Esta documentadísima obra es un detallado estudio sobre la influencia de la moderna arquitectura norteamericana -el skyline característico- en la ya clásica labor que Alex Raymond desarrollara para su Flash Gordon. Una serie que fue escrita por un artesano de los de antaño llamado Don Moore y que ha tolerado mal el paso del tiempo desde el punto de vista de sus guiones. Las viñetas de Raymond, por el contrario, lucen hoy tan hermosas como siempre, y mi historia favorita es la "proteica" En el reino de Tropica, donde Raymond cambió de registros varias veces, quizá, como señala el autor de esta obra, influido por la cada vez mayor responsabilidad del ayudante de Raymond, el "segundo autor", Austin Briggs, que tras la incorporación de Raymond al ejército acabaría la historia y se encargaría de la serie en sus tiras diarias.
Flash Gordon en la ciudad americana es una bonita edición en formato apaisado que uno puede colocar junto a la reedición que B realizara de esta clásica serie, allá por los 90. Está estructurada en tres partes, comenzando con un análisis de la paisajística urbana en el Flash de Raymond y dejando para la segunda y tercera partes una análisis del verdadero diseño urbano de las megápolis americanas, el que influyó lógicamente en el artista del cómic. Desde este punto de vista, no se entiende muy bien el orden de la presentación del trabajo: lo natural hubiera sido que, partiendo de las muchas fotos y el pormenorizado análisis de los modelos arquitectónicos reales, el análisis de la obra de Raymond hubiera aparecido al final como síntesis y ejemplificación de lo ya expuesto.
La obra viene lógicamente enriquecida por multitud de fotos y diseños de rascacielos y de viñetas del gran Raymond, además de contar con un documentado análisis, desde el punto de vista visual, de dos películas que marcaron época en cuanto a la visión de la imagen futurística de la ciudad del siglo XX: Metrópolis de Fritz Lang y Things To Come de Cameron Menzies.
El estilo académico de Pérez Carda no entusiasma durante su lectura, pero es un detalle insignificante frente a la gran información que expone y la multitud de inmejorables imágenes desplegada por sus páginas. Acaba por cansar el reiterado desdén con que Pérez Carda trata la imaginación raymondiana para la creación de ciudades: critica al artista por presentar como "constante elemento fundamental de la ciudad" al rascacielos, como representación "de progreso", y sobre todo, "de poder" (p. 35), incluso cuando la falta de terreno edificable no sea un problema en muchos de los paisajes fantásticos que inventaron Moore y Raymond. Sobran, a este respecto, insistentes comentarios del tipo "tal nivel de falta de reflexión" (p. 36) o el adverbio "burdamente" para la recreación de un castillo medieval que encarna el reino de Azura (p. 40). Raymond no pretendía sino una recreación, dentro de la cultura popular del cómic de prensa, del creciente milagro americano proyectado hacia el posible futuro de otro planeta (y la imagen del futuro se basa siempre en cuanto conocemos de nuestro presente). Por esto, a pesar de que Pérez Carda tiene razón en cuanto al fondo de cuanto afirma (Raymond no supo o no quiso recrear una arquitectura nueva para un planeta nuevo sin raíces grecolatinas ni medievales), chirría dentro de su discurso la infinita falta de ganas para ponderar los indudables méritos del artista norteamericano por encima de sus limitaciones, que en este caso de diseño arquitectónico y, en líneas generales, de oficio de demiurgo, bien pudieran ser imputables al guionista Don Moore. A pesar de todo, y sin lugar a dudas, una obra muy recomendable para los amantes del tebeo clásico americano, y en concreto, de los fans y estudiosos del Flash Gordon de Alex Raymond.
Teófilo Pérez Carda, Flash Gordon en la ciudad americana. 1890-1940. Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert, 2004.
Flash Gordon en la ciudad americana es una bonita edición en formato apaisado que uno puede colocar junto a la reedición que B realizara de esta clásica serie, allá por los 90. Está estructurada en tres partes, comenzando con un análisis de la paisajística urbana en el Flash de Raymond y dejando para la segunda y tercera partes una análisis del verdadero diseño urbano de las megápolis americanas, el que influyó lógicamente en el artista del cómic. Desde este punto de vista, no se entiende muy bien el orden de la presentación del trabajo: lo natural hubiera sido que, partiendo de las muchas fotos y el pormenorizado análisis de los modelos arquitectónicos reales, el análisis de la obra de Raymond hubiera aparecido al final como síntesis y ejemplificación de lo ya expuesto.
La obra viene lógicamente enriquecida por multitud de fotos y diseños de rascacielos y de viñetas del gran Raymond, además de contar con un documentado análisis, desde el punto de vista visual, de dos películas que marcaron época en cuanto a la visión de la imagen futurística de la ciudad del siglo XX: Metrópolis de Fritz Lang y Things To Come de Cameron Menzies.
El estilo académico de Pérez Carda no entusiasma durante su lectura, pero es un detalle insignificante frente a la gran información que expone y la multitud de inmejorables imágenes desplegada por sus páginas. Acaba por cansar el reiterado desdén con que Pérez Carda trata la imaginación raymondiana para la creación de ciudades: critica al artista por presentar como "constante elemento fundamental de la ciudad" al rascacielos, como representación "de progreso", y sobre todo, "de poder" (p. 35), incluso cuando la falta de terreno edificable no sea un problema en muchos de los paisajes fantásticos que inventaron Moore y Raymond. Sobran, a este respecto, insistentes comentarios del tipo "tal nivel de falta de reflexión" (p. 36) o el adverbio "burdamente" para la recreación de un castillo medieval que encarna el reino de Azura (p. 40). Raymond no pretendía sino una recreación, dentro de la cultura popular del cómic de prensa, del creciente milagro americano proyectado hacia el posible futuro de otro planeta (y la imagen del futuro se basa siempre en cuanto conocemos de nuestro presente). Por esto, a pesar de que Pérez Carda tiene razón en cuanto al fondo de cuanto afirma (Raymond no supo o no quiso recrear una arquitectura nueva para un planeta nuevo sin raíces grecolatinas ni medievales), chirría dentro de su discurso la infinita falta de ganas para ponderar los indudables méritos del artista norteamericano por encima de sus limitaciones, que en este caso de diseño arquitectónico y, en líneas generales, de oficio de demiurgo, bien pudieran ser imputables al guionista Don Moore. A pesar de todo, y sin lugar a dudas, una obra muy recomendable para los amantes del tebeo clásico americano, y en concreto, de los fans y estudiosos del Flash Gordon de Alex Raymond.
Teófilo Pérez Carda, Flash Gordon en la ciudad americana. 1890-1940. Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert, 2004.
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