De vez en cuando alguien se encierra entre cuatro paredes para estudiar de firme, toma notas y escudriña libros, recorre luego los paisajes reales a que le obligan las necesidades de su imaginación y se vuelve a encerrar para perpetrar la obra de arte. Tal es el caso de Ángel de la Calle, veterano artista español de los cómics, que con la lectura de los dos volúmenes de Modotti, una mujer del siglo XX, me hizo pasar un fin de semana absolutamente delicioso. Publicada por Ediciones Sin Sentido, Modotti es la biografía de la gran fotógrafa Tina Modotti, que a través de la lente de su cámara dejó imágenes inmortales del siglo XX mexicano, pero también es la mujer a través de cuyos ojos De la Calle nos cuenta no sólo una vida, sino también el pulso intelectual de una nación durante los años 20 y traza también la biografía de una ilusión pronto desesperanzada: la del comunismo soviético. Ahora que el comunismo real ha demostrado ser un fracaso y sufrimos las dentelladas de lobo hambriento del capitalismo real, lo fácil parece pintarle gafas de ciego a Carlos Marx y apelar al determinismo capitalista y atroz de la vida. Sin embargo, pisoteadas las pancartas ilusionistas del fin de la Guerra fría, el comunismo utópico debería volver a figurar en las tertulias de los desesperanzados. Al fin y al cabo, a quienes lo han perdido todo sólo les resta la utopía. Tina Modotti es la formidable biografía de una mujer esencial para comprender la historia de las mujeres durante el siglo XX. Ángel de la Calle, guiado dentro y fuera de las viñetas por ese Virgilio fumandrín y cocacolero que es Paco Ignacio Taibo II, realiza una obra maestra de los cómics del principio de siglo que asienta, una vez más, la esperanza de que el siglo XXI será, sin duda y de una vez por todas, el arte del siglo XXI. Imprescindible en la biblioteca.
Ángel de la Calle, Modotti, una mujer del siglo XX (Vol. 1 y 2). Ediciones Sin Sentido. Madrid, 2003 y 2005. (****, de 4).
6 comentarios:
Don Melón: yo no he leído Tinísima de Poniatowska, así que no puedo comparar. Aquella generación, como bien dices, fue prodigiosa, pero también prodigiosamente rijosa, llena de pasiones y vicios. En aquellos días los artistas no cultivaban cuerpos danone. Comparto tu opinión sobre el mechandising con el Che y Frida, personajes, por otra parte, que respeto pero no idolatro.
Un saludote, y feliz fin de semana
De acuerdo contigo Ricardo en cuanto a vicios y virtudes de esa generación; veo a Frida más comprometida con la vanguardia que los varones de su época, un poco opacada quizá por su existencialismo que sofocaba su talento, es parte de los vicios. Diego Rivera, im sorry, siempre me pareció grotesco y acartonado, su fama, mayor que sus aportaciones.
Una disculpa por no haberte visitado en un tiempito, apenas me repongo del último ataque de virus cibernético en el que perdí todos mis links (e información personal).
Un abrazo y salud con una bohemia (la cerveza, no las morras de la peña, je).
Una visión de modotti Foto Enlace
wachuwa, wachuwa... Noo...pues que profundos... ejem! no pues si estoy de acuerdo...
Ricardo: Muchas gracias por tus palabras sobre mi cómic. Y gracias por participar en el conocimiento de una mujer, una artista, de primer orden y a la que el manto del olvido pretendió caerle por encima.
Ella era utopía viva y su trabajo fotográfico sigue siendo belleza viva.
Nuwevamente gracias, Ricardo.
Angel de la Calle
Ángel:gracias a ti por tu trabajo, por tu exigencia y por tu arte. Y gracias por dejar aquí unas palabras. Y sobre todo, viva Tina, una mujer para la eternidad.
Un saludote.
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