia es justificable en algunos casos e imprescindible en otros. Todos estamos alucinados con el mensaje de que no es posible vivir sin violencia, a ciertos grupos de presión, a ciertos "tink-tanks" les interesa ese mensaje, nosotros caemos como palomitas engañadas. Nos meten en la cabeza de que es imposible huir de la violencia y nos lo creemos. Es mentira, siempre puedes huir de ella.

Creo que la película es obscena en cuanto a ese mensaje que expone. El ser humano tiene capacidad de elección, libre albedrío, tenemos un milisegundo de oportunidad para elegir. No, no me gusto la película y la olvide al poco tiempo.

La película puede ser válida solo en el caso de que te produzca rechazo tanta violencia causada por motivos tan irrelevantes...una novia que no vale nada ni como persona ni como belleza, unos vecinos que puedes perder de vista en cuanto dejes de vivir en ese pueblo, unos arreglos en la casa que bien pueden ser hechos por uno mismo, una dejadez para que los acontecimientos sigan un curso desesperado, una inteligencia puesta al servicio de la maldad....en fin!! una película que bien puede ser obviada en tu filmoteca casera.


PD: Fíjate la cantidad de opiniones distintas que suscita esta película, lo digo por todos los comentarios, incluido el tuyo.
Saludotes.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Interesantes todas vuestras opiniones.

Don Melón: la mayor parte de las personas son bastante ignorantes, y se guían por arquetipos. Es posible que a la mayor parte de las chicas les guste el tipo bully, agresivo... Puede haber también bullies de la sociología o del diseño de interiores. Una reflexión superficial podría hacer pensar que la mayor parte de las mujeres son despreciables por sus inclinaciones eróticas con respecto al macho, pero si te das cuenta, también nosotros tenemos fijaciones eróticas con respecto a la mujer (sobre todo, físicas) que a ellas les deben parecer despreciables. En definitiva, nada es blanco o negro, aunque mi misantropía me inclina a creer que las mujeres no son peores que nosotros en su estulticia, sino correspondientes ideales de nuestra estupidez como hombres. Excepciones, gracias a los dioses, hay muchas en ambos sexos.

Jody: la obscenidad violenta de Perros de paja hoy parece superada, si de violencia hablamos. No es cierto que sean situaciones forzadas, te puedo asegurar que en la ciudad en que vivo Perros de paja no sería un escenario inverosímil. Antes al contrario, más habitual de lo que puede ser en España, otra sociedad con otra evolución. La sociedad que revela Perros de paja es la de la mentalidad bárbara, menos desaparecida de la faz de la tierra de lo que parece. Muy presente, sin duda, incluso en despachos alfombrados.

Yo odio la violencia, pero creo, desgraciadamente, que la violencia es lo que más vende. Ahi tienes el gran modelo de nuestra civilización: Estados Unidos. Un país que rinde culto a la masacre y a la sangre, pero que se asusta de ver a una mujer desnuda.

Y esos son los patrones a imitar por los países enanitos. Comparto contigo tu rechazo. Sin embargo, soy pesimista: nosotros seguimos siendo los salvajes.

Un saludo a todos.

spadelosviernes dijo...

Ricardo, me ha llevado a este blog un amigo (Vivero) y me he sentido como en casa. Comparto el gusto por los tebeos y el cine de Peckimpah. Posiblemente también otros pero habría que descubrirlos.
Creo que las películas mejores de Peckimpah son Grupo Salvaje y Traedme la Cabeza de Alfredo García (aquí coincido con IVH) aunque disfruto con todas ellas, incluso con Mayor Dundee.
Sin embargo, creo que las disquisiciones filosófico-morales sobre la violencia son, cuando menos, estériles si no van acompañadas de los actos adecuados. Dicho ésto y, aunque parezca un cierto contrasentido, estoy convencido que la violencia es característica inmanente, propia, inseparable, inherente, consustancial (seguro que alguna de estas palabras va bien) del ser humano, aunque también creo que la violencia gratuita que hoy se prodiga es consustancial (aquí quizá sí) con los actuales, en mucha mayor medida que con nuestros ancestros.
Abrazos
P.S. Si no te importa voy a incorporar un link a tu página desde la mía.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Hola, Spa. Me alegro de que te pases por aquí. Comparto tu interés por Grupo salvaje y Quiero la cabeza de Alfredo GArcía. ¿Sabes si están en dvd?

Luego me doy una vuelta por tu página, y seguimos en contacto. Gracias por enlazarme.

Un saludote.