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Y cuentan que Cortés la amó y que le puso casa en las afueras de México (lo que antes fueron esas afueras hoy es, entre otros lugares, el exclusivo barrio de Coyoacán; la que dicen fue casa de la Malinche hoy es propiedad privada de una pintora). Mitton lleva seis álbumes describiéndonos con un lujo de detalles prodigioso el extinguido imperio azteca, así como su debacle final ante aventureros como Cortés que el destino puso en su camino para su desgracia. Pobre Cortés. Nadie le quiere en México a pesar de ser, como lo ha llamado su más reciente biógrafo, el mexicano Juan Miralles, "el inventor de México". Sin embargo, Cortés fue sólo un juguete de la Historia: el pueblo azteca fue un pueblo trágico, pues se trataba de un pueblo condenado: ¿hubieran sido más indulgentes con los aztecas los franceses, portugueses o ingleses si ellos hubieran descubierto Tenochtitlán? Tampoco hoy veríamos al Presidente de la República Mexicana lucir en las recepciones internacionales el penacho de Moctezuma legado por sus antepasados.
Mitton ha construido una saga apasionante sobre el fin del mundo azteca y la conquista que reivindica de manera apasionante a un personaje tan importante y representativo como fue la Malinche. Con Mitton, más que nunca la maravillosa Tenochtitlán resurge de sus cenizas para deslumbrarnos con su pasado y emborracharnos con los tintes novelescos y apasionantes que le concede Mitton. Una obra documentada y hermosa. Falta sólo un álbum para concluir la saga. Qué angustiosa es la espera.
Jean-Yves Mitton, Quetzalcóatl VI: La noche triste. Ediciones Glénat. Barcelona, 2005. (****, de 4).