En Youtube hay multitud de cortes relacionados con Twin Peaks, la formidable serie creada por David Lynch, pero no hay casi ninguno en español. Quien sepa inglés puede, incluso, disfrutar de la serie completa a trozos, aunque buscar la hilación de 29 episodios desperdigados por el Tutubo debe ser una lata terrible. Acabo de llegar, más o menos, a la mitad de la segunda temporada, me encuentro en medio del caso de Windom Erle y estoy, literalmente, clavado al asiento, deseando llegar a casa para continuar. Me retracto cuando dije que al finalizar el caso de Laura Palmer no merecía la pena seguir hasta el fin. Yo cuando era jovencito no tenía las ideas claras. De aquí al domingo caerá lo que queda de serie, seguro, lo cual no deja de ser una sensación extraña: nunca he estado más enganchado con una serie televisiva. Pasando otra cosa, me hubiera gustado encontrar una portada de Rolling Stone de 1990 en que aparecían tres de las bellas actrices de la serie. Incluso quienes niegan a Lynch todo el pan y la sal, quienes lo vilipendian y ultrajan porque no entienden sus películas, no pueden negarle su buen gusto para las actrices. Twin Peaks, además de una de las cumbres del folletón televisivo y de una magistral revisitación de la novela gótica y de suspense, fue una serie de hermosas actrices: Sherilyn Fenn, Madchen Amik, Lara Flynn Boyle, Joan Chen, Peggy Lipton, Sheryl Lee, y una madura pero más sexy que nunca Piper Laurie me encantaban, y me siguen encantando, no sólo por su excelente trabajo con los personajes, sino porque todas juntas conforman uno de los retablos de la belleza femenina más consistentes e irrebatibles de la historia del medio. Yo desde siempre he tenido debilidad por la cautivadora Sherilyn Fenn, que interpretaba a la pequeña Audrey Horne, la colegiala enamorada del Agente Especial Dale Cooper a quien su curiosidad conduce a ser contratada como meretriz en el burdel de Jack el Tuerto, algo que casi le cuesta la vida. En el primer tubo les dejo la famosa escena en que Audrey supera la prueba de admisión en Jack el Tuerto, y en el segundo, una de mis escenas favoritas: invocando al Agente Especial Cooper poco antes de caer en las garras de las alimañas. Imprescindible Twin Peaks. Me lo estoy pasando en grande. Si me buscan y no me encuentran, es que estoy en Twin Peaks.
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