Tartessos, La ruta del estaño, es una obra que llevaba mucho tiempo esperando, ya que me parece que sus autores, Paco Nájera y Santiago Girón, se han propuesto una tarea digna de la verdadera madurez de los artistas: un proyecto de largo alcance que será una serie de varios números (cuántos sólo lo dirá el tiempo) donde estos autores recrean la civilización tartesia en clave de humor y de aventuras recurriendo a un elenco de personajes fijos que conforman un protagonismo coral bastante efectivo, aunque con la lógica necesidad de ajustes en sucesivos álbumes. El argumento de este primer álbum, La ruta del estaño, ancla del todo en la historia antigua de España, y en concreto, en las relaciones comerciales que tartesios y celtas de Britania compartieron en el comercio del estaño, necesario para la elaboración del bronce. El argumento de este primer álbum trata, precisamente, de los avatares que los personajes tienen que experimentar para recuperar la estela de plata donde se establece que celtas y tartesios compartirán la comercialización del estaño, ya que, en caso de desaparición de una de ellas, los dueños de la otra estela controlarían el monopolio de este metal. Es esta la premisa más o menos histórica que nos introduce en un proyecto mágico y cargado de buen humor como es Tartessos, la obra más ambiciosa de sus autores hasta la fecha.
Tartessos implica una búsqueda del tiempo perdido, pero no sólo porque recreen en sus páginas la civilización tartesia, sino porque Tartessos rezuma una honda nostalgia por una clase de tebeo que, como la madalena proustiana, remite a un sabor anclado en el recuerdo de un tiempo perdido, aquel en que muchos niños de los 60 y 70 compartíamos con un tebeo mientras devorábamos con avidez infantil el pan con chocolate de las cinco de la tarde. Tartessos es una obra que nació con esa clara y muy conseguida vocación de ser un cómic de humor y aventuras para toda la familia, una obra escrita por Girón con singular gracia y dibujada con enorme desenvoltura por Paco Nájera. El espíritu de Tartessos remite al espíritu de otra época, lo que no quiere decir que sea una obra anticuada o ñoña, sino que tiene referentes claros en la clásica línea franco-belga, en Tintín y en Astérix, y en definitiva, en esa larga tradición de tebeo histórico de humor que, bien escrito y bien dibujado (y Tartessos cumple con estos requisitos excelentemente), puede ser y es una forma deliciosa de pasar una tarde entretenida con un argumento ágil y bien construido con personajes entrañables, y permite dejar a la vista recrearse en unas viñetas donde el dibujante vuelca una inmensa información documental que, con la gracia singular de los maestros de su oficio, nunca resulta aparatosa o redundante.
El primer álbum de Tartessos deja con ganas de más, y éste es su único problema, ya que la naturaleza ambiciosa de esta obra no se agota en una primera entrega, pues esto sería imposible: la misteriosa civilización tartesia necesita seguir siendo expuesta y reinventada a través de estos personajes que, por su parte, necesitan más desarrollo en futuras aventuras y que aquí apenas se esbozan con una enorme gracia que sabe a poco. En este sentido, La ruta del estaño no es muy distinta como primera entrega de otras primeras entregas de series longevas que con el tiempo se han convertido en clásicas y referencia absoluta dentro del género. En cuatro entregas más, Tartessos podría convertirse en una gran serie de referencia dentro de España en un contexto internacional. Es una obra por la que hay que apostar igual que apostamos por otras, y merece la pena hacerlo porque la gracia (nunca hilaridad) de los guiones de Girón y las excelentes viñetas de Nájera están llenas de una honda magia primitiva que todos los lectores de tebeos de toda la vida tenemos anclada en algún lugar de nuestra sensibilidad. Es una obra que puede deleitar al nostálgico, pero que por sus premisas modernas en cuanto a tipo de humor y la caracterización de sus personajes, puede también sin problemas hipnotizar al lector infantil de nuestros tiempos. A este respecto debo decir que las viñetas grandes y oxigenadas de Nájera, con el trazo vigoroso y cálido que le es característico, están llenas de una simpática magia que remite, cuanto menos en mi caso, al corazón mismo del descubrimiento de la vida a través de los tebeos. Una obra, además, excelentemente editada e ideal para regalar a quienes hoy no lo saben, pero quizá sean los lectores de cómics del futuro.
Para más información sobre esta serie, visita su página web.
Paco Nájera y Santiago Girón, Tartessos. Editorial Almuzara. Colección Bookadillo. España, 2005. (***, de 4).
