Película caramelo de los años 50 dirigida por Robert Wise y rodada en Italia (Sergio Leone fue director de la segunda unidad). La mayor curiosidad de Helena de Troya reside en presentar a los griegos como los malos de la película. Menelao es un gordinflas apocado a quien Helena desprecia, Ulises un barbián taimado y sarcástico, y Aquiles un histérico paranoide. Todos los gloriosos helenos son una banda de sabandijas, y los troyanos unos mártires por acoger entre sus muros el amor puro y popoff de Paris y Helena. Llama la atención comprobar cuánto se basó la reciente Troya de Wolfgang Peterson en esta versión cincuentera de la famosa guerra de Troya que aún no ha terminado. La recreación histórica es, sin embargo, mucho menos precisa y documental que en el film de Petersen, ya que a veces presenta vestimentas y maquinarias de guerra claramente romanas. Stanley Baker resulta muy efectivo y sólido en su interpretación de Aquiles, mientras que la guapetona Helena elegida para la ocasión (Rossana Podestà) entusiasma al principio de la película, pero acaba por empalagar. La jovencísima Brigitte Bardot interpreta a una pizpireta troyana, ajena todavía a su triste destino de fustigadora de machos y salvaguarda de focas. Sin duda, lo mejor de todo el film son las escenas de masas, donde sin efectos especiales se recrean las batallas con pulso vibrante. Una majestuosa banda sonora de Max Steiner se erige como la mayor delicia de toda esta película en warnercolor y cinemascope.
Helena de Troya (Helen of Troy, 1956). Dirección: Robert Wise. Guión de Hugh Gray y John Twist. Fotografía de Harry Stradling Sr. Banda sonora de Max Steiner. Montaje de Thomas Reilly. Vestuario de Roger K. Furse.
Con Rossana Podestà, Jacques Sernas, Cedric Hardwicke, Stanley Baker, Niall MacGinnis, Nora Swinburne, Robert Douglas, Brigitte Bardot, Eduardo Ciannelli, Marc Lawrence. Warner Bros. 118 m. (***)
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