viernes, noviembre 11, 2005

BATALLA EN EL CIELO (2005)

Yo comprendo que haya personas que de una manera visceral no podrán soportar esta película. También comprendo que haya personas que de manera igualmente visceral adoren esta película, y la encuentren una rara joya de las pocas que de vez en cuando ofrece el cine de cualquier época.

Segunda película del mexicano Carlos Reygadas, levantó amplio revuelo en Cannes por sus escenas de sexo explícito, una felación con que el film se abre y se cierra, y sobre todo, una escena de cama entre el protagonista y su esposa, dos personas ampliamente entradas en años y en carnes que protagonizan una tórrida escena que a más de uno impulsará a dejar de mascar palomitas y volverse palomo volando del cine. Como siempre, la pregunta es: ¿merece la pena ver Batalla en el cielo por haber sido una película escandalosa? No. ¿Merece la pena ver Batalla en el cielo por ser una película con méritos cinematográficos? Mi respuesta, al menos, es rotundamente sí. Digamos que se trata de una historia de Partenio de Nicea a la mexicana, un relato empapado de un hondo pesimismo en la tradición mexicana que encarnó hasta su muerte el dramaturgo Jesús González Dávila, quien, como Reygadas ahora, supo construir impactantes objetos dramáticos llenos de una purulenta crítica social pero también de un lirismo exacerbado partiendo de los ingredientes más dramáticos (y, por tanto, cinematográficos) de la mancha de miseria que llega a todas partes. Es, por tanto, una película que se enmarca ya dentro de cierta tradición. Es la clase de cine que muchos mexicanos no querrán ver (como ya sucedió con De la calle, basada en la pieza teatral del ya mencionado González Dávila), pero también refleja el tormento de una cara del país que muchos no quieren ver y del que sólo pueden reconocer las consecuencias cuando éstas les afectan directamente: los secuestros, la delincuencia, la corrupción. Los mexicanos que hierven en esa sopa de la cual Reygadas nos proporciona grandes cucharones son los primeros que no querrían ver, y mucho menos padecer, esa turbia realidad.

Y aquí tenemos, mucho más allá del cine de denuncia social (denotativamente la hay) y más allá de las reglas universales del melodrama (que también están) tenemos un estimable film noir mexicano que ha levantado ampollas por todas partes, una truculenta historia de sexo, amor y muerte: Marcos es un mestizo que trabaja como chófer de Ana, la hija adolescente de un militar que se prostituye porque le gusta venderse al primero que quiera pagar por ella en un burdel fetén. Marcos y su esposa secuestran a un bebé para pedir rescate por él, pero el bebé muere accidentalmente, Marcos tiene miedo y su psique comienza a derrumbarse. Su complicidad con Ana pronto se convertirá en una turbia relación sexual que servirá como ligero calmante hasta que sobrevenga el trágico final para todos los implicados.

Batalla en el cielo es una cinta lenta y silenciosa, una película que intenta capturar a través de la cámara una visión urbana y contemporánea de ese "tempo" del indigenismo mexicano que Eisenstein intentó encontrar cuando rodó por estas tierras ¡Que viva México! Marcos y su esposa, negros y silenciosos, marginales y llenos de resquemor social, encarnan el alma de los desheredados que malviven por todas partes, y en la espléndida recreación que hace Reygadas radiografía con gran certeza la cochambre de la miseria con todos sus deseos reprimidos y ansias incontrolables de revancha, convenientemente reprimidos hasta que se disparan, entre los algodoncitos del autoritarismo patriótico o el dedazo divino: la virgen de Guadalupe, el culto a la bandera, la religión...

Batalla en el cielo es un retrato lírico y violento de una sociedad que tiene el lirismo a flor de piel, pero ahogado por una agresividad que de tan cotidiana ya parece innata a la vida.

