( * * * *, de 4 )
Es hoy en día algo extrañísimo que a esta cinta nominada para seis “Oscars” le ganase un coloso acartonado como “Ben-Hur”. Y digo hoy en día porque en 1959 no es de extrañar que se los llevara la otra cinta. Los motivos son que en “Ben-Hur” se gastó mucho dinero, con lo cual los decorados lujosos y caros eran abundantes. “Ben-Hur” casi se lo llevó todo gracias a la carrera de cuadrigas. “Ben-Hur” poseía cosas que no tenía esta gran película. En cambio ésta tenía originalidad. Otto Preminger despliega durante tres horas su genialidad como narrador y el juicio del teniente acusado de asesinato está rodado con tal destreza y las actuaciones de James Stewart y Lee Remick junto a Ben Gazzara son tan magníficas que desearíamos que la película no acabase nunca. La pericia con que el juicio es rodado es extraordinaria y no se hace pesado en ningún momento, sino que constituye en sí lo mejor de la cinta junto a la actuación de un formidable Stewart.
(1982)
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