lunes, enero 28, 2008

LA CINEMATOGRAFÍA DE ALFONSO SÁNCHEZ

Breve es la gloria del crítico de cine, pardiez. Sucumbida la pluma y la espada, su memoria la dispersa el viento. O tal parece. Acabo de leer un libro que la Filmoteca Regional de Murcia dedicó en 1992 al gran crítico español (y murciano, nació en Lorquí pero se crió en Toledo) Alfonso Sánchez, un hombre que durante décadas fue crítico de cine en Informaciones, Hoja del Lunes, ABC, Tele-Radio… Para los españoles que contamos cierta edad, es inolvidable su participación semanal en el Revista de Cine, un clásico de la segunda cadena (cuando en España sólo existían dos cadenas de TV): su cuerpo pequeño y redondeado, su calva ciceroniana, su rostro de murciano sencillo de pueblo, y sobre todo, su gran voz cascada y un gracejo singular al hablar que tan imitable e imitado le hizo entre cómicos de la legua y humoristas profesionales (junto con la entrañable Gloria Fuertes) le volvieron famoso por la piel de toro esa. Superviviente de la Guerra Civil, fue un periodista ilustrado que hizo sus pininos en el semanario satírico La Codorniz, donde fue amigo de una generación de satíricos ilustrados de la posguerra: Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Tono… No en vano el humor, que tanto provocó Alfonso Sanchez entre sus imitadores, era connatural a su graciosa pluma, a su benevolente forma de producir crítica de cine. Su muerte en 1981 fue la muerte de un personaje público que con sus peculiaridades supo ganarse a un pueblo sencillo. Desde entonces, el olvido. De vez en cuando, en alguna revista como Nickelodeon (editada por su discípulo el cineasta José Luis Garci) alguna mención cariñosa hacia su recuerdo. Googlea uno Alfonso Sánchez, y nada; escudriña en el Tubo, y ni pum. Atina uno la búsqueda y por fin sale algo, poquita cosa, por ejemplo esta necrológica de El País que no ha sido retocada desde 1981 (adviértase cómo el periodista escribe showsman en vez de showmen); y esta otra, donde recordamos que Alfonso Sánchez ha sido uno de los pocos críticos (si no el único) a quien un director de cine le ha dedicado su Oscar.

Buster Keaton con Alfonso Sánchez
El libro se titula La cinematografía de Alfonso Sánchez, y está escrito con el cariño de la amistad por José Antonio Postigo. Una semblanza biográfica, muchas fotos curiosas y, sobre todo, una buena selección de críticas de cine de Alfonso Sánchez lo convierten en una lectura grata y más que recomendable para quienes gustan de leer sobre cine. Autor de Iniciación al cine moderno (una obra que habría que recuperar ya) y de incontables críticas en periódicos y revistas, la pluma de Alfonso Sánchez es graciosa sin dejar de ser profunda. Amigo de gentes como Mihura o Jardiel, compartió con ellos una manera cariñosa y juguetona, casi inocente, de ver y reflejar la vida, y es quizá por esto que Alfonso Sánchez no pontificaba ni censuraba con la gravedad del crítico de voz tumbal que se sabe influyente y temido por todos. Antes bien, pondera, estima, aconseja, se plantea reflexiones en voz alta, y sobre todo, rehuye las categorizaciones negativas. Su periodismo tenía el estilo refinado de otra época que no es la nuestra: elegante, ameno, gracioso, cultivado y elusivo. El regusto que deja en la boca la ya casi olvidada máquina de escribir de Alfonso Sánchez nos obliga a esperar que un día se reedite su obra mayor, esa Iniciación al cine moderno, así como una parte del conjunto de su obra crítica.

9 comentarios:

Leox dijo...

Ya publicamos la primera parte de la entrevista a Lou Carrigan,
Saludos.

El Pobresor Gafapasta dijo...

Estupendo. Luego me doy una vuelta por ahí.

Un saludote.

Anónimo dijo...

El otro día encontré los dos tomos de Inicación al cine moderno, de Alfonso Sánchez, obra publicada en 1972 por Editorial Magisterio en la colección Novelas y Cuentos. La verdad que me ha causado una excelente impresión sobre la figura del entrañable Alfonso, a quien seguía con deleite cuando salía en televisión para hablar de cine.
Un saludo.

El Pobresor Gafapasta dijo...

¿Los dos tomos? Ay, afortunado de ti.
Un saludote.

Anónimo dijo...

Hola! soy un estudiante de periodismo de la Complutense de Madrid y estoy haciendo un trabajo sobre este gran crítico. ¿alguien sabe dónde puedo conseguir su libro? ¿o la posibilidad de conseguir esos dos tomos de los que hablais? El editorial Magisterio lo tiene agotado y descatalogado. A ver si alguien me puede dar uan pista. SalU2!

El Pobresor Gafapasta dijo...

Para Cafeultravioleta:
La única solución es buscar en las librerías de viejo, hoy tenemos la ventaja de que hay muchas por internet y estando al tanto es fácil que aparezca después de un tiempo. Otra opción es mirar de vez en cuando en E-Bay o Todocolección, porque muchos particulares recurren a estos vendedores.

Otra opción sobre este libro en concreto que he comentado es dirigirse a la Filmoteca Regional de Murcia, por si le queda alguno embodegado, pero la verdad, lo dudo.

Un saludote, y mucha suerte.

Gloria dijo...

¡Caramba! ¡Que recuerdos de tele en blanco y negro portàtil de pantalla pequeñita! (Que ere lo que teníamos entonces en casa!)

¡Y muy entrañables! Recuerdo un cortometraje que hizo Garci sobre él y que pasaban en los cines...creo que lo ví como dos o tres veces.

Una sugerencia para cafeultravioleta: las hemerotecas también son un buen siio para indagar (¡y que lugares de perdición! ¡Horas y horas en la máquina del tiempo oliendo a papel viejo!)

Salutacions Laughtonianes.

Conchita Bouza dijo...

Que casualidad ....Pedro " Perico " Baltran, tambien era murciano.......

El Pobresor Gafapasta dijo...

Conchita:
Es casualidad, pero no para susto. Murcia es tierra que ha producido muchos grandes talentos, unos más conocidos que otros. Creo que a Perico Beltrán, guionista imprescindible de la historia del cine español, se le reconoció en su tierra cuando aún podía disfrutarlo.

Vi a Pedro Beltrán por última vez en cierta cervecería de la plaza de Santa Ana de Madrid. Escribía poemas sobre hojas blancas que depositaba sobre una silla contigua. Bebía vino blanco, fumaba un cigarrillo (hoy ya no se puede en esa cervecería) y estaba tan absorto en su mundo interior que no quise interrumpirle para molestarle con paisanajes. Descanse en paz.

Un saludote.