Las escenas de sexo, ciertamente, podrían haber sido suprimidas porque no aportan nada al mensaje, pero en este caso lo coronan. La escena de amor entre Ana y su chófer, convenientemente magnificada por la banda sonora de tambores (Marcha procesional de Córdoba) sirven para realzar el contraste entre el mestizo gordo y la blanca adolescente hija de papá. Es, desde el punto de vista estético, una escena violenta porque abofetea nuestra infantil concepción del amor y del erotismo (una linda muchachita de piel blanca nunca se acostaría con un viejo verraco prieto). Pero más allá de esto, no se trata sólo de una disímil pareja, sino del encuentro entre dos clases sociales radicalmente opuestas y enfrentadas en una sociedad altamente jerarquizada. Es, desde este punto, una escena violenta a pesar de la delicadeza que Reygadas imprime a sus escenas sexuales, una delicadeza cruenta que en otro tiempo practicaron también Oshima o Pasolini. En aquel tiempo, como en el caso mismo de Carlos Reygadas, en medio de una encendida polémica. ¿Es Batalla en el cielo un clásico en ciernes? Eso sólo lo dirá el tiempo. Por lo pronto, es un film altamente defendible con enormes logros (un seductor manejo del ritmo que alterna imágenes sórdidas y estridentes con delicados paseos por los tejados o recreaciones detallistas) aunque con algunos problemas de dirección (el actor Marcos Hernández resulta a veces ininteligible) y de estructura dramática (la conclusión se alarga demasiado después del clímax). Una película que no es para todos los públicos y tampoco del todo original: se enmarca, ya lo he dicho antes, dentro de la línea perfectamente reconocible del tremendismo mexicano que cultivaron con buena fortuna González Dávila y otros.

Batalla en el cielo (2005). Dirección y guión: Carlos Reygadas. Fotografía: Diego Martínez Vignatti. Música: John Tavener. Montaje: Benjamin Mirguet, Adoración G. Elipe y Nicolás Schmerkin. Producción: Philippe Bober, Carlos Reygadas, Jaime Romandía y Susanne Marian. Interpretación: Marcos Hernández (Marcos), Anapola Mushkadiz (Ana), Berta Ruiz (Mujer de Marcos), David Bornstein (David), Rosalinda Ramírez (Viky), Juan Soria "El Abuelo" (Inspector de policía). 98 m. Coproducción entre México, Bélgica, Francia y Alemania. 98 min. (***, de 4).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No he dejado de oir (y de leer) opiniones sobre esta pelicula en las ultimas 48 horas, desde una conversacion que sostuve con un amigo cineasta cubano mas o menos conocido que acababa de ver "Japon" la anterior pelicula de Reygadas, y me preguntaba insistentemente si ya la habia visto, con un tono de ansiedad mas o menos discernible. La controversia ha sido encarnizada, y a mi personal juicio, no me parece que haya nada que no se haya visto antes aqui.

Como aspirante a hacer cine y como mejicano me causa terror la impresion que tengo del cine nacional como una eterna manzana de la discordia, tratese del "registro" que se trate (refiriendome con esto a las diferencias que el espectador asiduo puede identificar como el cine "popular" y el cine "culto" , pasando por el " de culto") lleno de problematicidad, que basa su poder de convocatoria en dividir en calidad de enemigos a muerte, a traves de temas estridentes y hasta ofensivos a la sensibilidad, tal como el resto de la oferta de entretenimiento que se ofrece en el pais (incluso los noticieros), a los mismos mexicanos, y a crear ideas en la conciencia extranjera basadas en una perspectiva pesimista y parcial del grueso de nosotros. Si no basta con entrar a los foros donde, a discutir las diversas recepciones de esta cinta, se pierde toda compostura. Por eso los cangrejos mejicanos no se salen del bote del valde a pesar de no estar tapado, a diferencia de los cangrejos de cualquier otra nacionalidad, como decia el chiste; por que entre ellos mismos se jalan al fondo una vez que hay el minimo viso de que alguno quiere conseguir la libertad (con motivo, sobre todo, de que no se lo coman los humanos, para terminar comido en su ingenuidad por su propia especie).

