Cuál no sería mi sorpresa al encontrarme el otro día con esta Sunday a color de 1936 en la cual el ratón Ignatz aparece disfrazado… ¿de qué? De repente, me brincó el corazón en el pecho como si fuera una patata caliente. ¿Acaso el simpático Ignatz anda por Coconino County disfrazado de este fulano de aquí abajo?
Ya Art Spielgelman destacó en su momento los paralelismos entre los protagonistas de la obra de Herriman y los protagonistas de los acontecimientos de Nueva York en 2001: “[Krazy Kat] era el único tebeo que podía soportar ver durante el amanecer del 11 de Septiembre: Osama bin Ignatz, Offissa Bush, nosotros, los pobres Krazy neoyorkinos, y… ese Ladrillo precipitándose contra nosotros a través del espacio. El triángulo infernal del ratón, el gato y el perro ha sido interpretado por algunos como las fuerzas de la anarquía, la democracia y el fascismo” (para la versión original, véase contraportada de Krazy and Ignatz 1925-1926, editado por Fantagraphics; la traducción, a falta de una mejor, es mía). Al ver esta dominical, uno no puede dejar de hacerse la pregunta: pero, ¿de qué fumaba Herriman en 1936? Ofissa Pupp, fingiendo sana demencia, le hace las preguntas de rigor al sospechoso extranjero, que no demuestra ser muy versátil con el idioma inglés.
El final feliz que nos propone Herriman, tan connatural al estilo general bucólico de la serie, nos deja en la boca un regusto amargo. ¿Podrá alguna vez Ofissa Bush capturar al cerebro asesino que cambió el mundo para mal?
2 comentarios:
Krazy Kat mola.
=)
Ya lo creo, Lino, como que es lo que siempre digo: que está bien chido.
Un saludote.
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