Tartessos implica una búsqueda del tiempo perdido, pero no sólo porque recreen en sus páginas la civilización tartesia, sino porque Tartessos rezuma una honda nostalgia por una clase de tebeo que, como la madalena proustiana, remite a un sabor anclado en el recuerdo de un tiempo perdido, aquel en que muchos niños de los 60 y 70 compartíamos con un tebeo mientras devorábamos con avidez infantil el pan con chocolate de las cinco de la tarde. Tartessos es una obra que nació con esa clara y muy conseguida vocación de ser un cómic de humor y aventuras para toda la familia, una obra escrita por Girón con singular gracia y dibujada con enorme desenvoltura por Paco Nájera. El espíritu de Tartessos remite al espíritu de otra época, lo que no quiere decir que sea una obra anticuada o ñoña, sino que tiene referentes claros en la clásica línea franco-belga, en Tintín y en Astérix, y en definitiva, en esa larga tradición de tebeo histórico de humor que, bien escrito y bien dibujado (y Tartessos cumple con estos requisitos excelentemente), puede ser y es una forma deliciosa de pasar una tarde entretenida con un argumento ágil y bien construido con personajes entrañables, y permite dejar a la vista recrearse en unas viñetas donde el dibujante vuelca una inmensa información documental que, con la gracia singular de los maestros de su oficio, nunca resulta aparatosa o redundante.
El primer álbum de Tartessos deja con ganas de más, y éste es su único problema, ya que la naturaleza ambiciosa de esta obra no se agota en una primera entrega, pues esto sería imposible: la misteriosa civilización tartesia necesita seguir siendo expuesta y reinventada a través de estos personajes que, por su parte, necesitan más desarrollo en futuras aventuras y que aquí apenas se esbozan con una enorme gracia que sabe a poco. En este sentido, La ruta del estaño no es muy distinta como primera entrega de otras primeras entregas de series longevas que con el tiempo se han convertido en clásicas y referencia absoluta dentro del género. En cuatro entregas más, Tartessos podría convertirse en una gran serie de referencia dentro de España en un contexto internacional. Es una obra por la que hay que apostar igual que apostamos por otras, y merece la pena hacerlo porque la gracia (nunca hilaridad) de los guiones de Girón y las excelentes viñetas de Nájera están llenas de una honda magia primitiva que todos los lectores de tebeos de toda la vida tenemos anclada en algún lugar de nuestra sensibilidad. Es una obra que puede deleitar al nostálgico, pero que por sus premisas modernas en cuanto a tipo de humor y la caracterización de sus personajes, puede también sin problemas hipnotizar al lector infantil de nuestros tiempos. A este respecto debo decir que las viñetas grandes y oxigenadas de Nájera, con el trazo vigoroso y cálido que le es característico, están llenas de una simpática magia que remite, cuanto menos en mi caso, al corazón mismo del descubrimiento de la vida a través de los tebeos. Una obra, además, excelentemente editada e ideal para regalar a quienes hoy no lo saben, pero quizá sean los lectores de cómics del futuro.
Para más información sobre esta serie, visita su página web.
Paco Nájera y Santiago Girón, Tartessos. Editorial Almuzara. Colección Bookadillo. España, 2005. (***, de 4).
3 comentarios:
Excelente análisis del que no podría estar más de acuerdo. Tartessos es una gozada cuyo único "defecto" es que sabe a poco. Yo ya estoy impaciente porque Girón y Nájera nos deleiten con una segunda entrega de las aventuras de estos personajillos.
Tomo nota de este tebeo, es de los que me gustan.
Si ya, el protagonista, entonces, de la peli (Los Olvidados). Me impresionó mucho esa película.
Y por otra parte, la mierda es consustancial al ser humano, vive con ella, aunque se lave y se vista bien, no por ello deja de convivir con la mierda.
Ya sabes que cuando uno vive y tiene piojos, para él es normal vivir así, no lo ve como algo excepcional, incluso se los come (fuente de proteínas). La historia de Oliver está tan vista que no vemos la parábola que lleva en sí la historia, a mi me parece que es una historia costumbrista que refleja la sociedad de aquella época y eso es tremendo, como la película de "Los Olvidados".
Bueno, ya sé que tu sabes a lo que me refería. Nada más, saludotes amorosos.
Oyes Richard esta historieta solo anda circulando en Espana o tambien en el nuevo mundo?
atte. felix!
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