Usted sabe bien quien soy, pero con la esperanza de no recibir agresiones de nadie ni ser tachado de intolerante (ironicamente, por mi preferencia al consenso en lugar de la discusion y la controversia), pues ahora lo dejamos mejor asi. Un extranio individuo al que encontre un dia me platico que en la ciudad de San Francisco, California, oculta entre los arboles de un parque, hay una estatua de Don Quijote y Sancho arrodillados adorando a Cervantes. Con esto y la suerte que corre un mejicano al hacer cine (hasta el que hace cine de temas no nacionales se expone a tentar a sus propios asesinos a cumplir su destino, literalmente), pues da un poco de miedo. Dar el paso implica una responsabilidad muy grande, y se cuestiona uno si valdra mas la pena el sacrificio que debe uno hacer en pos de la fama, o si esta debe ser el sacrificio en pos de un anonimato que como unica satisfaccion nos sera haber evitado enojar a alguien. No se, que miedo...

El Pobresor Gafapasta dijo...

Muy interesante comentario el tuyo, aunque no entiendo bien tu anonimato. Aquí no se lincha a nadie en los comentarios, y en caso de lichamiento, el primer linchado debería ser yo. Efectivamente, esta película se concibió para levantar ampollas, y no es así por casualidad. Me gusta ese espíritu creativo, aunque sea tendencioso.

Gracias por tus palabras.

Jody Dito dijo...

Como aquel rey que tras las altas murallas de su castíllo divisaba a lo lejos esa alucinación de que "EL BOSQUE ESTÁ AVANZANDO", el bosque se mueve, así ensimismado en las brumas de la vida que producen alteraciones en la percepción, me veo yo.

¿Es necesario elegir estridentes visiones, metáforas o escojer ideas ácidas y chirriantes para enseñar taras sociales, producidas por uno mismo, para querer (inutilmente)apartarse de la escena y, como aquel "espectador" de Doctojesqui(ya sé que no se escribe así)imaginarse que él,yo, no estoy manchado por lo mismo que denuncio?

¿No es el ingenio humano mucho más rico que la simple provocación?

No he visto la película, y solo conozco de oidas a su director, pero ya se me antoja un "pijo" mexicano, un pijo progre mexicano.
Escenas explícitas son esas como la del "bosque que se mueve" y no, a mi parecer "felaciones entre pareja desigual".
No estoy de acuerdo ni con el director de "batalla en el cielo", ni, aún siquiera, con tu primer comentarista, por su retraimiento.

"Dadme una palánca y un punto de apollo....y moveré el mundo", sencillo no?...para qué más?....qué se demuestra?


Ricardo, gracias por tus talentosos comentarios. Ya ves que yo he amanecido algo ágrio hoy.Perdón.

Anónimo dijo...

Yo la encontré una excelente película, aunque es bastante fuerte, un plato pesado sin lugar a dudas. Estéticamente maravillosa.
El propósito de mi Comentario no es , sin embargo, ni criticarla ni alabarla; necesito saber si alguien reparó en un truco visual que el Director repite dos ó tres veces durante el desarrollo de la Película: Cada vez que se muestran personas bajando de vehículos, se muestra una cantidad de pasajeros inverosímil para la capacidad de éstos, pude contar hasta doce en una ocasión en la bencinera. Mi teoría es que el Director lo hace a propósito, pero no me queda claro cual es el mensaje que pretende entregar con este efecto visual..¡¿ Opiniones?

Doberman dijo...

Valla son muchos y fuertes los comentarios al respecto de la pelicula sindida tendre que verla para poder opinar pero si no dejara pasar lo oportunidad de criticar es "POR FAVOR COMO ESCRIBEN MEXICANO CON J " no lo puedo creer